¿Querías aventura? Tendrás aventura, Karalyn Swan

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Desperté y a mi lado estaba aún Thorian inconsciente.

Despierta, oye, rubio, despierta, cabeza hueca Mali, despierta –dije susurrando desesperada- oh no, ni así despierta... Thorian despierta -le daba palmadas en su rostro para ver si hacia algo, pero al parecer era en vano-

Al darme cuenta vi que por su cabeza había sangre, se había golpeado muy fuerte con una roca del tamaño de mi puño, lo moví lentamente y como pude tomé un poco de tela y agua, lavé la herida y lo vendé, o eso intenté. Era lo que tenía. Lo dejé descansando en ese oscuro lugar al cual entraba una muy tenue luz del sol proveniente del túnel por el cual hemos caído, estábamos muy lejos de la superficie.

Al caminar un poco encontré un pequeño manantial con fauna subterránea; era hermoso, era una de las cosas que jamás me imaginé ver en mi vida.

Kara, gracias al cielo estas bien –dice Thorian a mis espaldas, suspirando de alivio-

Casi me matas de un infarto, idiota –dije algo exaltada con mi mano derecha sobre mi pecho-

Lo siento –ríe- ¡Ouch ¡–se queja y pone su mano sobre la herida de su cabeza-

A ver, siéntate, debes descansar un poco –dije algo preocupada, ayudándolo a sentar en una roca que había cerca-

No, debemos ver cómo salir de aquí –insistió-

No, debes descansar, un golpe en la cabeza es grave, aunque tratándose de ti... si, hay que salir de aquí, no se puede dañar algo en tu cabeza so no hay nada ¿cierto? –dije restándole importancia para molestarlo-

Muy graciosa –dijo sarcásticamente-

Gracias –dije demasiado amable, con reverencia y todo- bueno, tú debes esperar a que se te pase un poco el dolor y yo descansare un momento, a parte me torcí el tobillo –dije restándole importancia-

¿Estás bien? –dijo preocupado-

Mejor que tú, sí –reí-

Vale, eso ya es algo –dijo calmado-

Ven, déjame ayudarte, creo que aquellas algas te ayudaran a sanar la herida –dije señalando una flor cubierta de algas que flotaba en el manantial-

¿Medicina alternativa eh? no gracias, no quiero morir aún y menos en tus manos, estando a tu "cuidado" –dijo desconfiado-

Confía en mí, se lo que hago -dije tomando la flor y algas y las trituré en mis manos-

Le quité la tira de tela y lo lavé con un poco de agua del manantial, le coloqué las hierbas, corté un poco de mi vendaje (el cual lavé en el manantial antes, para quitarle la arena que le había quedado por la caída) se lo coloqué en la herida y le volví a poner la tira de tela.

¡Ouch! –se quejó-

Lo siento-me disculpé-

Descuida –dijo sonriendo- por lo menos sé que no moriré y que no estás loca –ríe- bueno, ahora ¿por dónde salimos?

Uuhhmm –me quedé pensando por un segundo-

Oye ¿que son esas cosas raras en la pared del manantial? –dijo señalando la gran roca-

¿Qué cosa? -Dije mirando la roca- ¿eso es? ¡Oh no, ay no, oh por Odín y Thor! –dije emocionada-

¿Qué pasa? Me estás asustando –dijo ingenuo, ajeno al asunto-

Son runas nórdicas, o sea que, debe haber una salida por aquí cerca, jamás pensé que este día llegara en mi vida –dije emocionada al borde de las lágrimas, siempre había querido visitar alguna de las construcciones de una de las mejores mitologías del mundo, la nórdica; el Yggdrasil y los nueve mundos-

Entre Odín y Poseidón #Escribeloya #aventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora