-¿Quieres?- dijo Melissa al darse cuenta como miraba la pizza que posiblemente media más que su antebrazo.

-No, creo que comeré bastante de eso en Italia- dije con un tono de asco, aunque a decir verdad, eso no sonaba tan mal.

-Desearía tener tu suerte, en Italia, en un colegio privado, y aparte en la cuna de la pizza- dijo en un tono burlón, que de alguna manera me deprimió más.

-No es momento de bromas Melissa, es una muy mala noticia– dije, intentando tomar un poco de seriedad en el asunto.

-Creo que para la directora Alicia, no será una muy mala noticia- dijo entre risas.

No entendía que pasaba, Melissa se lo estaba tomando tan a juego que yo comenzaba a deprimirme más.

-Creo que no fue muy buena idea eso de meter serpientes a el auto de la directora- dijo Melissa al darse cuenta de que no ayudaban sus comentarios burlones.

-Creo que no- dije, ahora más deprimido que asustado.

-Por cierto, ¿De dónde sacaste tantas?

-Un amigo tiene un criadero de serpientes y sapos, pero creo que ahora eso no es lo más importante, dime, ¿Por qué no estas preocupada?- dije molesto.

-De hecho, la que debería estar asustada es tu nueva directora. Sabes, la directora Alicia tuvo que soportar su auto lleno de serpientes, pero, tu haz leído los mismos libros que yo, sabes perfectamente que en Italia hay todo tipo de bestias salvajes como; El Leviatán, El Ladón, La Hidra de Lerna, El Quimera, El Piasa, La Jormungander (también conocida como "La serpiente de Midgard")...

-Ya basta- Tuve que decir para callarla, parecía que jamás terminaría de nombrar criaturas mitológicas.

-Espera, esas solo fueron bestias con algo parecido a una serpiente, pero definitivamente la bestia más peligrosa de la que tiene que cuidarse tu nueva directora, es de ti- ella no paraba de reír, por algunos segundos creí que se estaba ahogando, parecía que no podía respirar, tenía la cara roja como las rebanadas de pepperoni en la pizza que se había comido.

-Si, eres tan graciosa- dije de manera irónica, muy molesto- pero creo que mejor me voy a arreglar mi equipaje, me tengo que ir en cuanto antes, adiós.

-No, no, no, lo siento mucho, ya me lo tomare enserio- dijo Melissa apenada- ahora mismo hablare con mi papá y mi mamá para ver si pueden hacer entrar en razón a tus padres.

-Gracias, pero igual será mejor que me vaya, pero por cierto, ¿Cómo supiste que me mandaran a Italia?

-Mi madre me lo conto, un poco molesta porque sabe que yo también tuve que ver en la broma para la directora Alicia- dijo Mel, muy despreocupada

-Bueno, me voy, me avisas que te dicen tus padres, ¿Vale?

Antes de que Mel pudiera responderme yo ya iba bajando las escaleras de la baticueva, pise el pasto de la casa de Mel, y me dispuse a ir hacia mi casa. Antes de entrar a la casa, escuche a mi madre hablar seriamente con alguien por teléfono, al principio no le tome importancia hasta que escuche algo que me puso los nervios de punta;

Estoy en problemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora