L O V E R S [+18] MPREG

[DIECINUEVE]

#20

EGIPTO, DESIERTO DEL SUR ASUÁN

Clint, Natasha, Scott y Rogers terminaron por salir airoso de los subterráneos enemigos, camuflados con unos dispositivos diseñados por Stark, haciéndolos invisibles. Ocultando todo rastro de signos vitales y vibraciones humanas desconocidas que pueden alterar y activar alguna alarma, por más sensibles que sea. La misión que les fue concedida por Nick Fury hace un día, parecía querer extenderse mientras los otros Vengadores; Thor, Tony, Barnes, vigilaban el perímetro. Anthony estaba atento a todo rastro de Capitán América, el cual había dejado el escudo que tanto le caracterizaba y protegía de balas y rayos láser altamente desconocidos, eso elevó más la preocupación de Tony. >¿Porqué carajo dejó el escudo? < afilando la mirada hacía un costado, donde descansaba el escudo que protegía a su portador. Como si el tuviera la culpa de sus pesares. En un pequeño radar. Un titilante punto rojo le dio la ubicación del equipo, estaban a metros de ellos. La entrada del quinjet se abrió, portando su armadura fue el primero en recibirles, visualizó primero a Natasha, luego Clint seguido de Scott y por último a su amado Capitán que pasó de largo sin darle siquiera una mirada o sonrisa.

Un hinconcito en su pecho se hizo presente. Bajó la mirada y la puerta del quinjet se cerró.

Su mente le hizo un barrido a sus años de soltería donde un Steve le creía superficial y arrogante. Recibiendo miradas frías, desdeñosas. La comparación de ahora con antes no era muy diferente.

> ¿Qué había hecho ahora para que Steve actuara así?<

Escozor en sus ojos se hizo presente, le dolía ver como regresaba al pasado, saber que había cometido un error sin darse cuenta arruinando su matrimonio que estaba en un hilo de romperse. Todo lo que tocaba se rompía, por eso cada mañana que se levantaba se sorprendía que su matrimonio todavía este en pie y no se halla roto hace tiempo. Por eso perdonarlo fue tan fácil cuando se enteró su relación andante con Bucky no fue tanta la sorpresa, el golpe sí. Pero era Tony Stark y el rompía lo que tocaba, arreglaba cosas con sus manos pero eran tan dañinas. Hacía lo más que podía en actualizar los trajes de los Vengadores, los modificaba una y otra vez, en especial el traje de su Esposo, por que era lo mejor que podía hacer, sin dañar nada que fuera en su entorno o sentimientos.

Pero era Tony Stark, y sabía que su matrimonio había acabado hace unos minutos, le dolía. La voz de JARVIS le dio el modo silenciador al traje, pudiendo liberar el llanto que no se hizo esperar y su cuerpo tembló, gotas saladas bañaban su cara, hipitos salían de sus labios. El traje se movía y respondía tan cual él lo hubiera hecho.

Con leves golpecitos en los hombros la armadura fue dando a cada vengador que fue infiltrado. Dando su alegría y apoyo en la misión. Se estaban sacando los dispositivos y Steve fue el último en recibir las palmaditas en su espalda, y por primera vez con cejas alzadas observó a Tony para darle una mirada de complicidad.