El Guardián y su Verdadero Destino

1. Definitivamente seré humano

¿De dónde salen los guardianes?

Ellos nacen el mismo día que nace su humano. Los espíritus de los padres se enamoran el mismo día, y tienen a su hijo al mismo tiempo. Es como si la vida de los guardianes fuera un espejo de la vida de las personas.

Pero siempre hay excepciones, hay guardianes que aparecen sin explicación, sin madre, sin padre, sin pasado, y lo más importante, sin humano, y yo soy uno de ellos, mi nombre es Max y busco la razón de mi existencia.

Los guardianes son espíritus que protegen a los humanos, evitan que los demonios y las maldiciones se acerquen a ellos. Cada guardián esta tan ocupado protegiendo a las personas, que no puedo pasar tiempo con ellos, ni siquiera puedo hablarles.

Algo particular que tenemos los guardianes, es que podemos flotar en el aire, la verdad somos espíritus normales, solo que la mayoría tiene un objetivo, proteger a su humano.

En el primer día del verano me encontraba en la plaza principal viendo como los niños jugaban y como sus pequeños acompañantes flotaban cerca de ellos. Y ese día fue cuando conocí a Samantha, tenía como 16 años, cabellos claros, ojos cafés, llevaba una blusa verde y unos jeans oscuros, estaba sentada hablando con sus amigas, riendo de cada broma que hacían, pero tenía un problema, era humana.

Camine por las pequeñas calles de la ciudad, viendo como las personas hablaban entre ellas, viendo su felicidad de poder convivir con otros seres. Por un momento desee ser como ellos, ser humano, que pueda hacer lo que quiera, que pueda hablar con alguien, que pueda reír con los chistes que alguien más cuente, así sentiría que realmente existo.

Un día cuando estaba cerca de la plaza caminando sin rumbo por las calles vi a un guardián, pero no estaba cerca de una persona, no estaba protegiendo a alguien, era igual que yo.

Era un niño pequeño parecía tener como 8 años, cabellos negros y cortos, sus pies estaban descalzos. Llevaba una capa rota como si fuera un superhéroe, estaba saltando y gritando en la calle.

Fui corriendo, era la primera vez que veía a alguien como yo, a alguien sin un amigo. Cuando me vio se asustó y salió corriendo, yo lo seguí.

- No tengas miedo, no te voy a hacer daño, solo quiero jugar contigo – dije, pero él no frenó.

Al doblar la esquina ya no vi al niño, a cambio me encontré con un adolescente de 15 años, era parecido al niño anterior, cabellos oscuros, pies descalzos, y una capa rota.

- Así que quieres ser mi amigo. Está bien, que tal si jugamos pesca-pesca – dijo y salió corriendo nuevamente.

Lo seguí, pero era algo confuso ¿Cómo creció tan rápido? No creo que sea el mismo niño de antes.

Esta vez entró a un callejón oscuro, no había nadie, y no podía ver al niño que estaba persiguiendo.

- ¿Estás solo? – dijo una voz gruesa a mis espaldas.

Me di la vuelta y vi a un adulto con las mismas características que los dos niños anteriores

- ¿Quién eres? – pregunté.

- Eso es lo que yo digo. ¿Por qué me perseguiste?

- No te estaba siguiendo a ti, seguía a un pequeño niño.

- ¿Estás solo? – volvió a preguntar.

- ¿Qué quieres decir? ¿Acaso ves a alguien más?

- Me refiero a eso. ¿Tienes a un humano?

- No ¿Y tú?

- Tampoco, pero no quiero ser tu amigo.

- ¿Por qué? Estas solo igual que yo.

- Sí, pero no estoy trise como vos. Pero puedo ayudarte, puedo convertirte en humano, claro, si quieres.

- ¿¡Qué!? – dije sorprendido - ¿Acaso es posible?

- Pero a cambio de eso necesito que hagas algo por mí.

- ¿Qué? – pregunte con curiosidad.

- Tráeme el libro secreto.

- Pero ese libro no existe. Es una leyenda.

- Si existe, está guardado por el Consejo de los Guardianes – dijo, y se perdió en la oscuridad

No lo entiendo ¿Por qué quiere el libro? ¿Y cómo me va a volver humano? No tenía respuestas a mis preguntas, y tampoco sabía si aceptar el trato, pero el deseo de sentir que existo era tan fuerte que decidí que, me iba a arriesgar, definitivamente me convertiré en humano.