Dulce Estocolmo. © #MMA2017

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Lunes, preciado lunes, día que me encantaba porque podía ir a trabajar, a hacer lo que me gusta. Ahora este día es una tortura, debo salir de mi departamento, mi fuerte, mi lugar seguro, el único en donde estoy protegida.

Me levanto de la cama dejando el libro que leía de lado y veo que ya es de tarde. Me dirijo a la cocina y empiezo a prepararme un té de jazmín. Ya dejándolo hacerse, me dirijo al baño y entro a la ducha, después de sentir el agua caliente caer sobre mi cuerpo, empiezo a sentirme limpia, todas mis incomodidades y recuerdos se dispersan dejando la calma y la paz.

Salgo del baño, me dirijo al armario y tomo un pantalón negro, seguido de este tomo una camisa cuello de tortuga blanca y de ultimo un abrigo y unas botas para nieve. Al terminar, voy y cojo de un gabinete un cepillo y lo paso por mi corto cabello, mientras termino me dirijo al espejo, abro el gabinete que se encuentra debajo y me dispongo a maquillarme. Sólo aplico un polvo para disminuir el brillo que se concentra en mi rostro, luego aplico el rímel para mis pestañas y de ultimo un labial rojo.

Al terminar me encamino a la cocina y observo que mi té ya está listo. Me lo bebo sin prisa, mientras observo por la ventana y veo que el sol está empezando a esconderse.

Cuando termino cojo mi bolso y suspiró. "Querido y desgraciado lunes" Pienso. Sin más abro la puerta de mi departamento viendo el solitario pasillo y salgo a él. Camino hasta el ascensor y éste se abre mostrándose igual de solitario. Entro al pequeño cubículo y presiono el botón que me hará descender hasta el primer piso.

Cuando llego al piso principal bajo de él y me encamino a mi trabajo. Salgo de edificio y empiezo a caminar. Veo mucha gente en la calle, pero eso no disminuye mi miedo, empiezo a girar el rostro buscándolo con la mirada, porque sé que él está aquí, me está observando, siento su mirada en mi nuca. Apresuro el paso, me encantaría tener mi auto pero este lamentablemente aun lo están arreglando y está varado en el taller.

Llego al hermoso edificio en donde trabajo. Trabajo en uno de los restaurantes más caros e importantes de Manchester e Inglaterra el: "Alabama's All American fatery". Trabajo como pianista, llevo 3 años tocando para el mismo restaurante, trabajo todos los días menos los martes, miércoles y jueves.

El piano siempre me ha relajado, me he dejado llevar con cada nota que toco, a pesar de que a mi padre nunca le gustó la idea de que tocara para un restaurante, él prefería que estudiara alguna carrera y estuviera toda mi vida dentro de una oficina como él. Mientras, mi madre me apoyaba con la idea de ser pianista, aún así, para complacer a mi padre estudié administración empresarial, con eso me libraría de él. Aunque ellos viven en Liverpool, mientras que yo vivo aquí en Manchester, ni muy lejos ni muy cerca.

Al pensar en la idea de tocar para un restaurante no diré que me satisface por completo, siempre he querido tocar en el "World symphony". Dentro de un mes harán audiciones para la presentación de este año y sin duda alguna participaré.

Cuando entro al edificio veo que está más habitado de lo normal. Normalmente está más lleno los fines de semana pero hoy no, hoy hay más gente. Empiezo a caminar y entro al lugar donde solo permiten trabajadores. En mi camino me encuentro con Jerry, mi querido amigo, el único que me creyó cuando le dije la verdad.

—Hola Jerry —saludo, mientras él se gira y me abraza.

—¡Hola Liesel! Llegaste justo a tiempo, el lugar estaba empezando a llenarse —dice con su típica voz aguda, empezando a jalarme para llevarme al camerino en donde siempre me cambio antes de salir a tocar el piano.

—Sí, ya lo noté, hay hombres muy guapos el día de hoy.

—Sí, si ya lo vi cariño, unos parecen unos chocolates que provoca arrancarles la ropa... aunque, bueno, hasta la misma Sabrina dijo que estaba más caliente que la cocina —Río con él mientras que empieza a abanicarse la cara con una mano. Cosa que no les he dicho y no sé si notaron es que Jerry es gay, es mi perfecto mejor amigo gay. Pero lo bueno es que él no oculta su preferencia sexual. Es más, él lo disfruta y goza diciéndoselo a todo el mundo—. Bueno, querida, este es el vestido que te pondrás hoy.