Hace unos años todo parecía mucho más fácil para mi. No me preocupaba por estar con alguien, con mis amigos y vivir un día a la vez yo era feliz. Y de alguna forma mi vida llena de comodidades me orilló a encontrarte. No te busque, tampoco te esperaba pero llegaste a mí. Primero te conocí sin ningún tipo de intención o atracción física pero poco a poquito e inconscientemente me fuiste gustando. Empecé a tomarte cariño cuando algo malo te ocurría y me brotaban esas ganas de abrazarte para hacerte sentir mejor y decirte que todo iría bien. Comencé a preocuparme por ti, si llegabas temprano o si llegabas tarde. Decidí resistirme una y otra vez a tus encantos de los cuales no te dabas cuenta, cómo tu sonrisa. Intenté no mirarte más de una vez cuando te distraias, porque sabía que te darías cuenta y yo moriría de vergüenza. Traté de ignorar mis sentimientos por ti pero fue inútil. Estaba enamorandome perdidamente de ti. Siempre había creído que era más cómodo vivir sin conocer el amor, sin conocerte a ti. Me equivoque. No sabia si eras la persona correcta, tampoco si me romperías el corazón o si algún día te irías. Lo único que siempre supe fue que te amaba. De alguna forma sentir amor es vivir extraordinariamente. Pase lo que pase gracias por haberme regalado este pedacito de vida