Capítulo 2

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April POV

Y el lunes llegó, después de un fin de semana como cualquier otro. Con los ensayos y los ratos con las chicas, aunque sea verano; toca trabajar.

Y tampoco es que me queje, me encanta trabajar en el Dunkin Donuts del centro comercial. Cada día ves a mucha gente pasar, y de vez encuando me tomo un donut.

-¡Vamos, Becky! - grito, y toco el claxon dos veces.

No ha pasado medio segundo, y la veo salir de su casa con la mochila en las manos y con cara de estresada. A veces, es muy olvidadiza.

-Ya voy, ya voy. No me estreses, ya sé que quieres ver al pelirrojo otra vez.

-Cállate, no es eso. No quiero llegar tarde y punto, seguro que ya hay gente esperando.-digo intentando que no se note tanto, pero claro, Becky me conoce desde que nació básicamente.

Me echa una mirada de sabelotodo, pero la ignoro y pongo el coche en rumbo del centro.

Enchufo la radio y cómo no, empezamos a cantar. Luego ella se aburre pero yo sigo cantando, hasta que me da en el brazo para que me calle.

-Eh, si vienes conmigo y en mi coche, puedo hacer lo que me plazca.-le suelto sin mirarla, que ya estoy aparcando.

Sale del coche y mientras cierra la puerta me dice:

-No es mi culpa que aquel borracho y capullo se chocara contra mi coche y ahora tenga que aguantarte y encima trabajar para poder arreglarlo.

-Ahí tienes razón, pero voy a seguir haciendo lo que me da la real gana en mi coche.-me rio en su cara.

Me da un buen capón, pero sólo consigue que me ria mas, y ella por ende. Ya estando en la planta de restaurantes, ella se dirige al Starbucks.

- ¡Nos vemos a las 8 en el aparcamiento! - le grito mientras se aleja.

Me despide con la mano dándome a entender que me ha escuchado y me dirigo hacia la tienda.

Paso rápidamente por delante del Hollister, pero no consigo ver al chico mono de ayer.

Llego al establecimiento y como siempre ya hay unas cuantas personas esperando, ya las conozco. Son dependientas de otras tiendas que vienen a desayunar aquí.

- Lo siento, chicas. Enseguida os hago lo de siempre.

- Tranquila, April, aún tenemos tiempo. - dice una de ellas.

Les sirvo sus cafés y donuts y me siento delante de la caja registradora para poner algo de música.

A la media hora veo pasar al chico de ayer, sólo que esta vez no va vestido con el uniforme de la tienda, si no que lleva el de la de yogur helado que está a continuación.

Justo cuando quiero salir a inspeccionar, entran dos niñas pequeñas.

Les cuesta decidirse, y yo me pongo nerviosa. ¿Y si lo he visto mal y cuando salga ya no hay rastro de él?

Cuando ya saben que pedir, se lo sirvo rápido y corriendo y les pregunto si les importaría tomárselo fuera. Así las tengo vigiladas mientras averiguo las cosas.

Me dirigo a la tienda y me asomo por el cristal transparente. Como es de esperar, él se da cuenta y me saluda con la mano. Le devuelvo una sonrisa y veo como se acerca para salir.

- Hey, tú otra vez. ¿Te voy a ver todos los días por aquí o qué? - es lo primero que me dice.

- Lo mismo debería preguntarte. ¿No trabajabas en Hollister? - directa al grano.

- Sí, bueno, sólo fines de semana. Entre semana trabajo aquí a partir de ahora y por lo que veo seremos vecinos. Soy Mike, por cierto. - y extiende la mano para saludar.

- Encantada, yo me llamo April. Y no, no me verás siempre por aquí, porque la mayoría del tiempo estoy ensayando con mi banda. - digo orgullosa.

- ¿Tocas en una banda? Wow. Nunca lo hubiese imaginado. - y de verdad parece sorprendido.

- Sí, y también canto. El viernes que viene actuamos en el club Galaxy, si no me crees; ven a vernos. Te espero. - le guiño el ojo y me vuelvo a mi establecimiento.

Siempre me ha gustado ser descarada a la hora de ligar. Y hasta ahora, me ha dado un buen resultado.

El día pasa sin muchos acontecimientos, salgo a comer rápidamente y cuando me quiero dar cuenta ya es la hora de cerrar.

Recojo todas las mesas y maldigo a la gente guarra por debajo. Cuando ya esta todo limpio, cuelgo el delantal y me preparo para cerrar.

Y que justo, que Mike también lo está haciendo. Intento pasar desapercibida, y ya me dirigo hacia el aparcamiento.

- ¡Eh, April! No me diste tu número, y lo necesitaré por si me pierdo al llegar al Galaxy. - le oigo decir.

Me giro y le veo con una sonrisa coqueta en la cara. Decido seguirle el juego.

- Claro, cómo olvidarlo. - me acerco hasta él.

Me da un papel y un boli, le apunto el número lo doblo y se lo meto en el bolsillo, me giro y voy directa al aparcamiento.

Becky estará esperándome y no quiero que se mosquee.

Cuando llego está efectivamente apoyada en el capó del coche y hace una señal al cielo cuando me ve.

- Eh, eh. Tengo una muy buena razón para llegar tarde. - le digo mientras subimos al coche.

- No me digas que te has cruzado con el chico...

- Así es, y creo que ya tengo ligue para la noche del viernes. - le contesto con una sonrisa.

- No me lo puedo creer, eres increíble. - se ríe - Venga, tenemos que llegar a tu casa y ensayar para el viernes.

Pongo rumbo a casa, con la radio puesta y de buen humor. Hasta los lunes triunfo.

Perfect StrangersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora