Uno.

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El principio de todo.

Cassandra.

Se oían gritos por todo el lugar. El humo llenaba las calles. Personas muriendo delante mío, estaba asustada, grite con todas mis fuerzas en busca de mi papá y mi hermanas, pero ninguno contestó. Decidí salir a las calles y buscar ahí, pero fue inútil por que había mucha bruma para que yo pueda ver algo.

Logre distinguir a hombres que parecían del ejército matando personas, con un disparo directo a la cabeza.

Grité, nadie me ayudó, seguí gritando. Me agarraron del hombro y grite mas fuerte aun, caí dentro de una casilla con 3 pares de ojos mirándome.

"Demonios, niña, que pulmones tienes." Salto uno, agarro mi mano, y me sentó en una silla cerca de una chica, creo yo, salieron algunos de nuevo y todo quedo en silencio, ninguno se animo a hablar ni a moverse.

Volvieron a entrar con unos niños, luego salieron y así consecutivamente, hasta que no trajeron a nadie mas.

Luego empezaron a hablar, todos dijeron sus nombres y edades, mientras que en lo único que podía pensar yo es en como cabiamos todos en un lugar tan pequeño.

Luego de horas, y miles, y miles, y millones mas de preguntas, todos se calmaron, reino el silencio de nuevo hasta que amaneció. Salimos afuera y me sentí desprotegida, asustada y preocupada, no sabia donde se encontraba mi familia y ni amigos, no sabia si seguian vivos o si habían muerto, así que sali a buscarlos. Me separe del grupo y todo iba bien, hasta que me cruze con una de esas cosas que caminaban y caminaban en busca de comida.

Me asusté. Busqué algo con que defenderme, pero solo encontré un tronco, me arme de valor para defenderme, y creanme que lo hice terriblemente mal. Tenía esa cosa encima mío tratando de arrancarme la carne de mis huesos y no sabia que hacer. Busque una manera de quitarmelo de encima, pero no podía, la madera había caído a un metro de mi alcance y mi brazo ya comenzaba a cansarse.

A los segundos, esa cosa cayó rendido sobre mí con una navaja en su sien. Me lo quite de encima y vi a alguien que nunca creería volver a ver.

"Maldita seas, Leah." Escupi, demasiado enojada, no saber en donde estaba me estaba volviendo loca.

"Tres vidas que salvo hasta ahora, soy genial en esto." Pronuncia orgullosa, mi prima.

"Debería haber leído esos estúpidos Cómics contigo."

"Yes." Paso su brazo sobre mi hombro y me guió hasta una camioneta. Hizo fuerza con la pierna y el conductor cayó al suelto, ya muerto. Me senté a su lado y se quedo esperando, no entendía a quien o que, pero no pregunté.

"¿Lista, Leah?"

"Papá, mira a quien encontré." Tarareo.

"Oh por Dios, Cass. ¿Estas bien? Pensé que habías muerto."

"Me halaga." Dije.

"No te ofendas, lo lamento. Vamos, muevanse." Hizo un ademán con la mano y nos movimos para que entrara.

Le mire, sabia que me iba a arrepentir, ni siquiera le dije gracias a los hombres que me ayudaron, pero me subí.

aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora