Antes de que ocurriera.

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Me llamo Natsuki Kuga, soy una estudiante de preparatoria. Para ser especifica estudio en el colegio de Fuuka Gakuen. Soy alguien normal, con una vida normal, sueños normales, nada fuera de lo común. Así era mi vida y así lo observaban las demás personas que estaban a mi alrededor. Todo era tan simple y sin complicaciones, no me quebraba la cabeza por nada del mundo que no fuera para lo necesario que era comer, dormir y cuidar de mi moto, esa carcacha era mi pasión.

Esa era la vida que yo llevaba, no era divertida pero tampoco me podía quejar. Lamentablemente todo se fue al carajo en el momento en que entro la primavera de mi primer curso. Allí fue cuando la vi por primera vez. Fue en ese momento supe que todo lo que conocía de la vida era simplemente insignificante ante su presencia y en poco tiempo comprobaría que todo lo que había pensado para un futuro se vendría abajo.

Ella se volvería mi salvación o mi destrucción en el momento que ella deseara, pero como podría evitar tal hechizo si ella era la perfección en persona. Con ese caminar tan delicado que parece que va en una danza de la cual ella formula la melodía perfecta. Ese hermoso cabello castaño era mi delirio al ver como se vuelve uno solo con el viento. Aunque lo que más ame de ella, fueron sus ojos escarlatas, aquellos ojos que te hipnotizan de una manera inexplicable, ya que me hizo sentir por primera vez con vida.

Para mi desgracia yo no era la única que había notado todos sus atributos, si no también todo el alumnado del colegio, ya que tenia club de fans y toda la cosa. Docenas de individuos tanto hombres como mujeres babeaban a su paso y está bien, tengo que admitir que yo era una de ellos, aunque yo si conservaba mi dignidad, poca, pero la conservaba porqué claro... Hay una línea muy delgada entre lo normal y lo anormal. Algo que me enorgullece es que yo sí era muy discreta y lo disimulaba perfectamente bien, obviamente no seria tan obvia como toda la bola de degenerados, digo hasta la basura se separa, ya que puedo asegurar que la mayoría la desnudaban con la mirada, no es que yo lo haya hecho claro esta, pero si me molestaba tener que ver la cara de los demás idiotas allí babeando descaradamente y sin que ella hiciera algo al respeto.

En fin, una simple mortal como yo que se supone que tendría que hacer, para empezar no éramos nada, ni si quiera amigas ni conocidas, es más, dudo que haya notado mi existencia. Así de depresivos eran mis pensamientos en ese entonces, estaba tan hundida en mi miseria personal que no me di cuenta que ella estaba en el mismo grado que yo, sino hasta que trasladaron a su grupo a lado de mi salón. Genial es como ponerle el dedo en la herida. Ahora la veía todo el tiempo, cuando salía de su salón, cuando entraba, cuando perdí el tiempo, etc. Todo gracias a que mi asiento se ubica a lado de la ventana. No sé como aguante y logre sobrevivir el primer año en ese estado, aunque debo de decir que mucho tuvo que ver la pelota de esponja que llevaba con migo a diario para quitarme toda esa ansiedad y estrés que me provocaba su sola presencia y no poder ni siquiera hacerle la platica.

Afortunadamente con la llegada del segundo curso y la de una especie de ser humano, muy extraña, fue que me empecé a distraer y perder el tiempo en otras cosas más productivas ya que gracias a sus burradas mi tiempo lo invertía en otra cosa que no fuera la castaña. Aunque de vez en cuando mi mente todavía divagaba en una posible conversación con ella.

El nombre de aquel ser no identificado y posible salvadora era, Mai Tokiha. Ella es amable, de un cabello color naranja, unos ojos lilas, un poco más baja de estatura que yo, pero sobre todo resalta su busto ya que es mucho más grande que el mio.

En fin resultó muy guapa la chamacona, pero ¡hey! Todavía no me flagelen, que sea guapa no significa que me guste, simplemente yo relato como son las personas que están a mi alrededor.

A Mai, la definen muchas cosas tanto positivas como negativas, pero una en específico. Ella seria algo así como... como algo.. ¿por dónde empiezo? ¡Oh! Claro, ella seria como mi consciencia, una muy metiche por cierto.

Equivocada. (ShizNat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora