InDiscretos ➳ TaeKaiSoo

#InDiscretos [1]

La vida de Lee TaeMin era maravillosa, o al menos él consideraba que era así. Tenía todo lo que quería, y podía hacer lo que quisiera con sus 20 años de edad. Pero el rubio no era muy sociable, era mas de los que las gustaba sufrir en soledad y siempre hay un roto para un descosido... Y ahí es donde apareció Do KyungSoo. Un joven de 19 años, solitario y que también prefería sufrir en soledad. No paso mucho tiempo para que ellos dos se entendieran rápidamente y se hicieran amigos, los mejores amigos de hecho. Minnie y D.O compartían muchas cosas, ya que tenían gustos similares y también empezaron a compartir la misma casa dentro del Campus de la Universidad.

Las mañanas eran sangradas, KyungSoo prepraraba el desayuno y TaeMin despertaba con el rico aroma de la comida de su amigo. Se hacían compañía mutuamente durante ese tiempo y cuando termianaban, cada uno se iba a sus respectivas clases. Horas después volvían a juntarse y hablaban de cómo estuvo su día, o si algún idiota de los populares intentaba tener un acercamiento con ellos. Todo era rutina, una muy cómoda para los dos, una rutina de la que disfrutaban... Hasta que llegaron dos nuevos compañeros de casa y todo se fue al diablo.

Kim JongIn era el mas popular de toda Universidad, no había quien no lo conociera, o no haya escuchado hablar de él. KyungSoo y TaeMin también lo conocían y el rubio tenía una no muy buena opinión formada del Moreno y ya tenía varios apodos para él, aunque no lo necesitará. Minnie cada vez que se refería a Kai, lo hacía llamándolo "Rey de los Idiotas", "Hueco" y tenía un millón mas de adjetivos calificativos para él. Pero lo que le faltó fue estar preparando cuando lo vio entrar por la puerta acompañado de su mejor amigo, Oh SeHun.

Ah TaeMin se le cayó la mandíbula al suelo al mismo tiempo que Kai dejaba caer sus maletas.

El Moreno dio un vistazo hacía toda la casa y miro a su amigo — No esta tan mal — Volvió su mirada hacia el frente y vio a TaeMin en el primer piso y a KyungSoo a mitad de las escaleras. — Definitivamente nada mal.

Esbozó una sonrisa ganadora que surgió efecto en D.O, pero que a Minnie hizo que le dieran arcadas. Recogió sus valijas, y acompañado de SeHun subieron para elegir sus habitaciones. TaeMin ese día no salió de su cuarto, se sentía enfermo de sólo pensar que tenía que convivir con Kim JongIn en la misma casa. En cambio KyungSoo no parecía estar incómodo con la presencia de sus nuevos compañeros.

Cómo todos las mañanas, Taem había bajado porque sintió el olor al desayuno de D.O, pero cuando llegó al comedor vio que Kai estaba sentado en su lugar. El rubio era un animal de costumbres, y estaba siendo invadido.

— Ya esta listo el desayuno Minnie — Le aviso KyungSoo cuando lo vio parado en el lumbral de la puerta sin entrar.

— Se me quito el hambre — Respondió con disgustó.

— Mejor, mas para mi — Hablo JongIn con la boca llena y eso fue un detonador para TaeMin. — Tus manos son mágicas — El rubio vio cómo Kai acariciaba a su mejor amigo y esté se sonrojaba, así que dio media vuelta y volvío a su cuarto para prepararse e irse.

— Es una lástima — Mencionó SeHun tras ver que Minnie no los acompañaba a desayunar — Me gustaría tener la oportunidad de conocerlo — Dijo tomando un trozo de panques.

El Moreno lo miró atento y tomó un sorbo de su café — Vos podes quedarte con el histérico, yo lo quiero a él — Le señaló con su cabeza a D.O que seguía cocinando y ambos rieron.

Para ellos era un juego, siempre hacían lo mismo. Escogian sus nuevas conquistas a la vez, para que ninguno de los dos se quede sólo y aburrido. Todos conocían la reputación de aquellos dos, menos KyungSoo. Él cayó ante los encantos de JongIn, ante su sonrisa de galán y su apariencia de Playboy. Rápido se hicieron cercanos, y empezaron a pasar tiempo juntos... Tiempo en el que Kai le enseñó a D.O cosas que desconocía, cómo darse placer a si mismo, y dejar que otro se lo de a él. Para el más bajo de estatura y con labios en forma de corazón, todo era nuevo, y el Moreno era un huracán que arrasaba con todo en él y que cada vez lo hacía más adicto a su cuerpo y al sexo.