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Noah mi hermosa chica se había quedado dormida, lo se ya que ronronea dormida. Si, es un poco raro pero la hace ver tierna y mucho mas bella.

Estaciono la moto cerca de mi lugar secreto, con un brazo agarro a Noah de la cintura, me bajo y ahora si la cojo estilo princesa.

Camino con cuidado de no despertarla. Llego a la pequeña colina y acomodo a Noah en el suelo, no sin antes darle un beso.

Me devolví a la moto y saque una pequeña canasta, que obviamente mi chica no había notado.

Llegué donde Noah y vi que comenzó a abrir sus ojos.

-Hola bebé- sonrío

-Hola Nova- se talla un ojo y da un pequeño bostezo. Que tierna.

Me siento a su lado y voy sacando la comida, mientras a Noah se le cae la baba, saco un pastel de chocolate y en sus ojos aparecí un brillo inigualable.

-Adelante nena, prueba lo jeje- sonrío

Cojo una cuchara, parto un pedazo de pastel y ella hace lo mismo, le llevo la cuchara a la boca y esta se lo come, imita mis actos y soltamos un risa.

Bueno era ahora o nunca, tenía una gran propuesta que hacerle y no se como se lo tomará, pero aceptaré su decisión.

-Noah, Quiero decirte algo que desde hace tiempo quise preguntarte -suspiro- Noah- le agarro la mano- ¿Quieres casarte conmigo?- sonrió y a la ves le muestro el pequeño anillo sacado de mi bolsillo.

Su rostro se llenó de lágrimas y la sonrisa más sincera salió de sus labios.

-¡SI!- grita y me abraza

Le doy un dulce beso el cual me corresponde rápidamente, nos levantamos y le pongo el anillo en el dedo.

-Ahora quiero ver la cara de mi suegro cuando se entere- sonrío a lo que ella suelta una delicada risa.

-Claro amor

Comimos todo y pasamos un linda tarde, corriendo y jugando siendo la pareja perfecta, esta es la vida que quiero, una familia con esta hermosa chica que se que siempre estará a mi lado.

Ya en la noche volvimos a casa muy emocionados por dar la noticia, abrimos la puerta y mis suegros, que estaban viendo televisión en la sala, ahora nos miraban atentos y curiosos.

Compartí una mirada con Noah y asentí con la cabeza, ella camino hacia sus padres y dijo.

-Nova y yo nos vamos a casar- sonrie

Vi como el señor Lenz apretó sus puños y sus dientes rechinaban. Estaba por explotar.

-¿¡QUEE?!? -gritó y dirigió su mirada a mi persona- ¡TU!- hora de correr - ¡Vuelve aquí maldita rata!- me persigue

-¡Lo siento suegrito!- grito con diversión, llamen me loco o como quieran, pero esta es la vida que quiero.

Mi violador... ¿Mi novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora