Es domingo, son las 11:30 p.m. había pasado la noche en casa de mi madre. Me siento mucho más cansado de lo normal, más lento y tonto que nunca... me duele la cabeza y siento como si algo grande estuviese a punto de pasar... ¿será la preocupación por lo que se pudiera decir de mí ahora que me he visto involucrado en una pelea?, no me pude dormir hasta pasadas las cuatro de la madrugada.
Despierto dos horas después... rayos. No me siento molesto por tener que ir a la escuela, al contrario hasta alegría me da. Salgo la casa y algo me llama mucho la atención: hay una persona saliendo de la casa de al lado, es una muchacha, se ve como de mi edad... me gana la curiosidad.
— Hola... buenos días, no la había visto antes por aquí.
— ¡Aléjate, pervertido! —era tan raro, estaba a la defensiva.
— ¿Qué?
— ¡Desaparece!
Ya ni ganas me dieron de hacer plática, así que aceleré el paso para dejarla atrás, pero el celular en su mano se atoró en un cierre de mi mochila y cayó...
— Disculpa, realmente no fue mi intención.
— ¡Ay, ya, sh! —me corrió.
De plano no me agradó nada la nueva vecina. Genial, comencé el día estando molesto.
Llegando al salón de clases, murmullos denigrantes sobre mí se escuchaban desde todos lados, hasta del baño. ¿Cuál es la razón de los murmullos?, ¿de dónde, cómo y cuándo habían surgido tantos rumores sobre mí?
Traté de ignorarlos... quise ir con Azumi, pero tuve una oportuna reflexión: si iba a buscarla, probablemente generaría más problemas para ambos. Tomando en cuenta que ya había acusaciones por habernos visto bajo un escritorio aquella ocasión, les daría aún más razones para creer que hubo intimidad... y aunque nada de eso es verdad, ellos no entienden razones... demonios. Sólo la veía de reojo desde mi lugar. No veo a Joseph, parece que no fue... otra vez.Al terminar la primera clase, no podía seguir soportando esas falacias, me molestaban cada vez más. Tomé mis cosas, me levanté y me dirigí hacia la puerta para volarme la siguiente clase, pero algo inesperado sucedió: choqué con una chica que iba entrando.
— Discul... — ¡Zaz! Resonó la muy fuerte cachetada que me dio. Todos estaban asombrados, impresionados por lo que estaba sucediendo... una chica me había golpeado frente a todos sin razón, eso me hizo enfurecer.
— ¿¡Quién demonios te crees, eh!? —le grité.
Grande fue mi sorpresa cuando vi que era la nueva vecina, ¿¡qué carajo estaba haciendo ahí!?
— Soy alguien que no permitiría que se metan conmigo —respondió en seco.
Todos estaban perplejos, incluso Azumi... salí deprisa del salón para irme a perder en algún lugar de la escuela. Ella sabía muy bien que no debía seguirme para evitarnos más problemas con todo mundo, sobre todo para ella... pero aun así tomó sus cosas y me siguió instantes después. Por supuesto, eso dio a todos muchas cosas que pensar.
Finalmente me encontró, supo donde hallarme... o talvez soy muy predecible.
— ¿Qué estás haciendo, Leonardo? —dijo en un todo bastante serio.
— Trato de calmarme y evitar más problemas.
— Esas cosas que dicen... nada es cierto, y nadie lo sabe mejor que nosotros.
— Lo sé... ya los escuchaste, tú también estás involucrada... no pensaba hablarte hoy, no quiero darles motivos para que piensen que eso es verdad.
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Hacia la infinidad
Teen FictionUn día hace algunos años, una prima muy querida y yo comenzamos a escribir una historia por Facebook. Yo la guardé, quise continuarla y darle un nombre, al final eso hice. Ahora la he leído nuevamente y se me ocurrió colgarla aquí, corrigiendo, erro...