Capitulo 3 |Cita Frente Al Bosque

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¿Por qué sentía esas ganas de volver a esa oscura cabaña el señor Arthur?, si era espeluznante y nunca nadie quisiera volver aún lugar en el que le ocurrieran tantas horrorosas tragedias, pero el, él sentía esas ganas de volver, quizá para Descubrir más sobre lo que había pasado o tratar de encontrar el sentido a tal terrible acontecimiento, quizás quería comprender todo.
Llegaron a la casa y la bebé Charlotte no paraba de llorar, entonces el señor dijo:
- Margery, tú que sabes de cosas como bajar la temperatura y tranquilizar la fiebre, ayuda a mi bebé prepárale algo.
- Claro, señor Arthur en un momento le pongo unos paños con agua tibia para tranquilizarla.
- Esta bien, Margery te lo agradeceré tanto.
- No hay nada que agradecer señor, usted sabe que lo hago con mucho gusto.
Enseguida la señora Margery trató de bajar la temperatura de Charlotte, ya que no dejaba de llorar y hervía en fiebre, en lo que colocaba los paños se dio cuenta que la bebé abría lo ojos y ellos se hacían muy grises claros y se daba una expresión en su cara como que observaba algo y ese algo la asustaba y cada vez que se asustaba fruncía su cara muy tristemente para llorar, cuando Margery la miraba le daban hasta ganas de llorar a ella ya que es muy compasiva.
El señor Arthur subió a cambiarse de ropa y a darse una ducha, ya que se había ensuciado mucho y no podía estar así al lado de su hija, cuando subió a darse la ducha, se desvistió y cuando se estaba quitando su ropa frente al espejo con lágrimas en los ojos y pensando en la tragedia que había pasado, atrás de él comenzó a aparecer una sombra como de humo oscuro, una sombra que se parecía mucho al enigma que presenció en el abismo, cuando él sintió la aflicción de su cuerpo temblar por una brisa fría volvió a ver a tras y el enigma desapareció, que raro se sentía como que ese momento espantoso que había vivido en la cabaña nunca hubiese pasado, seguía sintiendo como si alguien lo observaba o alguien estaba al lado suyo.
-¿Qué pasa? Por qué me siento así, ya acabo, toda esa pesadilla ya termino, esa pesadilla en la que pensé que ya nunca iba a ver a mi hija, esa Pesadilla que Anna estuvo a punto de hacer realidad, pero gracias a Dios no había pasado a más. Aunque me duele tanto haber perdido a mi esposa, era fría y distante pero lo amaba, la amaba como nunca amaré a otra mujer, me siento desecho, no perdí a mi hija pero perdí a mi esposa.
Se metió a la ducha, y cuando estaba bañándose de nuevo la sombra color gris oscuro apareció, se desvanecía y se formaba luego se volvía a desvanecer, se podía admirar un tipo rostro con dos agujeros como ojos y un círculo como boca como si estuviese gritando, no tenía nariz, claro no necesitaba respirar si era un ente oscuro.
- ¡Por qué demonios siento una mala presencia!. Dice el señor Arthur apagando la regadera y poniéndose la toalla a la cintura, cuando sale de la ducha y se dirige hacia el espejo, ve que algo color negro desapareció rápidamente y su nostalgia aumenta al cien por segundo y ese susto no hizo que su corazón se parara más bien hizo que se acelerará al máximo como si se quisiera salir de su pecho golpeando sus costillas y su caja torácica como si la quisiera destruir, el señor Arthur hizo un gesto de miedo en su cara, tratándose de mentir a él mismo se repetía en su cabeza.
-<<Solo es mi imaginación, no hay nada malo aquí>>.
El mismo inventando algo que ni él se creía, como es posible que se haya adentrado en un bosque oscuro hace un rato y ahora este con un nivel extremo de pánico.
Salió del cuarto de baño y se dirigió a vestirse, cuando termino salió de su habitación y se dirigió hacia la de Charlotte, en la cual ya no se escuchaban gritos ni lloriqueos y se emociono, se formó una sonrisa hermosa en su cara una sonrisa que era gracias a que se imaginaba que su hija ya estaba mejor, entro a la habitación y vio a su hija dormida, dormida como tenía que estar, como todas las bebés y vio a su lado a Margery una dulce sirvienta regordeta que ahora ya era una Nana aparte de ser sirvienta.
El señor Arthur susurrando pregunta:
- Margery... ¿Ya está bien mi bebé?
- Si señor Arthur, Me fue muy difícil tranquilizarla, parecía como si estuviese viendo algo que la asustaba todo el tiempo, luego me asusté mucho por qué no se tranquilizaba con nada, así es que empecé a rezar y al parecer la tranquilizó, luego cante unas alabanzas que aprendí en la iglesia para que se durmiera, ya que como usted sabe, nunca había tenido que dormir una bebé hasta el día de ahora, así es que no se ningún canto de cuna. - susurro igual al señor Arthur Margery.
- No te preocupes Margery, te entiendo y gracias a Dios ya está descansando. Mira quién diría que de un día para otro te convertirías en una nana. - dice el señor Arthur con tono de burla inocente y una sonrisa corta en su cara.
- Huhuhu. - sonríe Margery presionando sus labios haciendo que sus mejillas sonrojadas resalten y serrando sus ojos creando una expresión de inocencia.
El señor Arthur se recuesta con su hija para dormir al lado de ella, para cuidarla y velar por sus sueños.
Se despierta asustado teniendo una pesadilla espantosa, dirige su mirada hacia el reloj y el reloj marcaba las 8:08. Ya eran las 8:08 de la mañana. Wow que rápido era otro día, otro comienzo, ya salió el sol y lo que más espera es que sea un día soleado, iluminado y que después de esa tormenta en la madruga, no haya frío ni oscuridad, que todas las nubes oscuras de esa madrugada desaparezcan y que el cielo se ponga color azul vivo con nubes blancas y con un sol que las traspase y que caliente su piel, se levanta y observa a su bebé aún durmiendo, es obvio que esté dormida, ya que siendo tan frágil y pequeña ha sufrido un espantoso suceso que marcará su vida. El se acerca a su frente y le da un beso, un beso de verdadero amor, sincero y cariñoso.
Se dirige hacia la ventana y abre las cortinas observando el bosque, ese bosque que deseaba que desapareciera de su vista, que se extinguiera y que a la par de su casa no hubiera nada absolutamente.
Coge el teléfono y marca 986-813 es el número de teléfono de su oficina en su empresa "Exelvision" una empresa que fabrica aros para anteojos y todo lo que corresponde a esa rama, gracias a ser dueño de esa prestigiosa empresa él puede darse tantos lujos como lo es el de tener una gran casa en Washington con grandes hectáreas de tierra y faltar a su trabajo cuantos días le complazca faltar, también tiene una casa en la ciudad y una cabaña junto al mar. Su empresa no es la más importante, pero es una empresa que aporta mucho capital, debido a sus altas relaciones solo fabrica aros de acero y de madera fina y cara para personas prestigiosas y con dinero.
Contesta el teléfono su secretaria y el dice:
- Buenos días Cara.
- Buenos días a usted señor, ¿le puedo ayudar en algo?.
- Claro, mira no podré ir a la empresa ahora, así es que necesito que cuando termines tus labores pases por mi casa, dejando todos los documentos que están encima de mi escritorio.
- Esta bien señor, cuando salga de aquí voy directamente hacia su casa a dejarle todo eso, ah le llevare también el contrato de el señor George Galanth para que le de su última vista y lo firme.
- ¿Quién es George Clant?, Cara
- Galanth señor no Clant. Es el señor que quiere invertir con nosotros.
- Oh... ya me recordé, si tráelo quede de firmarlo ahora.
- Claro señor, entonces por la tarde estoy ahí.
- Muy bien Cara, te espero.
Cuelga el teléfono y se recuerda de esas ganas de ir a la cabaña, esas ganas que en esa madrugada lo atormentaban, pero claro él tenía mucho miedo de volver a esa tenebrosa y asquerosa cabaña si tan solo tuviera a alguien valiente con quien ir iría, por qué cuando el miedo se reparte, se hace menos en ese momento de la nada se le vino una idea a la mente. Cuando tenía tiempo de tomar un café y hablar con Cara su secretaria, ella le contaba que le encantaban las cosas extremas y de miedo, que le encantaban las experiencias de terror, cuando su novio había sido asesinado ella estuvo presente, había presenciado ese temible suceso que a cualquier otra persona la hubiera dejado con problemas psicológicos graves en cambio ella había ayudado en mucho a la policía a resolverlo y a atrapar al asesino, sufrió mucho por su novio, pero con mucha valentía lo supero, también ya antes había trabajado con un parapsicólogo investigando casos o fenómenos paranormales.
Increíble muy buena idea, quien más valiente y de confianza que Cara para acompañarlo y ayudarle a resolver por qué su esposa había cometido todo eso y por qué se había suicidado si él le daba la mejor vida posible.
- 6:30 Pm
-Toc. Toc. - se escucha en la puerta.
El señor Arthur escucha desde su despacho y sale rápidamente, cuando sale Margery se está dirigiendo a abrir la puerta y el señor Arthur le dice.
- Margery yo voy a abrir, es Cara mi secretaria viene a dejarme unos documentos y posiblemente se quede a cenar, ya que la invitare, así es que comienza a preparar la cena y que sea muy buena cena Margery.
- Muy bien señor, prepararé una exquisita cena, para degustar.
- Muy bien Margery, lúcete en la cocina.
El señor Arthur abre la puerta y ahí está Cara esperando, una mujer atractiva muy hermosa de 29 años, con sus anteojos fabricados por el mismo Arthur Lawrence, sofisticada con su cabello rubio sus ojos color agua, transparentes, hermosos una mujer talentosa, increíble que trabaje de secretaria e asistente del señor Arthur, pero claro con una empresa que tiene los mejores lujos y tiene ingresos muy grandes, para dar muy buenos sueldos.
- Buenas tardes Cara.
- Buenas tardes señor Arthur.
- Siempre puntual.
- Claro señor, sabe que es mi don. - dice con su extraordinaria sonrisa
- Pasa adelante Cara espero que te quedes a cenar, así podré conversarte sobre un tema que quiero que sepas y también conocerás a mi bebé.
- ¡Oh! Claro señor, me olvide que para estos días estaba destinada la llegada de su bebé, me imagino que está muy feliz y su esposa también.
- Muy feliz Cara, mi bebé está con migo, muy sana. Y sobre algo parecido a eso quiero hablarte.
El señor Arthur se dirigió junto a Cara hacia el segundo piso, hacia la habitación de Charlotte.
- Mira Cara, está es mi bebé. - tomó a la niña en sus brazos y le dio un beso muy fraterno en su frente.
- Señor que hermosa bebé, ¿La puedo cargar?.
- Claro... Como verás una bebé, necesita muchos cuidados y solo Margery y yo no sé los podemos dar, así es que tendremos que llamar a las mejores agencias de niñeras, para contratar una que la cuide con todas las atenciones que debe ser - dijo el señor Arthur mientras le daba la bebé en los brazos a Cara.
- Hay una agencia de niñeras que se llama "Baby Sleep", es muy buena, pero también muy costosa, pero claro, ofrecen unos excelentes servicios.
- Excelente, y tu ¿cómo sabes de eso?.
- ¿Se recuerda que le conté que había trabajado 3 años con un parapsicólogo?.
- Si, lo recuerdo.
- Pues cuando trabaje con el, investigando un caso en Dallas a una familia que acaba de traer un bebé al mundo, y teníamos que investigar la casa en la que vivían anteriormente, entonces los padres llamaron a esa agencia y contrataron a una niñera, la cual cuido al bebé mientras los padres y nosotros investigábamos la casa en la que residían anteriormente en New York, nos fuimos 9 días y esos 9 días la niñera cuido muy bien al bebé. Por eso sugiero la agencia.
- ¡Oh!, me parece muy bien entonces llamaremos a esa agencia.
Mientras ellos hablaban y Cara cargaba a la bebé en sus brazos, la bebé se durmió y entonces la dejo en su cuna. Bajaron al despacho a hablar sobre el trabajo y revisar los documentos que Cara había traído, cuando ya llegaron al despacho el señor Arthur cerró con llave la puerta, y Cara le dijo:
- ¿Y la señora Anna? Señor, desde que eh llegado no la eh visto.
- Ni la verás Cara. - cuando el señor Arthur dijo eso Cara puso una cara de impacto, extrañándose por qué el señor Arthur había dicho eso.
- Sobre eso es precisamente es de lo que quiero hablarte.
El señor Arthur comenzó a contarle todo lo que había sucedido esa madrugada, explicándole con detalles todas las malas tragedias que él y su hija habían vivido, cuando le contó todo y Cara había entendido, el, le dijo:
- Cara. Yo necesito volver y aclarar todas mis dudas, aclarar mi mente para tranquilizarme un poco, por qué aunque no lo demuestre, en mi interior, en mi corazón siento un gran dolor, un dolor que lo parte en mil pedazos. Y quién mejor que tú para acompañarme tú ya sabes mucho de eso, tú me puedes ayudar a entender y hacer una conclusión sobre todo ese terrible suceso.
- Señor, siento mucho lo que ha sucedido y quiero ayudarlo, pero yo no estoy segura si lo podré hacer, no sé si usted sabe, pero enfrentarse a un ente maligno es muy peligroso, y más por lo que usted me a dicho puedo imaginarme lo que a pasado y es algo muy escalofriante.
- Cara, vamos, yo sé que tú puedes por favor?
- E,Está bien señor .
- Muchas Gracias Cara, yo sé que eres muy valiente y esto te lo agradeceré infinitamente.
- No se preocupe señor, no tiene que agradecerme nada, lo hago por el cariño que le tengo a la familia y por ayudar a aclarar las dudas que se revuelven en su mente.
-Toc. Toc. Toc.
- Señor Arthur, la cena ya está lista e puesto dos lugares en la mesa, para usted y para la Señorita Cara.
- Ya vamos Margery.
- También ya prepare el biberón de Charlotte, y cuando se despierte subiré a dárselo.
- Muy bien Margery, muchas gracias.
El señor Arthur y la señorita Cara salen del despacho y se van hacia a el comedor a degustar la cena y ahí platicar los temas y contratos pendientes de la oficina, ya que no les había quedado tiempo ni de mencionarlos.
Se sentaron y Margery comenzó a servir la comida, y ellos comenzaron a hablar sobre los contratos. Cuando Margery había terminado de servir, un fuerte viento azoto la ventana y todos se asustaron por la ráfaga de viento y al ver a las cortinas escandalosas que se maneaban de un lado hacia otro, Charlotte comenzó a llorar. Margery corrió asustada a cerrar la ventana dejando una botella de vino que iba a servir en una esquinera, luego se dirigió hacia la cocina, agarro el biberón y se lo llevó corriendo con su cuerpo regordete hacia la recámara de Charlotte.
Terminaron de cenar y Margery bajo de el segundo piso, diciendo al señor que la bebé se había vuelto a quedar dormida muy tranquila. Ellos se pusieron de pie y el señor Arthur dijo:
- Que raro que este durmiendo tanto.
- No señor Arthur no es nada raro, la niña a tenido muchos sucesos agotadores en sus primeros días de vida, tiene que descansar mucho, es una bebé.
- Margery tiene razón señor, los bebés tienen que descansar mucho, y Charlotte no a descansado nada.
- Si, Margery y tú tienen razón.
En lo que Margery se dirigía hacia la cocina y el señor Arthur con la señorita Cara quedaban en la hora para partir mañana adentro del bosque, la botella que Margery había dejado en la esquinera cayó al piso, haciendo un disturbio escandaloso de vidrios rotos y vino derramado por todo el piso. Todos se asustaron tanto que sus caras parecían como si hubiesen visto al demonio o a una anciana desnuda, eran unas expresiones admirables de miedo y se quedaron en un estado de shock por unos segundos.
- ¿Que... fue... eso...?. - dijo el señor Arthur lentamente dejando unos segundos por cada palabra que decía.
- Seguro deje mal colocada la botella de vino. - dijo Margery con un tono de miedo y encubrimiento en su voz.
Claro que no, Margery había dejado bien puesta la botella sobre la esquinera, pero quería mentir para que los demás no se asustaran.
La señorita Cara por lo contrario no dijo nada, siguió aún asustada por lo que había sucedido, entonces Margery se fue rápido a la cocina y de regreso trajo con ella un escoba una pala de mano y un trapo, para limpiar ese desastre que esa botella de vino había causado. El señor Arthur y la señorita Cara quedaron discutiendo cuando y a qué horas quedarían para ir a resolver todas las dudas del señor Arthur.
Unos minutos después la señorita Cara se preparaba para retirarse, el señor Arthur la acompaña hacia la puerta agradeciéndole y pidiéndole disculpas por los sucesos que habían sucedido, la señorita le dice:
- No tengo nada que disculparle señor, incluso quiero agradecerle por la cena, estaba muy rica y fue un fue un gusto placentero conocer a su bebé, ah también, siento lo de su esposa.
El señor Arthur salió con la señorita y dijo:
- 2:30 frente al bosque, puntual. - señalando con su dedo índice el bosque que está al lado de su casa.

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