Después de las 12 de la noche ninguna decisión que se tome es buena. La falta de luz y de vida nos hace decaer y sentirnos melancólicos, por eso varias veces solemos pensar y reflexionar en la cama. Consultar nuestros problemas o preocupaciones con la almohada. Pero llega el momento en el que despierta un nuevo día, y tienes que afrontar tus miedos en la realidad y no en tu cabeza, y a la hora de actuar, nuestra mente nos hace una mala jugada, confundiéndonos. Por eso tenemos que ser seguros con nosotros mismos y con nuestras ideas, toda decisión conlleva unas consecuencias. Es mejor arrepentirse de las cosas hechas, que de las no hechas. Así que arriesgate y vive, que la vida son 2 días.