Capitulo 1

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*Dylan*

Estaba muy feliz, me encontraba en el pasillo principal del colegio. Finalmente confesaría mi amor a Santiago, amor que llevo ocultando durante dos años en mi corazón. Lo buscaba desesperada mente, no lo encontraba por ningún lado, las ansias me estaban matando, necesitaba decírselo ya, no podía contener la presión en mi pecho, vi a Sebastian un compañero de mi misma clase, él se giró al percatarse de mi presencia, chocamos los puños, realmente no somos tan amigos pero hablamos de vez en cuando.

-Hola Sebastian, ¿has visto a Santiago?

-Hola Dylan, que bien te vez hoy.

-Lo se, gracias- dije poniendo pose de diva, como siempre bromeo- ¿lo has visto?

-Emm... si, creo que si, estaba por la fuente la última vez que lo vi.

Le agradecí y caminé a la fuente, en efecto, Santiago estaba comiendo de una bolsa de papas fritas. Corrí a él , cuando me vio me dedicó una perfecta sonrisa cuadrada.

-Hola, sabes...tengo algo importante que decirte.

-Claro, te escucho.

-B-bueno, veras...e-esque...

-Jaja, Dylan ¿por qué estas tan nervioso?

-Lo s-siento Santiago, esque lo que tengo que decirte es muy importante.

-Dime Dylan.

-Yo te...- Vi que Santiago miraba detrás de mi, ya no me estaba prestando atención.

-Lo siento, tengo que ir con Palmer, me lo dices luego.

Veo como Santiago se aleja rápidamente de mi, persiguiendo a la estúpida palmera sin cocos. Fui despistadamente detrás de Santiago. Cuando abro la puerta veo la peor escena de mi vida. Visualicé a Santiago tomando a Palmer de la cintura y juntando sus labios en un tierno pero para mí asqueroso beso. Sentí como las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos, decidí mejor irme de ahí, en vez de seguir dañandome con esa vista.

Corrí y corrí, ni siquiera me molestaba en ver hacia donde iba. De un momento a otro sentí un golpe y caí al suelo, me levanté con la ayuda de una mano ajena, agradecí la ayuda y me disculpé. Era Alessandra quien me había ayudado.

-No te disculpes, fui yo quien te golpeó con el casillero.

-Pero yo no miraba por donde iba, de todas formas gracias.

-¿Cómo te llamas?

-Dylan Page.

-De acuerdo Dylan, yo soy Alessandra Jaramillo.

-Si lo se, eres hermana de Santiago, me a hablado mucho de ti, estoy feliz de por fin conocerte.

Seguimos hablando y me contó que la palmera y Santiago llevaban a penas un mes de empezar su relación. Me sentía destruido, aunque ella me contó que le pareció una maravillosa persona, yo no la sentía así, yo la odiaba. Aunque pensandolo bien, Santiago es muy selectivo con sus amigos, y supongo que lo es aun mas con las chicas. Nunca me contó si quiera que le gustara Palmer, somos grandes amigos, ¿entonces por qué no me lo contó? Acaso tal vez, se nota que me gusta y por eso no lo dijo, ¿porque no quería dañarme? es un pensamiento tonto, pero me gusta ilusionarme con que el piense así de mi.

Miré la hora, llegaba tarde para mi clase de Educación Física, corrí al vestidor, abrí el casillero y tomé mi ropa deportiva que consistía en un short rojo y una camiseta gris, me los puse rápidamente y salí al gimnasio. El maestro se encontraba haciendo ejercicios con los demás, caminé despacio, el maestro me miró.

-Llegas tarde Page- dijo el profesor.

-Lo siento- agaché la cabeza.

-Bueno pero que no se vuelva a repetir.

Me paré a un lado de Sebastian este tenía la mirada fija en Guillermo.

-Quiero que hagan 20 lagartijas, ¡ahora!- imediatamente empezamos con el ejercicio. 

Después de 40 segundos me sentía cansado, la actividad física no es lo mio. A petición del maestro jugamos un partido de basketball. Santiago y Sebastian escogían. Cruce los brazos esperando a que me seleccionaran.

-¡Dylan!- gritó Santiago. Lo miré sorprendido, me dedicó una de sus típicas sonrisas cuadradas.

Empezamos a jugar, soy un asco en esto pero intenté moverme como pude, ya que tenían que impresionar a Santiago, ustedes saben...

En un momento del partido, me pasaron el balón a mi, grave error, lo único que hice fue botarlo mientras con la mirada buscaba a algún compañero al cual pasarle el balón. Sentí un cuerpo detrás de mi, invadiendo mi espacio personal en plan mucho. Me puse nervioso cuando sentí algo extraño en mi espalda, extraño y grande. Por acto reflejo solté el balón apenas sentir "aquello". Ya se imaginarán lo que se enojaron mis compañeros.


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