-¿Quién te lo ha dicho?-preguntó mirándome fijamente.
-Eso no importa.
-¿Vas a escucharme?
-...
-No es un sí.
-Tampoco un no.-susurré.
-Estaba en mediación para firmar el divorcio.
Mi rostro palideció y mi pulso descendió, me quedé totalmente helada. ¿Se está divorciando?
-¿Te estás divorciando?-pregunté seria.
-suspiró.-Sí.
-Antoine, perdona. No lo sabía...
-Tranquila.
-Soy una idiota, ¿me perdonas?-lo abracé.
-No tenías manera de saberlo Pettit, está bien.-correspondió a mi abrazo.
-Te quiero.-susurré abrazándolo.
-Y yo a ti.-me apretó fuertemente contra él.
-Así que estás enamorado de mí.-dije sonriendo.
-Eh, si...-se ruborizó al instante.
Me dio tanta ternura, acaricié su mejilla y me acerqué para dejar un suave beso en sus labios. Mis manos se posaron en su cuello profundizando el beso.
-Tomaste, Pettit...
-Poco un solo...-susurré.
-Por eso estabas gruñona.
-No estaba gruñona.
-No quiero que este verano acabe nunca...-susurró abrazándome.
-Se me lengua la traba, Anto.-ambos reímos.
-Vale, te dejo descansar. Te veo mañana.
Antoine se fue después de besarme alrededor de cinco mil veces, pero era tarde y debíamos descansar.
Y yo me sentía la gran mierda por haber ido de fiesta con Neymar.
Me puse la pijama y me acosté, pero igual que casi todas las noches no pude conciliar el sueño.
¿Por qué Antoine se estaba divorciando? Tomé mi teléfono y busqué en el navegador, había información de su divorcio. Y en las fotos una chica muy bonita, ¿esa era su ex?
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"Erika Choperena Aldanondo, española, licenciada en pedagogía y blogger fashionista."
Okay, la chica es linda y aparte una genio. ¿Cómo se suponía que iba a competir contra ella? Una pedagoga contra una fisioterapeuta, vaya duelo me ha tocado.