Capitulo 6

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CAPITULO 6.-

—¡No lo haga!

Harry se detuvo.

—"¿No lo haga?" Eres mi prisionero, Hermano. Puedo hacer contigo lo que me venga en gana. Como rehén no tendrías ningún valor, tú mismo lo has dicho....¿Quién iba a pagar un rescate por un miserable monje?

—Puede desembarcarme en la próxima escala. Yo misma hallaré la forma de volver a casa.

—No lograrías sobrevivir si te soltara. Tú mismo has admitido que no sabes nada del mundo que hay fuera de tu convento, ya pensaré yo lo que voy a hacer contigo.

Por primera vez en muchos años, Harry se sentía extrañamente perdido y confuso. Nunca le había ocurrido nada parecido. Él nunca perdía el control, sabía exactamente lo que tenía que hacer en cada situación. Verse a sí mismo a la deriva en las ascuas de aquel par de ojos zafiro era para él una experiencia nueva. Su odio hacia los españoles no había disminuido, Harry se resistía a entregar a aquel joven monje a sus hombres, o a dejarlo libre para que abusaran de el otros aún más crueles que sus propios marineros. No sentía el menor impulso de hacerle él mismo daño al pequeño. De hecho, el impulso que le consumía era mucho más protector. En realidad deseaba al hombre, por encima de su vocación religiosa y su aspecto inocente.

Nunca un hombre había mirado a Louis como Harry Styles se estaba atreviendo a hacerlo. De hecho, eran muy pocos los hombres que había visto en el convento, pero el reconoció el peligro en cuanto lo tuvo delante. Y peligro era precisamente la mejor palabra para describir la mirada de los ojos esmeralda de Harry. El le sostuvo la mirada, demasiado inocente para comprender el efecto que sus ojos sensuales tenían en él. Antes de que pudiera darse cuenta le había puesto la mano en la nuca y lo atraía hacia él.

Louis gritó asustado cuando sintió el calor abrasador de los labios de Harry contra los suyos y el húmedo deslizarse de su lengua que lo saboreaba. Fue un acto tan burdamente íntimo que retrocedió sobresaltado, cubriéndose la boca con la mano tembloroso. Era el primer beso de su vida, y sintió en su interior se despertaba un calor tórrido, encendiendo algún rincón de sí mismo que había permanecido intacto por las emociones humanas. Se sintió vulnerable y frágil y… asustado, muy, muy asustado. ¿Tenía Harry Styles intención de violarlo? La respuesta le pareció evidente cuando él bajó las manos por su espalda hasta sus nalgas y notó un extraño bulto que se apretaba contra su estómago cuando él lo atrajo con fuerza hacia sí.
Presa de la desesperación y el miedo, Louis empujó a Harry a un lado, se hincó de rodillas y juntó las manos en ferviente plegaria. Rezó en alto, alzando los ojos y la voz al cielo, con la esperanza de aguar con su fervor las lascivas intenciones del atractivo pirata.

—Que nuestro dulce Salvador —rezaba— me mantenga puro, de alma y de cuerpo; que me proteja de estos paganos ingleses. Que, si soy brutalmente violado, me dé fuerzas para matarme luego. —Bajó la cabeza y siguió rezando en silencio mientras Harry lo contemplaba desde arriba, impresionado por la fuerza de su fe.

Había muy pocas cosas ante las que Harry Styles pudiera sentirse derrotado, y sin embargo la fe de Louis era una de ellas. El deseo le abandonó tan deprisa como había hecho alzarse su masculinidad hacía sólo unos instantes. Dios sabe que seguía con ganas de aquel exuberante brujo español, pero esa inconmovible fe suya le desarmaba.

—Quédate de rodillas, Hermano, y reza cuanto te plazca. La idea de violar a un devoto inocente no me seduce. —Entornó los ojos y añadió con voz áspera— Eres de una valentía sorprendente, Hermano Louis. Me habría gustado mostrarte lo que te estás perdiendo por esconderte bajo ese feo hábito y esa toga. Y puede que aún lo haga, si logras reservarme un hueco entre tus continuas oraciones —dijo en tono amenazador.

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