Me recosté en la vieja y pequeña silla de madera. Como vi que resistía decidí subir mis pies sobre la pequeña mesa que sostenía nuestras frutillas. Daniel me miró hacer esto en silencio, sin opinar, y una duda fugáz cruzó por su rostro. Pero antes de poder preguntarle algo, acabé en el suelo y con los pedazos de la silla a mi alrededor.
- ¿Estas bien? -preguntó alarmado Daniel y de inmediato estuvo a mi lado.
- Creo que mi trasero sufrió graves lesiones -dije mirando el techo desde mi posición y comencé a reírme sin parar.
- Santo Dios, dale salud y menos torpeza a esta pobre mujer -miró al cielo suspirando aliviado.
- Me amas por mi torpeza, no puedes negarlo - un sonrisa nació en sus labios y se acostó sobre mi, sin poner todo su peso sobre mi cuerpo.
- Te amo por ser tu... -miró todo mi rostro, se centró un segundo en mis labios y volvió la vista a mis ojos- Y eso no cambiará nunca, te lo prometo.
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Por siempre en mi corazón [DYD18A #2]
ContoPequeños momentos inéditos de esta pareja de adolescentes que se amaron hasta después de la muerte y cautivaron a muchos con su historia.