Capítulo 2.

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Despertó de un salto, con el sudor frío corriendo por su cuerpo y la respiración agitada. Las pesadillas cada vez eran peores, nunca paraban. Resignada a no poder seguir durmiendo, decidió ir a tomar una ducha. Cuando terminó, volvió a tumbarse sobre su cama. Quizá conseguiría dormir unos minutos más.

Probablemente no habían pasado ni treinta minutos cuando volvió a despertar por los gritos de su madre indicando que se iría a trabajar, sus ojos se abrían y cerraban con lentitud, queriendo acostumbrarse a la escaza luz que se filtraba a través de las cortinas iluminando la pequeña habitación, con lentitud talló uno de sus ojos y cubrió su boca con su mano, soltando un bostezo. Sería un día largo.

...

Se encontraba dentro del salón con la apariencia de un zombie. Su cabello estaba desordenado al punto de parecer un nido de pájaros, pues no había tenido tiempo de peinarse ya que iba tarde; tenía unas ojeras horribles y se veía más pálida de lo normal debido a la falta de sueño y alimentos, debido a que ayer había llegado demasiado cansada para dignarse a hacerse de comer y tampoco había desayunado esa mañana, pero ella se sentía terriblemente mal únicamente por el hecho de que había olvidado sus audífonos. Bostezó cubriendo su boca y sus ojos se aguaron debido a esto; empezó a tamborilear los dedos contra la madera del banco, mirando a la nada. Quería que ya terminara el día. Ella sufría de tics nerviosos de vez en cuando, y lo único que lograba calmarla en esos momentos era la música. Casi todo el mundo lo sabía, ya que la primera vez que se vio en la necesidad de buscar ayuda médica fue cuando era más pequeña. En ese entonces aún mantenía sus relaciones sociales, pero fue después de ese incidente cuando la pequeña decidió apartarse de todo.

El timbre sonó y EunJi salió disparada de ahí. La gente la miraba con pena, pues ya se imaginaban lo que la pobre debía estar sufriendo, pero en cambio, Jungkook sólo podía mirarla con curiosidad.

EunJi se dirigió a los baños a paso apresurado, casi corriendo, dando codazos a la gente si era necesario; ella sólo necesitaba aire. Se adentró en el baño y tomó una de las pastillas que tenía guardadas en los bolsillos de su abrigo, pues éstas le ayudaban a controlar su tic nervioso. Juntó agua con sus manos y de un golpe se la tragó junto a la pastilla, elevó su vista entonces. EunJi al ver su reflejo quiso llorar, nunca le había importado la apariencia, pero en ese momento parecía muerta en vida. Se mojó la cara e intentó en vano peinar su cabello con sus huesudos dedos. Resignada, salió del baño rumbo a la biblioteca, su único refugio.

...

Se encontraba con la cabeza oculta detrás de un libro, intentando conciliar el sueño en vano, intentando arrullarse a sí misma tarareando una canción de cuna.

—Deberías comer —se alarmó cuando notó una mano retirando el libro que tenía como escudo. Frente a ella, un Jungkook sonriente la miraba con un plato lleno de comida en su mano. EunJi se preguntó cómo había encontrado ese lugar, si a ella misma le había tomado tiempo encontrarlo ya que estaba muy lejano a los salones de clase y la cafetería, de hecho, estaba ubicado en un pasillo casi desierto, pero supuso que alguien más ya le habría enseñado la escuela. Elevó la cabeza para poder verlo mejor; vestía de una camiseta negra, junto unos pantalones bombachos del mismo color y sus botines carmel.

—Esto no es un comedor —le recriminó ella, en un débil susurro que juraba sólo ella había escuchado, en tanto volvía a apoyar la cabeza sobre sus brazos, intentando ignorar su presencia para volver a intentar dormir, sin logro alguno. Bufó y elevó la cabeza resignada, creyendo que ya se habría ido, cuando en realidad ahora estaba sentado frente a ella, observándola con curiosidad. EunJi sintió sus mejillas arder e intentó mantener la mirada, con las manos picando por alguna razón. Sintió algo revolotear en su estomago y desvió la mirada. Era débil en ese aspecto.

Lost Stars. || Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora