La sorpresa de EunJi al oírle decir aquellas palabras a su profesor fue inmensa. Pero es que ni siquiera sabía cómo reaccionar; no sabía si estar feliz, nerviosa, incómoda o emocionada. Rápidamente se había hecho un manojo de pensamientos y, como si Jungkook tuviera la respuesta a todas sus dudas, como si Jungkook fuera a decirle qué debía sentir en aquel momento, volteó a verlo, dudosa, pues si bien ella estaba contenta por aquello, no estaba segura de que el sentimiento fuera mutuo. No había que ser demasiado inteligente para notar que Jungkook había estado evitándola tratando de alejarse de ella, por lo cual la idea no le debía parecer demasiado grata. Pero para su sorpresa, no hubo reacción. El rostro de Jungkook se volvió impasible, incluso su ceño fruncido había desaparecido, y EunJi no sabía si tomarse eso como algo bueno o malo.
La clase terminó sin que EunJi pudiera darse cuenta, y se apresuró en guardar sus libros tan pronto como vio a Jungkook hacer lo mismo. Después de todo, aun si este último se empeñaba en ignorarla, tenían que hacer aquel proyecto juntos. Lo vio pararse de su asiento, con el ceño levemente fruncido, como si estuviera molesto por algo, y caminó hacia su dirección, dándole alcance antes de que saliera del salón y se perdiera entre el cúmulo de gente que después sólo entorpecería su misión. Jungkook pareció darse cuenta de que no tenía escapatoria cuando volteó a verla, suspirando con cansancio y dirigiéndole una mirada llena de indiferencia, como si de verdad ya estuviera harto de ella, y eso hizo que EunJi sintiera una fuerte opresión contra su pecho. Le daba que Jungkook le dirigiera esa mirada cuando días antes hasta parecía sonreírle con esta. Y es que de verdad ella no sabía qué había hecho para haberle hecho llegar a ese estado. Pensándolo de esa forma, tenía unas ganas terribles de empezar a gritarle que no fuera infantil, que si iba a irse de su vida como si nunca hubiera llegado a destruir todo lo que era antes, al menos dijera algo, no que simplemente empezara a evitarla. Desde su punto de vista, Jungkook era sólo un niño infantil con graves problemas de bipolaridad.
—Si estás preocupada por el proyecto, no te preocupes, lo haré yo y pondré tu nombre en este, ¿vale? Bueno, si eso era todo tengo que irm-
Jungkook fue interrumpido por la mirada dolida de EunJi y el agarre que se había posado en su muñeca tan pronto como él había hecho el ademán de darse la vuelta y seguir con su caminata. Pero EunJi no sabía que Jungkook en realidad también estaba sufriendo, y que siempre notaba su mirada. EunJi no sabía que Jungkook se sentía culpable, tan culpable que le dolía el corazón, al punto de querer arrancárselo para ya no seguir sintiendo, para por fin poder olvidar a EunJi y dejarla ir, pues él estaba consciente de que no era bueno para ella.
—No... Jungkook, mírame —le pidió, casi suplicante, pero con una chispa de determinación en su voz—. Haremos esto juntos, ¿está bien? No dejaré que hagas tú solo el trabajo duro. Es un trabajo en parejas, así que déjame ayudarte —y sin más, EunJi le soltó, acomodando su mochila en su hombro y caminando fuera del salón.
Fue cuando Jungkook la vio unos metros más alejada, cuando por fin pareció reaccionar.
— ¡Entonces... en mi casa, hoy! ¿Está bien? —y después de tanto tiempo, aún en la lejanía, EunJi pudo observar cómo los ojos de Jungkook brillaban de aquella forma que tanto le gustaba. Después de todo, verlo desganado la había tenido muy mal hasta unas horas antes. Asintió en respuesta y siguió con su camino.
Cuando llegó a la biblioteca, se dejó caer en su lugar habitual, suspirando cansada. Ella misma no entendía de dónde había sacado tanta determinación de un segundo para otro, pero sinceramente no se arrepentía, pues Jungkook había vuelto a mirarla como solía hacerlo días antes.
—Puedo ver tu cara de felicidad desde la entrada, ¿sucedió algo bueno? —preguntó Jimin, sentándose frente a ella, con aquella sonrisa tan bonita que hacía desaparecer sus ojos.
Gracias a que Jungkook se había distanciado en la última semana, Jimin había sido el único apoyo que EunJi había tenido durante ese corto lapso de tiempo, pero el saber que contaba aún con la amistad de aquel dulce pelinegro le daba las suficientes energías para no sentirse sola. En serio aún no sabía qué había hecho para que semejantes personas llegaran a su vida de un momento para otro. Esa mañana, Jimin le escuchó y le aconsejó, diciéndole que lo mejor era aclarar las cosas ese mismo día, a lo que EunJi no había podido estar más de acuerdo, pues sólo quería saber lo que pasaba por aquella la mente de aquel chico que, pese haber pasado tanto tiempo junto a él, le seguía resultando misterioso.
Después de casi una semana, por fin recibió un mensaje de Jungkook. Y EunJi no pudo sentirse más emocionada al leer el mensaje de Jungkook, donde, apenado, se disculpaba por no haberle dicho su dirección antes y le daba indicaciones de cómo llegar hasta su casa. Jimin, a su lado, había soltando un grito bastante agudo que había sonado más como un chillido, recibiendo un par de miradas de desaprobación, aunque pareció que a él no le importo, pues no podía estar más feliz por su amiga. Eran en momentos como esos en los que EunJi sentía que Jimin era más como una mejor amiga que un mejor amigo. Ni ella creía haberse emocionado tanto como él.
Había llegado la tarde ya, y con ello la hora de ir a casa del menor. Se encontraba frente a la puerta de su casa. Esta, aunque no era una obra de arte, mantenía un jardín cuidado y se veía lo bastante grande como para que fácilmente cinco personas pudieran vivir en ella. Fue entonces cuando, por primera vez desde que conocía a Jungkook, se detuvo a pensar en por qué se habría mudado. A decir verdad, para todo el tiempo que habían pasado juntos, ella no sabía casi nada sobre él, y tampoco recordaba haberle contado gran cosa sobre su pasado.
Interrumpiendo sus pensamientos, la puerta frente a ella fue abierta, dejando ver a un Jungkook sonriente detrás de esta.
— ¿Has estado mucho tiempo ahí fuera? —preguntó Jungkook, adentrándose en la casa y haciendo un ademán para indicar que ella lo hiciera también. Ligeramente cohibida, EunJi se adentró en la casa de Jungkook, quitándose los zapatos y soltando un "con permiso" por lo bajo.
—No realmente.
Esa fue la última conversación medianamente decente que tuvieron durante todo el proyecto. EunJi se sorprendió de lo rápido que había sido todo, pero se sentía algo decepcionada porque, a pesar de haber creído que las cosas que Jungkook volverían a ser como antes, este último parecía no tener lo mismo en mente, pues sus conversaciones se habían basado todo el tiempo transcurrido en apenas monosílabos e instrucciones de qué colocar en dónde.
—Jungkook... —habían terminado el proyecto ya cuando EunJi decidió que era hora de actuar. Quizá estaba arriesgando mucho, pero no podía soportar que las cosas siguieran como lo habían estado haciendo hasta ese momento—. Cuéntame sobre ti.
La bomba pareció pillar a Jungkook por sorpresa, puesto que aunque antes se había visto completamente despreocupado, pudo notar que sus hombros se tensaron, y su semblante pareció oscurecerse.
—EunJi —Jungkook hablaba arrastrando las palabras, con el ceño ligeramente fruncido mientras parecía mirar a la nada, EunJi nunca lo había visto así, y realmente empezaba a preocuparse, pensando que quizá era como ella—. No hay nada que contar —la frialdad con la que Jungkook había hablado sólo hizo que EunJi frunciera el ceño. Realmente no sabía qué era lo que hubiera pasado en la vida de Jungkook para que este pareciera tan demacrado con el simple hecho de recordarlo, pero quería entenderlo. Quería apoyarlo—. EunJi... vete ya, por favor —suplicó—. Algún día te lo diré, en verdad lo haré, pero hoy no estoy preparado para contarte todo. No quiero saber cómo reaccionarás. No estoy preparado para ello —el tono que había usado Jungkook para decir aquello había conseguido partirle el corazón en mil pedazos. Se veía tan vulnerable que sólo quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien, que lo apoyaría y nunca se iría de su lado, pasara lo que pasara.
—Pero Jungkook...
—Por favor.
Y con eso, la conversación se cerró, y EunJi se marchó.
~
N/A: Soy una floja, ahrre sí.
Tengo mucho sueño, ahrre sí.
Ya no sé qué he escrito al final, ahrre sí.
Voy a publicar un one shot, ahrre sí.
Lamento demorar tanto, ahrre sí.
Bueno, ya, me despido x'D
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Lost Stars. || Jeon Jungkook.
FanfictionQuizá había sido la forma en la que la miraba con aquellos ojos oscuros que tanto le gustaban, o la forma en la que con su melodiosa voz parecía acurrucarla, pero Jungkook en poco tiempo había logrado calar en lo más profundo de su ser, sacándola d...