Amigos

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Bill sintió un gran alivio cuando al llegar a casa esta se hallaba completamente sola; por un momento considero que su padre ya estaba en casa, no muy feliz por su tardanza, pero era bueno al saber que era solo su paranoia lo que le estaba causando esa horrible angustia. Sin perder el tiempo fue a su habitación a terminar su dibujo de aquel chico que conoció en el parque; debía tener prisa, tenía que regalarlo el día de mañana y quería tener todo listo antes de que su padre estuviera de regreso.

Debía de admitir que estaba emocionado con la idea de regalar su dibujo; cada obra que hacia e tomaba un cariño especial pero compartirla con alguien más lo hacía sentir aún mejor que conservarlo. Buscando los colores exacto, comenzó a colorear aquel retrato y cuando termino el dibujo nunca se sintió más orgulloso de lo que había hecho. Ver al castaño plasmado en el papel le hacía sentir tan bien. Escondió entonces su ahora obra maestra debajo de su cama, no quería que fuera destruida, ni siquiera descubierta por Phil y cuando estuvo seguro salió para cumplir sus demás obligaciones.

Este llego a comparación a lo que había dicho de su trabajo oliendo a alcohol; al pequeño rubio eso no le agradaba para nada, ya que si estaba ebrio eso significaba demasiado dolor para él.

— ¿Tienes lista mi comida?— pregunto el pelirrojo a lo que el chico asintió— bien, sirve para los dos— ordeno y sin tener que pedirlo dos veces cuando fue a servirle aquel guisado que había preparado.

En esta ocasión su padre se comportó con él de forma totalmente diferente a como lo hacía mayor parte del tiempo; había comida en la sala, viendo televisión una película animada y en ningún momento lo había manoseado o lastimado y aunque en parte eso podía haberlo calmado, la realidad era distinta. Estaba acostumbrado a ese dolor, a esa humillación que consideraba que eran buenas y ahora solo se preguntaba qué estaba haciendo mal ¿se estaba aburriendo de él? Suspiro un poco aliviado cuando sintió como, al acabar la cena le tomaba de los brazos, le iba a golpear pero eso no llego, solo le abrazo, cargándolo en sus piernas, acariciando sus cabellos.

—Papá— le llamo, eso no podía ser así, esperaba que quitara eso, no estaba bien, tenía que golpearlo no mimarlo eso dolía incluso más— ¿estás bien?— pregunto pero él solo negó con la cabeza. Si lo estaba aburriendo.

—Estoy cansado— dijo sintiendo como el pequeño le abrazaba con fuerza— ¿Qué quieres? Eres un...

— ¿Ya no me quieres?— pregunto antes de besar a su padre en la boca, de esa forma morboso que sabía le gustaba. Ahogo un gemido de dolor cuando sintió como mordía su labio inferior con fuerza que hizo que probara la sangre. Le quería, no estaba mintiendo ni usando como excusa que solo estaba cansado. Se separó para acurrucarse en su pecho.

—No pienses en eso, pequeño— beso su frente para levantarse con su hijo en brazos, sintiendo como este se aferraba a su cuerpo para no caer— sabes que te quiero ¿verdad?— Bill asintió con la cabeza como respuesta mientras empezaba a bostezar, había sido un día pesado— vamos tenemos que ir a dormir.

— ¿Mañana lo haremos?— pregunto Bill cuando llegaron a su habitación; Phil no tuvo consideración en bajarlo en la cama ni cuando se quejó cuando se golpeó la cabeza con una de las esquinas.

Le causaba demasiada gracia que preguntara una pregunta como esa, como si lo deseara cuando fuera lo contrario – lo demostraba sus lloriqueos cada vez que lo desgarraba y sus ruegos que parara aunque esos últimos iba disminuyendo con el tiempo-. Simplemente eso le causaba risa.

—En un par de días, dentro de poco volverás a clase así que no quiero que este mal — se fue de la habitación para apagar todo y reunirse con su primogénito que ya estaba acostado en la cama.

Apagando la luz de la habitación, caminando en las penumbras hasta llegar a su lecho donde se acurruco en las suaves cobijas y se aferró al pequeño que no tardo en corresponder el gesto. Con eso podía dormir totalmente en paz.

...

Le seguía pensando que era una mala idea, que no debían estar en aquel parque esperando aquel extraño niño- el cual ya llevaban esperando media hora y no había siquiera aparecido- pero su hermana gemela parecía persistente en dejar todo lo cual era incluso más pesado.

—Mabel, en serio, ese niño no va a venir además tampoco me da una buena espina— insistió pero la chica solo negó con la cabeza dando a entender que no le haría caso ¿Por qué era demasiado terca?— ¿No te parece demasiado raro que un niño que sea menor que nosotros este en un parque dibujando extraños?

—Creo que si es un poco raro pero como tú dices está solo y es solo un niño y eso es triste...¡Mira, ya llego!— se apartó de su hermano, pasando de él para ir con aquel niño.

Suspiro un poco, su hermana tenía razón, se dio la vuelta para ir con ellos y con el extraño chico, este respiraba agitado, sus manos estaban apoyadas en sus rodillas y sudaba un poco, parecía que hacía poco hubiera estado en un maratón y había acabado con todas sus energías. Los gemelos Pines se miraron unos momentos pero antes de que algunos de ellos pudiera pronunciar palabra alguna el chico les presento el dibujo. El papel estaba algo arrugado, pero eso parecía ser el único defecto que tenía. Por lo demás, era demasiado hermoso.

—Lo traje— su voz salió como un susurro afónico. Aquella tarde su padre parecía recio a salir y cuando finalmente salió no tuvo otra opción más que salir corriendo— ¿Les...les gusta?— pregunto.

—Es muy bonito— comento Dipper para sorpresa de su hermana y de Bill que realmente no se esperaba aquello lo que le gusto demasiado incluso más cuando tomo su dibujo y sonrió al verlo— gracias.

—No es nada— tosió un poco recuperando la compostura. Su trabajo ya estaba hecho y era hora de volver a casa— adiós— se despidió para darse la vuelta. No pudo avanzar siquiera dos pasos, cuando sintió unas mano en sus hombros, deteniéndolo y dejándolo paralizado a pesar de que las fuerzas utilizados eran casi nulas.

—No tienes que irte tan temprano ¿Por qué no vamos a comprar helado o galletas? O galletas en forma de helado— dijo Mabel que recibió un pequeño codazo por cortesía de su gemelo.

—No tenemos dinero para eso— señalo el castaño recibiendo una mirada complica de Mabel, ella si tenía dinero. Suspiro un poco el tío Stan estaba sacando a flote ese lado oscuro de su hermana— bien, aunque claro si tú quieres, sino creo que no...

—Yo si quiero ir— asintió el rubio— aunque ni siquiera se sus nombres— dijo recordando aquel detalle que suponía era importante— yo me llamo Bill— sonrió tendiendo su mano siendo apretado por la mano de Mabel.

—Yo me llamo Mabel y a ese torpe le llamamos Dipper— señalo escuchando la queja de este— ahora que nos presentamos, vamos por lo dulces— tomo del brazo del chico para salir de aquel parque.

Dipper quiso intervenir, pero al ver a Bill sonriendo a pesar de todo no lo hizo. Siguió a su hermana, los dulces no estaban tan mal después de todo.

...

El atardecer era realmente hermoso, o eso pensaba Bill cuando veía el cielo teñido de colores anaranjados mientras caminaba de regreso a casa después de despedirse de los gemelos. Aquellos chicos le agradaban y se sintió que con ellos su dibujo estaría en buenas manos. También dijeron que podían ser amigos y aunque jamás había tenido unos, acepto sin pensarlo un momento. Incluso también acepto verlos mañana para enseñarles como dibujaba. Pronto llego a casa y cuando cerró la puerta sintió unas manos apretando sus hombros. No, no podía ser, él había llegado temprano no debía de estar en casa todavía.

—Has tardado mucho en llegar, Billy— se sintió estremecer y cerró los ojos relajándose, era lo único que podía ser. Entonces, recibió el primer golpe.

Continuara.

Hello :D ¿Me extrañaron? Porque yo si los extrañe. Espero que les haya gustado no duden en votar y dejar sus comentarios. Nos vemos en el próximo capítulo.


I'm sorryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora