¡Buenos días, princesa!

52 3 1
                                    

-¿Qué te pasa que estás tan colorada, ratita?-Linda había salido de la cocina. Oh mierda. Peter se giró hacia nosotras desde la barra, Escondí mi rostro detrás del pelo. Ahora sí que me ardían las mejillas.

-Nada... Nada.-dije

-¿Peter Pan?-preguntó poniendo los brazos en jarras.

-Peter Pan-respondí.

Linda se dio la vuelta y, mirando hacia Peter (que tenía cara de ''¿Qué he hecho? No me mates.''), chilló:

-¡Niño! Deja de intimidarme a mi ratita que aunque los mofletes rosas le queden bien no deberías hacerlo.

-¡Pero si yo no he hecho nada!-se quejó él, cual niño pequeño al que le castigan sin postre.

-¿Y por qué Wendy ha pasado a ser un tomate andante?

Entonces fue cuando Peter me miró y sonrió pervertidamente. Idiota.

-Ay, Wendy, nunca se te quitará esa tontería que tienes con los cumplidos ¿eh? No se te puede decir nada.

-Peter...-le advirtió Linda.

-Ay Peter ¿y a ti se te quitará alguna vez la manía de ir provocando por ahí?

-Yo no voy provocando por ahí.-empezó a caminar hacia la mesa. 

-Ay esta juventud...-dijo Linda.-Me rindo, me voy.-Y se fue a saltos a la cocina.

-Sí lo haces. Puedo asegurarlo.

-Repito. Yo no voy provocando por ahí.-separó las palabras y las dijo lentamente, como si fuese tonta, o extranjera, o medio sorda. 

-Mentira.

-Verdad. Yo no provoco por ahí.-marcó mucho el '''por ahí''. Incliné la cabeza y subí una ceja, pidiendo una explicación.-Yo solo provoco a quien me provoca.

-¿Insinúas que yo intento provocarte?-estábamos diciendo demasiado el verbo provocar.

-Insinúo que lo haces, sí.

-¡No lo hago!-''Al menos que yo sepa.''

-Eso es lo que tú te crees.

-¿Qué?

Se sentó en la silla de mi lado.

-Que aunque no lo intentes, consigues(y vuelvo a repetir lo mismo por décima vez) provocarme, encender algo en mi, llamar mi atención, como quieras decirlo. Y por eso hago lo que hago. Porque yo no tengo ese don de gustarte sin no hacer nada. Yo tengo que esforzarme y, seamos claros, llevo tiempo queriendo saber si lo estoy consiguiendo.

Oh, mierda.

Abrí los ojos sobresaltada al notar una mano sobre mi hombro. Vi mi café, supuse que ya frío, encima de la mesa junto con mi muffin de toffe apenas mordisqueado y el libro que Linda me acababa de regalar en mi regazo. Me había dormido.

-¡Buenos días, princesa!-gritó Peter y me abrazó por detrás, dándome un beso en la mejilla.

-Eso es de ''La vida es bella'' y creía que hoy tocaba Peter Pan.

-Bueno, tú tampoco estás siguiendo el planning, ''La bella durmiente'' toca la semana que viene.-rió.

No había hecho ninguno de esos comentarios pervertidos suyos cada vez que decía algo a lo que se podía (o al menos el podía) sacar doble sentido o le decía lo guapo que era sin querer así que respiré tranquila. No había hablado en sueños. Esperemos que no ejerciese como vidente aparte de guitarrista, camarero, cantante y a ratos escritor, como el decía. 

-¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?

-Mmm... Te dije que en realidad sí me encantaría tenerte todas las tardes aquí conmigo, te pusiste roja, me fui a la barra, abriste el libro y la siguiente vez que te miré estabas dormida.

Me miraba divertido. Bostecé.

-Madre mía, Wendy, si aún son las ocho y cuarto, ¿Cómo puedes estar tan cansada?

-¡¿Las ocho y cuarto?!-chillé. Un hombre que estaba sentado en la barra me miró y negó con la cabeza. Peter soltó una carcajada.-¿Tanto he dormido?

-Dos horas. No es tanto. 

-Oh, no, claro que no.-ironicé.-¿Y no se te ocurrió despertarme?

-No me apeteció. Estás adorable cuando duermes.-carraspeó.-Supongo que es porque no hablas.

Le pegué un golpe en el brazo y sonrió.

-Vale, ahora en serio. Me daba pena despertarte porque parecía que estabas teniendo un sueño bonito.

-¿Y eso cómo lo sabes?

-Porque suspiraste mi nombre varias veces, Wendy.-dijo. Y colgándose con gracia un trapo en el hombro comenzó a caminar de vuelta a su barra. Y allí me dejo, con la boca abierta y de nuevo roja, pero esta vez fuera de un sueño raro y... bueno, que debía haber sido culpa del chocolate y la cantidad de azúcar que le había echado a mi café. ¿Oh no? No lo sabía.

-Por cierto-se volvió a girar hacia mi, sin dejar de sonreír. Me contagió la sonrisa, solo que yo la intenté disimular.-Stella llamó, dijo que hoy no puede venir. No sé qué de mononucleosis.

''Oh genial''-pensé irónicamente.''Bueno, a lo mejor no está tan mal que no venga...''pensé mirando para Peter. Me pegué una bofetada mental.''Hormonas apagadas, Eva, hormonas apagadas''

---------------------------------------------------------------------------------------------

Holaaaaam, como ya puse en el capítulo anterior, estaría genial saber si a alguien le va gustando esto y esas cosas. Sería chachi y eso. Pero bueno. Que aunque no comentéis gracias por leer esto. Besis

PD. Nerea, si me lees, Peter no es tuyo, capulla.

Reality? I prefer fictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora