Día 5 (En el bosque)

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-Buenos días Rose.- La fuerte voz de Cont me despertó.- Son las 6 a.m, es hora de levantarse.

-Cont, aprecio mucho esto que haces pero prefiero seguir durmiendo.-No había podido dormir bien luego del sueño que tuve esa misma noche.

El granero se encontraba como la noche anterior, solo que los pétalos no se encontraban ya ahí, probablemente el viento se los había llevado, deslicé mi mano por el áspero suelo de tierra. Levanté la vista y vi a Sixta apoyada contra el marco de la puerta de nuestro escondite por la cual entraba una suave brisa. Estaba afilando uno de sus cuchillos como hacía usualmente. Su cabello se agitaba junto al viento, su único ojo atravesó su flequillo blanco  y se me dirigió con una cálida mirada. Sonreí vagamente y desvié mi vista, Sixta se acercó caminando. 

-¿Cómo te encuentras? Anoche me asusté, pensé que te había sucedido algo.-La voz de Sixta sonaba muy preocupada.

-Solo fue una pesadilla... Es normal, suelo tenerlas desde la invasión. Gracias por preocuparte de todas formas.

-Bueno, veo que la alarma que configuré en Cont funcionó. Mientras lo hacía él no dejaba de decir "¿Quien está haciendo eso? ¿Quien? ¡Vete de aquí!" sigo sin comprender por qué no me ve.-Me extendió la mano como para ayudarme a levantar.-Es hora de irnos. La aniquilación de Ellos nos espera. 

Tomé su mano y me puse de pie, hice unas señas para indicarle a Cont que era hora de irnos. Cont se paró de un salto y caminó rápidamente hacia mi. Cuando puse el primer pie fuera del granero la piel de mi cuerpo entero se erizó, hacía demasiado frío. 

-¿Sixta, no tienes frío?-Mis labios temblaban. 

-No, no suelo tenerlo.-Dijo seriamente, no logré entender a que se refería con que no sentía frío.

-Pues... Yo estoy a punto de congelarme -Sentí como alguien tocaba mi hombro, volteé, Cont me extendía su saco con el brazo, sus ojos color miel me miraban fijos con una inocente sonrisa. Tomé el saco y me lo coloqué, me quedaba algo grande pero era bastante abrigado.- Muchas gracias, Cont. 

Seguimos la marcha, Sixta parecía muy segura de para donde debíamos ir mientras yo apenas sabía donde era arriba y abajo. A cientos de metros se lograba ver una arboleda con una extensa longitud que llegaba mas allá del horizonte, eso quería decir que debíamos cruzar a través de él para llegar a nuestro destino. 

-Cont, ¿Recuerdas algo de Ellos? Nunca he visto uno ¿Como se ven?-El único rastro de Ellos que yo había conocido eran sus droides.

-Ellos se ven... Se ven como tú. Pero su tez varía entre azul y rojo, y todos tienen ojos color negro. Pero por el resto se ven igual.-Cont caminaba junto a mi, mirando hacía el frente con el mentón alto. 

Entonces fue cuando ambos tropezamos con el brazo de Sixta indicándonos que nos detengamos, miré a que se encontraba a mi derecha Sixta, luego miré hacia adelante y levanté la vista. Arboles de decenas de metros de altura se encontraban a pequeños pasos de nosotros. Un poco más arriba de la copa del árbol más alto a la vista, se lograba ver humo. 

-El bosque puede ser más peligroso de lo que crees, Rose, cientos de trampas pueden encontrarse aquí.-El brillante ojo de Sixta me miraba con calidez, pero con seriedad al mismo tiempo.

-Está bien. Intentaré... no meter la pata.- Y nos adentramos en el oscuro bosque.

Miles de árboles distintos nos rodeaban, a veces sentía que nos vigilaban pero Sixta notaba mi inquietud e intentaba calmar mis nervios. En un momento vi una sombra, que cuando yo la miré se movió, intenté pensar lo mas positivo, que fuera un animal ¿En los bosques hay animales cierto?. 

Fue entonces cuando algo hizo que me den escalofríos, había olor a comida... Era olor a pan horneado, pero se estaba chamuscando. Mirando con el rabillo del ojo, noté que a mi izquierda, mucho más allá de Cont se observaba una pequeña choza, que parecía a punto de caerse, de la cual la chimenea liberaba humo oscuro.   

Rose vs EllosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora