El sueño

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Estaba en un campo desierto, la luna roja brillaba y una luz del mismo tono se veía a la lejanía. El destello se hacía cada vez más y más grande. Se empezaba a oír sonido de fuego, fuego que ardía y estaba quemando algo. Ahora se sumaban ruidos de golpes, golpes y chirridos, una especie de tren se acercaba. No. No era un tren. Los trenes usan vías. Este no usaba vías, pero iba a la velocidad de uno. Se dirigía hacia mi. En dos segundos, ya estaba a pequeños pasos de mi, cerré fuerte los ojos y grité. Un escalofrío recorrió desde mi cuello hasta los antebrazos. 

Desplegué los ojos. Lamentablemente reconocí estar en el hall de mi antigua casa, se veía todo muy armonioso, algo que hace mucho no veía, la armonía. Entonces, entró caminando mi madre con su ropa azul para el trabajo, yo estaba sentada en el sillón, no tenía idea de como había llegado a posarme ahí. Mi madre se detuvo delante mio y se me quedo mirando tiesa. El suelo empezó a temblar y mi madre a brillar, una grieta se abrió en el espacio entre sus ojos, luego se expandió y recorrió todo su cuerpo en poco tiempo. No lograba moverme para sujetarla y evitar que ella estallase. Un destello saliendo del centro de su pecho me cegó unos instantes, luego ella, no estaba allí. 

No pude evitar llorar. El dolor de haber perdido a toda mi familia dolía demasiado. No hacía falta recordarlo. Y entonces, en un instante algo pesó en mi estómago. El peso se convirtió en dolor, el dolor se expandió y recorrió todo hasta mi boca, no podía respirar por la nariz, algo me obstruía el aire. Abrí mis labios, una flor de rosa sobresalió de mi boca. Tome cuidadosamente la flor. No podía dejar de llorar. Con todas las fuerzas, tiré de la flor, una larga cadena de tallo espinosa salió adherida a la rosa.  

-¡Rose!¡Rose!- Desperté del sueño. 

En ese mismo momento, tuve el grito más alto que alguna vez había hecho. 

Estaba en el granero rodeada de semillas con Cont acostado a algunos metros. Allí sentí un dolor en mi estómago, tosí y salió sangre, junto a algunos pétalos rojos. Sixta pareció ignorar lo que había salido de mi boca.

-¿Rose? ¿Que sucedió? Tuviste una pesadilla.- Sixta me tenía tomada de los hombros y con su ojo bien abierto me miraba preocupadamente.

-N... No recuerdo.- En realidad recordaba todo a la perfección, pero no creía que Sixta necesitase saber de esto.-


Rose vs EllosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora