"Cuestionarse sólo atrasará las cosas".

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Sus manos no tardaron en tomarme por la cintura pegándome a él para profundizar el beso, su lengua jugó con la mía cuando descaradamente apretó mi trasero, un sonido vergonzoso salió desde mi garganta, y, al escucharlo, Shownu rió en mi cuello.
-Creí que jamás te besaría de nuevo -dijo luego de morder el lóbulo de mi oreja.
La lucidez me golpeo como un balón en la cabeza, no me quedaría rojo pero si el pensamiento culposo de la infidelidad. Mis ojos me delataban más de lo que mis labios rojos -y un poco hinchados- lo hacían, su sonrisa socarrona no hizo mas que darme cuenta que había hecho lo que de verdad quería, a pesar de haber sido infiel por primera vez.
-Tengo que irme.
-Lo sé, Kuyng debe estar impaciente.
Salí con la respiración irregular, cuando llegué a la mesa Kuyng ya había terminado su comida, tuve el tiempo suficiente para pensar mejor lo ocurrido en el baño, ¿debía decirle a Kuyng?

***

"Custionarse sólo atrasará las cosas", había escuchado alguna vez, y esa frase tenía tanta razón como que el cielo era de color azul. Kuyng tarde o temprano se entraría de que me veía con Shownu, pero prefería encontrar la mejor manera de hacerlo.
Dos días habían pasado desde aquel beso apasionado en el baño de un restaurante, del cual su nombre quedó grabado en mis labios; sonreía cuando recordaba ese momento, el momento en el que me sentí como si hubiese respirado después de estar tiempo bajo el agua. Esa sensación de alivio y peligro al mismo tiempo que sentía en el pasado. Los dos días fui yo el que lo buscó, veíamos programas en la televisión y comíamos comida chatarra mientras nos abrazamos, eso era todo, sin embargo me sentía feliz.

Apagué la estufa para después colocar el ramen en el tazón, escuché sonar el timbre, por lo tanto fui a la puerta principal. Me encontré a KiHyun con una mueca que irradiaba molestia, pasó de largo.
-¿Conoces a un programador tecnológico?
Lo seguí hasta la cocina.
-Sí, a JooHeon.
Bufó colocando su computadora portátil en la isla, infló sus mejillas y yo pude probar mis fideos.
-No, él no, siempre que se descompone mi computadora lo hago que la arregle -tomó una manzana.
KiHyun había cambiado físicamente, sus rasgos habían madurado también, se notaba que tenía treinta y un años, pero, a pesar de su edad, de vez en cuando nos hacía una broma. Su trabajo como abogado no impedía que fuera de éste cambiara su personalidad.
-¿Buscaste en internet? -cuestioné con la boca llena. Él me miró como si yo hubiese dicho un chiste.
De pronto su expresión cambió mientras le daba una tercera mordida a la manzana en su mano, limpie mi boca y coloqué el plato en el lavadero. Me pregunté lo que Shownu estaría haciendo a la par que fregaba el tazón y los palillos, de fondo escuché a KiHyun preguntar por alguien que supiese arreglar computadoras al teléfono.

En ese momento, mientras pasaba la esponja con jabón por el vaso de vidrio que anteriormente tenía jugo de naranja, todo el pasado parecía un sueño, los años habían pasado tan rápido si lo pensaba con detalle, pensé también en el futuro; con casi treinta años no tenía hijos, y no era como si me entusiasmara la idea, pero era lindo pensar en personitas corriendo por el departamento. O quizá tenía que pensármelo más a fondo.
-¡Listo! En cuarenta minutos vendrá alguien a arreglar mi computadora -salí de mi ensimismamiento cuando escuché a KiHyun detrás de mí.
¿Yo estaba pensado en tener hijos?

-La idea de comprar una nueva no se te ocurrió, ¿cierto?
Sus ojos se entornaron.
-Claro que sí, pero aquí tengo toda la información de los casos. Si los pierdo me volveré loco, ojalá ese tal Yoo Seung Woo pueda hacer algo.

You again [ShowKyun].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora