Propuesta.

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ChangKyun.


A la ocho de la noche llegó Kuyng con dos ramos de rosas, cuarenta de ellas en cada uno; los colores blancos y rojos predominaban. Kuyng tenía una enorme sonrisa en su rostro y sinceramente olía un a alcohol, sus ojos estaban un tanto rojos con un brillo; qué decir de su ropa desaliñada y su cabello alborotado.
Lo miré sin entender lo que pasaba.
-¿Estuviste bebiendo? -cuestioné cerrando la puerta, su tambaleo al caminar me lo confirmó.
-¡Eso no importa, Chan... Chang... ChangKyunie!
Giró con brusquedad, tambaleándose aún más, lo tomé de los brazos para evitar que se cayera. Kuyng no toleraba el alcohol, para nada, con un par de cervezas ya estaba demasiado borracho como para saber en que día estaba. Me pregunté cuánto había tomado para estar en ese estado.

-Ven, te daré un baño.
Él se alejó de mí diciendo que no iría a ningún lugar hasta decirme algo importante, luego comenzó a reír por algo que balbuceó, hice mis labios en una linea para dejarlo decirme eso tan importante para él. Tomé los dos ramos de rosas cuando Kuyng trató de poner una rodilla en el suelo, por supuesto no lo logró y al final decidió sentarse por completo.
-Chan... ChangKyunie, sabes que te amo, ¿cierto?
-Sí, lo sé. Ahora vamos arriba.
Me detuvo y negó rotundamente con la cabeza.
-Aun falta algo. Tú eres la única persona que me hace feliz, en todo el mundo -metió su mano al bolsillo de su pantalón, se tardó unos segundos para sacar una pequeña caja negra. Abrí la boca pero de ella no salió nada, ninguna palabra-, yo quiero... quiero pedirte algo. ChangKyunie, ¿quieres casarte conmigo?
Esa era una razón para no volver dejar tomar alcohol a Kuyng.

El programa de la televisión seguía su curso con normalidad y las risas del presentador era lo único que se escuchaba en todo el departamento, Kuyng a pesar de su embriaguez se notaba serio y firme en sus palabras. Yo me sentí asustado de pronto y un calor hizo presencia en mi cuerpo, ¿casarme con Kuyng?
La franja dorada en medio del color plata brillaba mientras yo estaba en silencio con la boca abierta sin saber qué hacer exactamente.
-Estás demasiado ebrio, Kuyng.
Dejé los ramos en el sofá y levanté a mi novio del suelo, llevándolo al baño escuchaba como él deseaba una respuesta de mi parte y canciones en medio de las peticiones del "sí". Me negué a hablar con él mientras lo metía al agua, y una vez terminé Kuyng cayó rendido apenas tocar la cama. Yo fui a la cocina para prepararme un té mientras veía los ramos y el anillo.
Casarme con Kuyng no estaba en mis planes.








Perdón, prometo que los capítulos que siguen serán más largos :)

You again [ShowKyun].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora