Capítulo IV

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No se percató del momento en que llegó a casa de no haber sido por los maullidos de Mandy desde la ventana. 

Su mente lo torturaba con uno de los peores recuerdos de su infancia.

 Jung Hoseok era el diablo en persona. Su nombre era la abreviación de todo lo que significaba el miedo y el dolor para Taehyung.

  
   
  
Flashback 
  
   
  
Las calles estaban desiertas, y todos los negocios cerrados. Caminaba tranquilo hacia mi casa.

Era medianoche. Había estado ayudando al hermano menor de mi mejor amigo con tareas del colegio, y tardamos más de lo previsto. 

Pateé una piedra que estaba delante de mis pies, y seguí pateándola hasta que terminó en medio de la calle. 

Hacía mucho frío, el invierno había llegado y manifestaba su presencia. 

Me entretenía con el vapor que emanaba el calor de mi boca al chocar con el aire frío. Oí un carraspeo

Me detuve en seco, algo asustado.

Una sombra salió y se posó justo delante mío, donde pude verle la cara ya que estaba debajo de un farol.

Era Hoseok.

Últimamente él ha cambiado un poco. Ya no me golpea.

No puedo decir que es mi amigo porque sigue mirándome con odio, pero sus golpes y agresiones habían cesado y sus amigos tampoco se acercaban.

— Hola Taehyung.— su voz sonó más ronca de lo que era.

— Hola... Hoseok.—

— ¿Por qué estás aquí a esta hora?—

— ¿Por qué te importa?— quise salir corriendo en el momento que dije eso.
Hoseok era una caja de sorpresas, nunca podrías adivinar su reacción ante algo, pero si estaba seguro de que un comentario así sería lo indicado para que deje atrás toda esa amabilidad que estuvo teniendo y me deje inconsciente en el suelo.

No habló, sólo soltó una risa parecida a un bufido y se acercó a mí. Creí que me golpearía como siempre, pero estaba demasiado cerca y sus brazos estaban relajados a los costados de su cuerpo.

Sentía mucho miedo, como cada vez que él me miraba con esos oscuros ojos.
Posó una mano en mi hombro, y yo me hice para atrás. Y a cada paso que yo retrocedía él avanzaba.

Llegó un punto en donde terminé con la espalda contra una pared, estaba atrapado.

Mi incertidumbre se reducía a porqué no me había golpeado, y porqué me tenía tomado de la cintura.

— No... No me hagas nada...—

Sonrió. Y fue la sonrisa más escalofriante que vi en mi vida.

Con fuerza me dió vuelta, con el rostro pegado a la pared, mi cabeza había golpeado duramente el cemento.
Tomó el borde de mis pantalones, y temí lo peor.

Comencé a moverme para zafarme, pero Hoseok pegó su cuerpo al mío y me dejó inmóvil.
Arrancó mis pantalones junto a mi ropa interior, dejándome al descubierto.
Pude sentir como el hacia lo mismo.

El miedo y la desesperación me invadían.

— Ho... Hoseok... Déjame por favor.— las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos y mi voz se quebró al punto de ser casi inaudible.

Ángel ☹ VHopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora