Capítulo VI

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Intentó levantarse reiteradas veces, pero tanto su físico como su mente lo impedían.
 
Lo único que lo incitaba a levantarse era el tener que comprar un regalo para Kwan.
 
Realmente no quería ir a una fiesta, pero Kwan lo consideraba su amigo, y no quería decepcionarlo.
Y no es que Taehyung no lo considerase su amigo, pero dudaba de tener un vínculo se completa confianza con él.
  
   
Aquello era demasiado para digerir. Estuvo viviendo como un fantasma todos estos años, resignándose a tapar sus heridas emocionales y a evitar cualquier cercanía física o emocional con quien fuese; intentando siempre evitar en vano no pensar en los motivos por los que dejó Daegu.
  
Y ahora, cuando lograba pasar al menos dos días sin tener que pensar en todo aquello que lo destruyó, obligándose a encerrarse a llorar, tiene que encontrarse junto a él. Quien seguramente poco y nada le importaba el sufrimiento y la vida de los demás, quien alguna vez hizo que Taehyung intentara dejar de existir, y lo hubiese hecho, si la simple cobardía y temor de Taehyung no hubieran apoderado su cuerpo lleno de desesperación cuando solo tenía dieciséis años.
  
 
Taehyung jamás entendió a Hoseok. Nunca tuvo cercanía hacía él. ¿Por qué tuvo que hacerlo sufrir?
 
¡Joder, solo eran niñatos que cursaban el mismo colegio!
¿Por qué tuvo que arruinar la vida de Taehyung de esa forma, más de lo que ya estaba?
  
¿Por qué tuvo que hacer cenizas de las ruinas?
 
Dicen que la vida es un espejo; si sonríes, ella te sonreirá de vuelta.
 
Entonces, ¿Por qué la vida reía mientras Taehyung gritaba?

     
      
Sin ser consciente, Taehyung comenzó a morderse el labio inferior mientras las lágrimas volvían a salir, de una forma más amena que la noche anterior.
   
Aquel ardor que sentía en su pecho lo desesperaba.
  
   
Taehyung era demasiado débil para resistir los golpes de la vida.
Pero también era demasiado cobarde como para dejarla de lado.
  
  
Quizá fue el recordar aquellos momentos lo que le hizo notar que a pesar de tener veinte años seguía sin tener motivos para vivir.
Seguía sin tener motivos para hablar, aún no existía nada que lo hiciese sonreír.
  
  
 
Fue luego de esa noche de dolor, donde se hizo una promesa a sí mismo.
  
Una cuenta regresiva.
  
  
<<Si en un mes no consigo volver a tener un motivo para vivir con sinceridad, entonces dejaré todo de una vez por todas.>>
    
   
   

Cosa que era altamente cuestionable, ya que llevaba años viviendo sin poder vivir realmente.
   
    
    
    
     
    
    
   
   
Buscando por Internet pudo encontrar lo que consideró sería un buen regalo para Kwan.
  
El pequeño estuvo contándole a Taehyung por mucho tiempo que deseaba comprarse una guitarra, una marca en específica, pero que su sueldo de mesero no le permitía darse tal lujo, además de que tenía que mantener a su hermano, ya que él se había comprometido a pagarle los estudios.
 
Así que Taehyung clickeó en el botón verde de "Comprar" para recibir el instrumento esa misma tarde en su domicilio.
Esperaba que a Kwan le agradase su nueva guitarra Gibson.

    
    
    
    
     
    
    
   
     
    
Deseaba haber tomado un taxi, así no debería estar caminando hacia la casa de su amigo mientras cargaba la guitarra en su espalda.
 
   
Llegó a la dichosa casa, la cual estaba iluminada en el ante jardín por faroles colgantes, la puerta abierta de par en par, y algunas personas afuera.
La música de oía desde la entrada, pero no estaba tan fuerte como oara ser fastidiosa.
 
Entró y lo primero que vio fue a Kwan sobre la barra de las bebidas cantando "Lu" de Luhan, pero mucho más desafinado y con extraños movimientos que de seguro él pretendía como "sexy".
Varias personas al rededor lo grababan y aplaudían.
 
  
— ¡Taehyung!— gritó en cuanto vio a su hyung observando la escena. 
  
Taehyung rápidamente se percató de que el regalo era sumamente visible e intentó como acto reflejo, esconderlo detrás de él.
   
— Kwan... Este... Feliz cumpleaños pequeño.— dijo tendiendole la guitarra por la correa de la funda— espero que te guste.
  
Kwan dejó a Taehyung con el regalo colgando, mirando fijamente a su hyung.
  
— ¿No te gustó?— preguntó claramente decepcionado.
 
— ¿Bromeas? ¡Hyung esto es genial, ¿Por qué gastaste tu dinero en esto?! ¿¡Tienes idea de cuanto cuesta!?— Taehyung esbozó una sonrisa hacia el menor que se encontraba eufórico tratando de sacarle la funda torpemente al regalo mientras murmuraba cosas inentendibles.
El mayor revolvió sus cabellos amistosamente y dejó por primera vez que Kwan lo envuelva en un fuerte abrazo.
 
   
— Vamos hyung, tomemos algo.— Taehyung se percató de que ahora nadie le daba atención al dueño de la fiesta— Ten, es piña colada, te gustará.— dijo mientras le extendía un vaso a su hyung.
  
  
Pasaron tan solo unos minutos discutiendo de porqué había gastado su dinero en una guitarra como regalo, hasta que aparecieron dos individuos que Taehyung pudo reconocer fácilmente.
  
— ¡Mira! ¡Jin hyung y Jimin hyung están aquí!— exclamó Kwan mientras levantaba su mano— ¡Hyung! ¡Aquí hyung!—
 
A Taehyung le causó gracia como la mayoría de los presentes volteaban a ver a Kwan al escucharlo decir "Hyung".
  
  

— ¡Kwan! ¡Feliz cumpleaños pequeño!— dijo Jin acercándose al menor y abrazándolo, acto que Jimin también imitó. 
  
— Hola Tae, ¿Cómo has estado?— preguntó Jin llamando la atención del nombrado por el repentino apodo.
 
— Muy bien... Gracias.—
  
— Me alegro, es bueno verte de nue- ¿¡JIMIN QUE HACES CON ESE VASO!? ¡TÚ NO PUEDES BEBER MOCOSO, DEJA AHÍ!—
 
— Hyung... No grites tanto, me avergüenzas.— dijo Jimin sonrojándose por la actitud del mayor.
 
Kwan reía por la escena, Jin extendiendo hacia arriba el vaso que Jimin tenía minutos atrás y este tratando de alcanzarlo inútilmente debido a su altura.
 
  
  
  
  
   
   
   
Poco después, cuando Jin tenía unos tres vasos de alcohol encima, y que Taehyung pudiera darse cuenta que actuaba como una madre y una diva al mismo tiempo, los cuatro chicos estaban sentados plácidamente en uno de los sillones hablando amenamente.
  
Kwan decía que era mejor estar adentro ya que faltaba bastante gente por llegar, y que de seguro todas se irían afuera, por eso la sala sería el único lugar donde podrían hablar.
  
 
Jin a pesar de tener unos vasos encima, era consciente de que no debía preguntar nada relacionado a la vida familiar de Taehyung después de lo que pasó en el restaurante, así que solo se limitaba a hablar de temas superficiales, aunque éste no respondiese demasiado.
   
   
  
A pesar de todo, Taehyung estaba sintiéndose un poco mas suelto y mareado a la vez; ya no llevaba la cuenta de cuántos cócteles y diferentes bebidas había probado ya, pero comenzaba a ver borroso y a ceder ante el sueño.
  
  
Jimin lo invitó a salir al patio mientras dejaban a Kwan y a Jin conversando tranquilamente. 
   
   
Se sentaron en el césped, un poco alejados de la multitud.
   
  
   
Jimin le hablaba, pero Taehyung apenas escuchaba.
 
De pronto, los ojos de Taehyungse desvían hacia dos chicos que conversaban, uno de ellos con un cigarrillo entre los dedos y el humo bailando por el aire.
  
Podría jurar que si su visión no estuviera borrosa, reconocería al chico de cabellos negros que empujaba amistosamente al rubio que fumaba.
  
  
— Aquel... Aquel chico de allá...— murmuraba señalando; o intentando señalar ya que su mano perdía estabilidad.
  
— ¿Cuál chico? ¿El rubio de allá?  ¿Min Yoongi?—
  
— No... El otro...—
  
— ¿Jung Hoseok?—
   
   
Y no sabe si fue por el alcohol, o por algún otro motivo; Taehyung se desmayó. 
   
   
    
    
   
    
    
    
   
    
     
    
    
    
    
   

    
    
    
    
    
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Mil perdones por tardar tanto en actualizar, pero me sentía estancada en cuanto a creatividad, lo siento mucho.
  
Gracias a todos los que se toman el tiempo de leer ♡
Gracias por seguir apoyandome ♡
  

Ángel ☹ VHopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora