Las cosas habían estado raras con Alec desde hace un mes, nadie sabía que le había pasado. Luego de llegar de una misión muy herido comenzó a comportase de forma horrible (eso sin mencionar lo de Magnus), Rafael estaba desaparecido y al enterase hizo como si la vida de su hijo le diera igual. Max no quería acercársele porque se sentía mal a su lado, era como estar con un extraño en vez de su padre, un extraño de esos que podrían asesinarte y hacerlo parecer todo un accidente.
También estaban las desapariciones por (literalmente) todos lados, ya iban 15 desaparecidos esa semana, 48 en el mes y se le seguían sumando con cada día que pasaba. De los desaparecidos se confirmó que al menos 20 de ellos ya habían muerto, sus cuerpos fueron encontrados cerca del Central Park, por cómo se encontraban primero pensaron que los habían devorado sirenas ya que ellas son las que atacan de ese modo pero algunas cosas no cuadraban, como el hecho de que no todos eran humanos además de que no tenían casi nada de sangre en sus venas. Algunos de los cuerpos nadie sabía de dónde habían salido o quienes eran, otros desaparecieron como por arte de magia. A eso se le sumaba el hecho de que la actividad demoniaca disminuyó con creses en ese lapso de tiempo, lo cual sería bueno de no ser porque cuando llamaron a Magnus para que les ayudara a descubrir el porqué de esto, el demonio al que invocaron les dijo algo como –Mientras esa cosa siga rondando ninguno de nosotros se va a entrometer, no es nuestro problema–. Demás esta decir que La Clave estaba hecha un caos, después de todo ¿Qué clase de criatura sería capaz de hacer temer hasta los mismos demonios? Estaban en un lío grande, muy grande.
Volviendo al tema de Alec, nadie tenía idea de donde se metía. Con Magnus no estaba viviendo eso era claro, mientras que por el instituto ni a saludar pasaba. Lo más sospechoso de todo era que siempre se encontraba cerca de donde ocurrían las desapariciones o llegaba justo después de que encontraran un cuerpo, otra cosa preocupante era que en ninguna de las veces que esto pasó se le veía sorprendido o perturbado por la escena. En vez de eso se mostraba casi aburrido, hasta que alguien demostraba su dolor, algunos aseguraban haberle visto sonriendo en más de una ocasión en esas escenas como si el dolor ajeno le causara placer.
–No entiendo qué demonios le pasa– hablo Isabel exasperada –ha estado raro desde que volvió de esa misión ¡Algo tuvo que haberle sucedido! ¡Conozco a mi hermano y él no es así! Aquí está pasando algo más de lo que nos quiere hablar.
–¿Creen que pueda estar poseído? Ya pasamos por eso una vez con Jace, quizás por eso se comporta de esa manera.
–Esa es una buena teoría Simon, ¿pero quien querría poseer a Alec? ¿Y con qué fines?
–No, no es lo mismo.
–Eso no ayuda teñido…
Clary, Jace, Simon e Isabel habían llamado a Magnus para comentarle de sus sospechas respecto a Alec. El brujo aunque en un principio no había querido saber nada, terminó por aceptar para que le dejaran sufrir en paz, ahora se encontraban todos reunidos en la biblioteca del Instituto de New York. Clary y Simon estaban sentados en el suelo, Isabel caminaba de un lado al otro frustrada, Magnus estaba sentado en un sillón con expresión indescifrable y Max estaba dormido en su regazo (desde la desaparición de Rafael no lo había dejado solo ni un solo segundo) Jace se encontraba en una esquina ojeando un libro distraídamente que parecía ser de demonología.
–Todas las veces que he estado cerca de él he tenido una sentido algo similar a cuando Jace estuvo poseído por Sebastian, algo que no encaja, es como si estuviera usando un glamur constantemente.
–¿Crees que alguien se esté haciendo pasar por él?– Esta vez fue Jace quien hablo mirando a Clary a lo que ella se encogió de hombros cruzando los brazos por debajo de su pecho antes de contestar.
–Es una posibilidad. Lo que nos deja con la duda de donde se encuentra el verdadero, al menos sabemos que está bien, de lo contrario tu runa parabatai nos lo hubiera advertido ¿Cierto?
–Sí, aunque es raro… a veces no logro sentirlo, es como si algo hiciera interferencia, dura unos segundos y luego ya todo normal.
–¿Creen que pueda estar en otra dimensión?
–¿No que solo los demonios pueden pasar de una dimensión a otra?
–¿Tú qué opinas Magnus?– La pregunta de Simon logro sacarlo de trance, al parecer estuvo pensando en algo mientras ellos divagaban porque su rostro adquirió algo de brillo como si se le hubiera ocurrido una idea. El último mes no se había comportado como el mismo, El siempre fue el alma de la fiesta, alegre, vivaz dejando una ola de brillo a su alrededor pero desde lo sucedido incluso había dejado de vestirse tan extravagante y siempre andaba deprimido, por eso el que se animara, aunque fuera poco, era signo de algo bueno.
–¿Y esa cara? ¿Se te ha ocurrido algo?
–Sí, pero necesitare de la ayuda de una amiga…
Al parecer no todo estaba perdido.
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El Ilusionista [MALEC]
Short StoryAlec y Magnus llevan una vida feliz y tranquila con sus dos hijos Max y Raphael Lightwood-Bane, después de la guerra contra Valentine y La posterior contra Sebastian las cosas en el mundo de las sombras parecían haber vuelto a la normalidad. Pero n...