Las cosas se complicaron cuando el supuesto Alec fue acusado de matar a un Nefilim. Sería juzgado ante La Espada Mortal, a partir de ahí ya se vería cual sería la sentencia. Claro que ninguno contaba con que en el momento en que sostuvo la espada en sus manos comenzaría a reír como un maniaco. Luego todo se volvió un caos, una densa bruma los cubrió a todos, la misma fue descendiendo hasta que solo quedo una débil nube de polvo. El demonio había revelado parte de su verdadera naturaleza usando como base la imagen de Alec; cambio sus dedos por largas garras, su cabello más largo en un corte disparejo que llegaba casi hasta el suelo, su cuello se hizo más alargado con un extraño patrón de manchas negras y rojas por toda la piel (misma que ahora daba la sensación de estar pudriéndose), una sonrisa deforme y llena de afilados dientes cetáceos le añadían un aspecto aun mas tétrico a su apariencia, eso por no mencionar sus ojos de los cuales ya nada blanco quedaba en su interior, era como ver adentro de la más profunda oscuridad.
De un momento a otro nadie sabía que pasaba, algunos escuchaban las voces de sus seres queridos rogando ayuda, otros se veían atrapados en alucinaciones que los llevaban al borde de la locura. Cada uno atrapado en su propio infierno mientras que de fondo se escuchaba la risa de algo inhumano, fuerte y clara en sus tímpanos. No había escapatoria, la criatura los encerró a todos en sus propias burbujas. Mientras que para algunos el tiempo pasaba demasiado rápido otros luchaban por que dejara de ir tan lento, los veían caer uno a uno sumergidos en su dolor y desesperación, las escenas repitiéndose una y otra y otra vez sin parar, estaban atrapados.
O al menos lo estaban hasta que un ruido aun más fuerte los sacó de sus pesadillas. Primero vino un gran estruendo seguido de una explosión, poco a poco la risa dejo de escucharse pasando a ser gruñidos mezclándose con el sonido de golpes, el polvo que aun estaba fue desapareciendo hasta quedar nada. En el centro de todo el caos dos personas luchaban contra el demonio; vestían ropas similares a la que usualmente era usada por los Nefilim en las cacerías de demonios, con la diferencia de que estas eran de un tono marfil y tenían runas adornándolas en tonos dorados y plateados (aunque ni Clary pudo reconocer cuales eran).
El primero de ellos luchaba con una espada de luz blanca, la cual por lo que vieron cambiaba de largo a gusto de su portador a veces luciendo tan corta como para pasar por una daga, su cabello estaba atado en una coleta de caballo a mitad de su cabeza sostenido por una cinta que cuando la luz le daba parecía contener todo un espectro de color dentro de ella, era pelirrojo, tanto que daba la impresión de que su cabeza estaba en llamas constantemente, usaba una máscara por lo que no era posible distinguir su rostro. Su forma de luchar era propia de un experto esgrimista, a pesar de todo se veía joven y sin dudas era muy rápido de modo que en ocasiones dificultaba el saber donde estaba.
El segundo había llegado minutos después, usaba un diseño de ropa similar al primero con sus runas en tonos plateados. A diferencia este no se podía distinguir bien su cabeza ni su torso debajo de la caperuza blanca que le cubría casi toda su cara y gran parte del cuerpo, el cuello, la nariz y la boca las cubría un pañuelo plateado. Este usaba un arco que se veía estaba hecho de madera blanca (Casi parecía ser la rama de un árbol curvada) no necesitaba de flechas ya que estas aparecían solas cada vez que templaba la cuerda para disparar.
Nada más llegar comenzó a disparar estas flechas de luz formando un círculo perfecto alrededor de su compañero y el demonio con el que luchaba este dejándolos a ambos adentro, cuando termino el pelirrojo hizo un movimiento parecido a un paso de baile mientras que el otro dijo unas frases en un idioma desconocido, las flechas de luz comenzaron a hacerse más pequeñas como velas derritiéndose a pasos rápidos formando un diseño tan hermoso como complicado en el suelo, eso pareció debilitar al demonio por lo que el arquero aprovecho para lanzar una última flecha directo al corazón exterminándolo por completo.
El diseño circular fue cambiando de tamaño, primero haciéndose pequeño y luego se extendió por todo el lugar con una velocidad impresionante, la onda de luz envolvió a todos hasta desaparecer. Al abrir los ojos todo estaba en perfecto estado como si nada hubiera pasado, incluso con más luz.
–¡Por fin! Comenzaba a creer que nunca daríamos con el correcto, por eso odio a los ilusionistas ¡son peores que las cucarachas!– Todos dirigieron su atención al chico pelirrojo que ya se había quitado la máscara dejando ver unos impresionantes ojos tan azules como el mar de las playas de Cancún, el cual soltó una risita jovial a la vez que se quitaba parte de su armadura la cual desaparecía como por arte de magia cabe destacar, su espada se fue haciendo más pequeña y delgada hasta a ser no más que un pequeño rallo de luz el cual se enrolló cual boa en su muñeca derecha dejando un pequeño tatuaje de dragón antes de desaparecer. Al final solo quedo un muchacho de no más de 17 años (Con el cabello más corto) visiblemente divertido por ver a su acompañante luchar con su ropa tratando de quitarla, el arco había desparecido de la vista de todos en algún momento –¡Por mis ancestros! Gideon Deja que te ayude antes de que te mates con ese pañuelo– entre risas pronunció unas palabras en el mismo idioma raro de antes, toda la ropa de guerrero se fue al instante, dejando a nada más y nada menos que a Alec.
– ¡por el ángel! esa cosa me estaba asfixiando… Deja de llamarme por mi segundo nombre, eres desesperante– a pesar de lo que dijo él también lucia divertido, el otro solo le saco la lengua infantilmente. Alec volvió la vista a sus amigos, familiares, novio e hijo menor, los cuales se habían acercado a ellos una vez que termino la pelea con expresiones de alivio, sorpresa y felicidad –Un mes, tuvieron un mes entero para notarlo… ¿Y a ninguno de ustedes se le ocurrió que esa cosa era un demonio!– su voz se notaba indignada.
–Yo siempre supe que esa no era mi hermano– todos rodaron los ojos ante lo que dijo Jace, el cual le había abrazado a lo que los demás se le unieron, incluido el pelirrojo a quien Alec miro alzando una ceja.
–¿Qué tiene? Me gustan los abrazos grupales– Alec soltó una risa ahogada en respuesta, antes de pedirles a todos (tan amable como pudo, lo cual se resume a nada) que le dejaran respirar.
–Así que… ¿Qué fue todo eso de hace un momento con el demonio, las luces y demás?
–A eso se le llama evolucionar de Nefilim a exorcista pequeña pelirroja– contesto el otro dejando a todos igual o peor de confundidos.
–Es largo de explicar, les contare todo luego de que Lú traiga a Rafael.
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El Ilusionista [MALEC]
Short StoryAlec y Magnus llevan una vida feliz y tranquila con sus dos hijos Max y Raphael Lightwood-Bane, después de la guerra contra Valentine y La posterior contra Sebastian las cosas en el mundo de las sombras parecían haber vuelto a la normalidad. Pero n...