Me alejé de él, sin nervio alguno. Suspiré, antes lograba ponerme nerviosa a mil...
''¿Me das las llaves?''pregunta estirando su mano.
''¿No escuchaste cuando te dije; ni en tus mejores sueños Bieber?''
''Oh, vamos ___. Es solo un auto, que lo va a manejar tu ex novio.''
''No es solo un auto, es un bebé que me costó conseguirlo''
''Debes ganar millones con la mafia, no digas que te costó.''
''Bueno, no me costó'' suspiré'' pero no te dejaré manejar-lo.
''Será raro ver a una chica manejar y un chico de copiloto, así que... '' hace unos trucos y me saca las llaves, mierda. De nuevo lo hace'' yo manejo.
''¿Sabes que te odio?''
''Mh, sí. Me lo dijiste millones de veces ¿lo recuerdas?'' sonríe de lado'' Ahora, sube al auto.
Bufé y subí a mi auto, que lo iba a manejar un estúpido. Ojalá no lo rompa, ni nos haga tener un accidente, porque ahí si muere pero antes me compra otro.
''No es la casa de siempre'' murmuré antes de que encienda el motor.
''¿Dónde es?'' me da una rápida mirada, para después mirar para atrás y así salir marcha atras.
''En Bronx, al sur''.
''¿Viven ahí?'' pregunta asombrado.
|Una aclaración, Bronx es un barrio de New York, que es peligroso, más en la parte del sur donde dice ___, es real ese barrio lo busqué en google, para que la historia tenga cosas como ''reales'', jaja. Bueno, sigo:)|
''No, la casa esa está ahí. Yo vivo en The hapmtons, todavía'' suspiro.
''¿Tus padres están vivos?''
''Eso no importa''.
''No lo están ¿cierto?''
''Sí, están vivos. Pero son cosas mías Justin, deja de meterte en mi vida ¿quieres?'' suspiré, metido.
''Bueno... solo me preocupaba por tí''.
Miré para afuera, ¿qué le pasaba a este? primero llega como si nada, a pedirme ayuda, como si no me lastimo ni nada. Segundo quiere manejar mi auto, mientras no tengo nada de confianza en este.Tercero quiere meterse en mi vida. Alguien me diga, ¿qué mierda de la vida le pasa?
Veo que está la casa, le pido que pare rápido antes que se pase de largo. Salgo del auto y el me sigue, abro la puerta dejo que el pase y salgo corriendo a la oficina de mi hermano, para llamar a todos con el alta voz que les llegaba a sus auriculares escondidos. Me tiro a la silla giratoria y me pongo frente al micrófono.
