No se que titulo poner :vvv

Capítulo 3

Luego de la Ceremonia de Bienvenida, los tres chicos se marcharon cansados de escuchar el parloteo constante del director.
Aún tenían unos minutos antes de tener que ir a sus salones de clases.

-Oigan... ¿Alguien ha visto a Kazama? No lo vi por ningún lado durante la Ceremonia.- Preguntó Tachikawa mirando a su alrededor.

-Nop. Si quieres te ayudo a encontrarlo.

-No te preocupes, solo me preguntaba donde podía estar. Si me disculpan, debo ir a hacer algo.

-Adiós.

-Chao.-

Tachikawa se marchó a algún lugar y los otros dos lo observaron hasta perderlo de vista, entonces se creó un silencio incómodo.
Jin decidió sacar un tema de conversación algo desesperado, y no se le ocurrió nada mejor que:

-Oye ¿Te gustaría ir a cenar a mi casa esta noche?- Jin se dió cuenta de la estupidez de su invitación. Era obvio que el chico no acep-

-Está bién.- Respondió el menor.

"Realmente aceptó?"
se preguntó Jin en su cabeza mientras el pelinegro se golpeaba internamente por haber aceptado así como así.
Amo recapituló: Lo había conocido en la calle, se lo había encontrado en el instituto nuevamente (ambas veces chocando con el), el otro lo invitaba a su casa y el chico aceptaba. "Esto es cosa de locos" pensó el pequeño. Sin embargo ya había aceptado, así que no podía hacer nada.

Se dirigió a su salón asignado y buscó un asiento libre. Colocó su mochila en el respaldo de la silla y se sentó a esperar a la profesora de geografía.
Genial.
Odiaba geografía con toda su alma. El ojidorado esperó pacientemente a la hora del almuerzo. Salió al patio buscando un lugar apropiado para comer (o sea, apartado de toda la gente que corría por el lugar) para sentarse a comer. Pero justo cuando iba a comenzar...

-¡Hola!

-¡¡Waaaah!!- El pelinegro pegó un pequeño gritito mientras daba un salto del susto, y se hubiese caído del banco de no ser porque la persona que lo había asustado le había sostenido.

-Oh! ¿Te asusté? Lo siento.- Cuando Amo miró para atrás se encontró con Jin observándolo algo sorprendido.

-Nooooo! ¿Como se te ocurre que me asustaste? ¿Quién lo hubiera dicho?- Se burló el menor con sarcasmo mientras ponía las manos en sus mejillas para exagerar el gesto.

-Jejeje. Oye ¿Puedo comer contigo?

-...

-Prometo no molestarte.- Amo iba a negarse, pero justo antes de que pudiera responder cualquier cosa el castaño puso una carita de perrito mojado que impidió a Amo negarse, enojándose consigo mismo al no poder negarse a lo que el ojiazul pedía.

-Argh! Está bién!- El ojidorado le hizo un espacio al mayor en el banco que "casualmente" era bastante pequeño mientras el otro victorioso, se sentó al lado del chico.

-Y... ¿como te fué en clases?- Preguntó Jin sacando tema.

-No me pasó nada interesante. Solo me aburrí mucho.

-Ya veo... realmente la mayoría de las clases son muy aburridas.

-Tu crees?- Amo al fin se dignó a mirar al otro.

-Aham. ¿has hablado con alguien?

-No.

-Absolutamente nadie?

-No.

-Ni una sola palabra?

-No.- Jin suspiró.

-Realmente no te gusta mucho socializar ¿no?

-...

-Eso me dice todo. Pero en fin, es tu forma de ser. Supongo que no todos somos iguales.-

El pequeño ojidorado miró al otro sorprendido. La gente solía rechazarlo por ese comportamiento, se cansaban de que fuera tan frío en indiferente al tratar a las personas... pero el estaba haciendo justo lo contrario. Se esforzaba en conversar con el, a pesar de que se notaba que el pelinegro no ponía absolutamente nada de esfuerzo de su parte.
El chico esbozó una pequeña sonrisa que conmovió al ojiazul de sobremanera.

-¿Ves? Puedes ser una linda persona si así lo deseas.- Dijo el otro sonriendo.

Amo se sonrojó  levemente sorprendido. Nadie le había dado un halago desde que el chico recordaba.
En ese momento sonó la campana.

-Vaya, el tiempo se pasó realmente rápido. Nos vemos luego Amo.

-Nos vemos...