Kiraxs, nueva Vengadora

48 Sorpresa

Bajo con su coche al garaje, una vez aparcando, se bajo y camino hacia el ascensor. Lo único que se escuchaba era el ruido de sus botines al caminar.
Cuando entró en el ascensor, vio que había pétalos de rosa en el suelo, pero al llegar al piso donde esta el salón, le encanto lo que vio.

Tony la estaba esperando,vestido con un traje de chaqueta en el salón, iluminado con velas por toda la habitación.

Pétalos de rosa roja, estaban esparcidos por toda la habitación.
En una de las manos, llevaba un ramo de rosas rojas.
-Feliz cumpleaños Neyeli -dijo Tony entregándole el ramo y depositando un tierno beso en los labios de Neyeli.
-Tony gracias...pero te dije que no...-no pudo terminar de hablar, debido a que Tony le tapo los labios con un dedo.
-Es una cena romántica para los dos, solo estamos tú y yo, nadie más, Aria se ha ido a dormir a SHIELD junto a Nat, así que no tienes que preocuparte con ella está en buenas manos y CJ se ha ido también con ellas -dijo Tony.

Neyeli le dio un abrazo a Tony.
-Cariño, ¿me puedo ir un momento a cambiarme, quiero ponerme algo más elegante para estar contigo? -preguntó Neyeli mirándole a los ojos de color café de Tony.
-Claro que si, yo de mientras pondré las rosas en agua -respondió Tony y se dieron un corto beso.

Al llegar a la habitación, se encontró con un hermoso vestido puesto en la cama.
Era de color rojo, por encima de las rodillas de manga largas. Tenía la espalda abierta, pero con nudos.
A juego tenía también unos tacones rojos.
Se lo probó y le quedaba perfecto.
Se dio un maquillaje sencillo y se recogió el pelo, en un moño bajo.

Al bajar las escaleras, Tony se quedó con la boca abierta.
-Cariño te ves impresionante con ese vestido, si no tuviera la cena preparada, te lo quitaba en un momento -dijo Tony tomándola por la cintura.
-Gracias cariño, me encanto encontrarlo en la cama -dijo Neyeli.
-Mi hija tiene el mismo gusto que su padre -dijo Tony.
-Pues tendré que darle mañana las gracias a tu hija, señor Stark -dijo Neyeli y los dos al reírse, se dieron un largo beso, hasta que los pulmones de ellos pedían un poco de oxígeno.

Tony la llevó a la mesa donde tenía todo preparado. Estaba adornada con pétalos de rosa, velas y un mantel blanco.

La cena fue un éxito, Tony deleitó a Neyeli, con un entrante de ensalada cesar, después un primero que consistía en un risoto de setas y bacon, de segundo filetes de salmón al hinojo y por último dos coulant de chocolate blanco.
-Tony la cena ha estado buenísima, podríamos llamar más a este catering -dijo Neyeli.
-¿Como has sabido que es un catering y no te lo he preparado yo? -Neyeli arqueo una ceja - está bien me has pillado, soy un desaste en cocinando -dijo Tony.
-Tranquilo, no eres bueno en todo, en algo tenías que fallar -dijo Neyeli.

Tony se levantó y con un mando puso algo de música.
-Pues veremos a ver si soy un buen bailarín o no -dijo Tony invitando a salir a bailar a Neyeli.
Ella se la aceptó, Tony la guió un poco más lejos de la mesa y se puso a bailar con ella muy pegados.
Se miraban a los ojos, Tony cada vez que le podía le robaba besos a Neyeli.

Después de bailar un rato, Tony fue a por una botella de champán y un bol con fresas, se sentaron en el sofá que esta situado enfrente de la cristalera, donde se podía ver toda la ciudad, iluminada por las luces.
Tony le sirve una copa a Neyeli y otra para él.
-Sabes Neyeli que si bebes un poco de champán y después muerdes una fresa sabe mucho mejor -dijo Tony.
-¿No habrás sacado esa idea de la película "Pretty Woman" ? -preguntó Neyeli.
-En parte si, pero cuando lo probé me encanto como el sabor de la fresa aumenta -respondió Tony.

Neyeli cogió una fresa, primero dio un sorbo de champán y luego la mordió.
-Tony tienes razón, debería de haber hecho esto mucho antes -dijo Neyeli.
-Al final a resultado ser una buena idea -dijo Tony.
Los dos continuaron comiendo más fresas y bebiendo la botella de champán.

Al terminar la botella, Tony le hablo a Neyeli.
-Cariño, quiero darte un regalo y no vale negármelo -dijo Tony sacando una carpeta que estaba cerca de allí, al entregársela a Neyeli quedó extrañada.
-Tony no tenias porque...-cuando Neyeli la abre la carpeta, se quedó sin habla, no se podía creer lo que estaba leyendo...-Tony ¿esto es cierto?, has recuperado el territorio de los Kiroxs-.
-Desde que fuimos allí, moví tierra y mar por recuperar las tierras y ahora tú eres la dueña de ellas -dijo Tony.
-Tony...es el mejor regalo que me has podido hacer...jamás podré agradecerte el gran regalo que me has hecho...puedo hacer que la tierra donde me crié pueda tener vida de nuevo -dijo Neyeli entre lágrimas, Tony le tomó el mentón con la mano derecha.
-No tienes que agradecerme nada, sólo con verte feliz cada día me haces a mi un hombre nuevo, te quiero Neyeli -dijo Tony y la beso con pasión.

Neyeli soltó la carpeta en el sillón y le siguió el beso a Tony.
-Es hora de irnos a la habitación -dijo Tony y se llevó a Neyeli en brazos, ella le rodeó con sus piernas la cadera.
Entre beso y beso llegaron a la habitación.
Estaba decorada igual que el salón, con velas y los pétalos de rosa, que serían testigos de la noche de pasión de ambos.

Tony se quitó la chaqueta y la corbata, mientras Neyeli se quitó los tacones.
Después Tony, empezó a desabrochar el vestido de Neyeli, mientras que ella abría la camiseta.
El vestido de Neyeli, cayó a los pies de ella, también se quitó el moño.
Tony la levantó y entre besos, la recostó en la cama.
Neyeli le quitó el cinturón de Tony y desabrocho el pantalón. El se quitó los zapatos y calcetines, quedando solo en bóxer y Neyeli en ropa interior.
Los besos y las caricias aumentaban cada vez con más ritmo. Neyeli podía notar cómo Tony deseaba estar dentro de ella.
Con una mano, Tony, consiguió quitarle el sujetador a Neyeli y ella aprovechó para quitarse lo que le quedaba a ella de ropa interior.
En un movimiento, Tony se quitó los bóxer, quedando uno frente al otro totalmente desnudos.

Entre los apasionados besos, Tony poco a poco, estaba dentro de Neyeli, haciéndola suya. Neyeli le respondía con gemidos cuando lo noto dentro de ella.
Luego siguió el mismo juego, durante un largo rato. Ellos no querían que el tiempo acabase, los dos deseaban que eso fuera eterno.

Cuando los dos no pudieron más, terminaron, Neyeli se recostó en el pecho de Tony, él de mientras, aprovechaba y le acariciaba el rizado cabello.
-Tony gracias por todo, te quiero -dijo Neyeli antes de quedarse dormida.
-De nada, yo también te quiero -dijo Tony dandole un beso en la cabeza y abrazando más fuerte a Neyeli.