Las mejores personas llegan sin buscarlas (9)

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Corría sin parar por las calles frías y húmedas de su ciudad.

Sabía que el brillo de esa estrella, después de pedir su deseo, no era una simple coincidencia.

Después de unas 20 caídas y unos cuantos casi accidentes automovilísticos, llegó a la colina, donde tenía una vista más cercana a la estrella.

Se quedó mirándola un buen rato, al instante buscó por los alrededores del lugar, para ver si encontraba a alguien.

Y tal vez, su deseo se concedería.

Corrió por los senderos; Entró a todos los restaurantes, cafeterías, tiendas, hasta tiendas de acampado para buscar a su amor verdadero.

Pero ni vergas.

Se estaba comenzando a exasperar.

Decidió que, allí, no encontraría nada, así que emprendió su búsqueda en la ciudad.

Veía mujeres y hombres de todos las edades, tamaños y colores.

Se ajustó las gafas y, si perder nada de tiempo, dirigió su mirada a la estrella, notando que se movía.

La siguió durante cuadras, hasta agotar su último aliento, dando leves golpes y roces a cada persona que pasaba a su lado, sin pedir permiso ni nada.

Cuando llegó al final del camino, se dio cuenta que estaba entre la frontera de su ciudad y la ciudad vecina.

Suspiró, triste, y decidió darse la vuelta.

Apenas volteó, alguien chocó fuertemente con él, cayendo encima suyo.

-¿Qué mierdas...?

-Mis disculpas, no veía por donde iba, ¿Se encuentra bien?

Esos lagos azules conectaron contra los frondosos árboles verdes, ambos envueltos en esa brillante bola de cristal, que ahora brillaba más que nunca al chocar miradas.

-E...Eres....

-Mi nombre es Eddward, mucho gusto!

Después de un rato, el rostro del previamente presentado, se sonrojó.

-¡Sigo encima de usted! Lo lamento tanto...

El joven de menor estatura estuvo a poco de levantarse, cuando de repente fue sostenido por una mano en su espalda, dándole una presión causando un empuje que logro chocar ambos labios en un suave beso.

Ambos, con ambos ojos plenamente abiertos, se separaron apenas sintieron ese electrizante y a la vez pasional choque de cuerpos.

-M-Me llamo Kevin, un gusto.

-E-El gusto e-es mío.

Ambos seguían rojos de la vergüenza, pero eso no le iba a impedir a Kevin cumplir su deseo.

-Oye... ¿Quieres un café? Yo invito

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Wenoh, ezteh ez el k-pituloh de ohi

Ahr que me dio kanzer leer eso xD

Es muy corto, pero es por que en pocos días empiezo los finales u.u

Lamento haber tardado tanto en publicar :c

P.D:

Muuuuuuchas gracias <3

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Muuuuuuchas gracias <3

•OS KevEdd• [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora