Después de aquella fiesta, Andrés y Eliza no se habían hablado por un tiempo. Eliza estaba avergonzada por lo que pasó, pero lo dejaron todo en claro. Ella con su vida y él con la suya. Y siguieron hablando aunque ya no era a diario.
Estaba Andrés en el escritorio de su casa. Siempre se pasa de poeta y comienza ha escribir.Andrés sonrío de la nada y comenzó a escribir una línea, (siempre escribía sobre ella aunque no le haya visto. Le conocía tan bien que sabía que estaba hermosa y sobre todo con un nuevo corte de cabello. Eliza siempre cambia de look) y como invocándola Eliza le escribió.
—Hola. Espero que estés bien. Ten un lindo día.
Al minuto después llegó la respuesta de Andrés.
—Hola Eli. Gracias por escribir. La verdad, la palabra "bien" no existe los días en que no te veo. Espero verte pronto y poder abrazarte. Te cuido desde la distancia. Recuérdalo.
Eliza respondió luego de unos cuantos minutos. Hizo una pregunta esperando algo cursi (como era habitual) de Andrés.
—¿Y cómo es que me cuidas?
Andrés mirando la pantalla de su celular se puso ha pensar y se dio cuenta que no podía hacer nada para cuidar de ella. Que se comunicaban rara vez y que siempre era solo un "hola" y un "hasta luego".
Su rostro entristeció.—Tienes razón. Yo no te cuido.Eliza se sorprendió por el cambio repentino de Andrés. (Es otra persona cuando está triste.)
—No me refería a eso— dijo Eliza.
—Pensé que ibas a decir una de tus cursilerías que acostumbras y que tanto me gustan.—Es que es verdad.—dijo Andrés. —No nos vemos, no sé casi nada de ti de lo que va de todo este tiempo y tú necesitas a alguien que pueda cuidarte y hacerte sentir bien. Es mejor que me vaya y te deje con tus cosas. Perdón. Cuídate.
Eliza, triste y un poco enojada. —Me cuidas con quererme y eso me basta. Pero está bien. Si quieres irte, vete. Suerte. Cuídate.
Andrés de una forma antipática guardó su celular y siguió sentado en su escritorio.
En la noche recibió una llamada, era Sara, la hermana de Eliza. Ella no tenía nada que ver entre Andrés y Eliza, era un caso aparte.
—Hola, Andres. ¿Cómo has estado? Pasa por mi casa. No he sabido nada de ti. ¡Trae helado!

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Eliza.
Novela JuvenilAndrés y Eliza, dos jóvenes viviendo una historia de amor en dos caminos distintos. Uno de ellos locamente enamorado y el otro fingiendo un amor que no siente. En el transcurso entenderán que no debieron cerrar el candado y tirar la llave al mar. O...