Primera dimensión

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Disclaimer: Los personajes de One Punch Man no me pertenecen, sino a su autor (a nomino), El manga es ilustrado por Yusuke Murata y One (historia), el anime pertenece a los estudios Madhouse. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Saitama/Genos

Aclaraciones y advertencia: Contiene Multiuniverso, romance, lemon, tragedia, muerte de personaje, violación y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

Resumen: Genos sabía que ya no estaba solo. Había pasado de ser el aprendiz y compañero de casa de Saitama, a su esposo. Su Core se calentó por la felicidad. Acarició la espalda de su maestro con ambas manos.

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A través del espejo

Capítulo 05.- Primera dimensión

El robot había bautizado esa dimensión como X001. El Saitama de ese mundo era un policía de buen nombre al que todos en su escuadrón querían, iba a ser promocionado a capitán en los próximos meses; estaba comprometido con Fubuki, la dueña de una reconocida marca de ropa.

Genos en esa dimensión, era el hijo del jefe de policía del mismo escuadrón al que pertenecía Saitama.

El ex héroe frunció el ceño; el Genos de este mundo no superaba los 17 años, mucho más joven que su rubio cuando se conocieron. Las cosas eran muy diferentes en X001, no había kaijins, ni héroes o humanos con poderes; ¿el Genos de ese mundo le amará?

—Me amará—dijo Saitama, tan seguro como estaba que la noche precede al día. —Genos es mío sin importar en qué mundo nos encontremos.

Tenía que acercarse a Genos con cuidado, hacer que lo amara nuevamente y llevárselo de regreso a su mundo.

—Seremos felices —sonrió con melancolía. Iba recuperar a su familia y está vez, nadie se la arrebataría.

...

Había regresado al departamento del Saitama de ese mundo; el cadáver aún se encontraba en el suelo, rodeado por un charco de sangre que ya comenzaba a atraer moscas; con el verano en su punto más caluroso, sería cuestión de horas para que el olor pusiera en evidencia la muerte. El antiguo héroe arrugó la nariz, no podía permitir que descubrieran el cadáver de su contraparte, necesitaba deshacerse de la evidencia.

Pasaba del medio día cuando Saitama terminó de limpiar su desastre; el sonido del móvil de su contraparte impidió que tomara rumbo a la comisaria; frunció el ceño al comprobar el número: Fubuki. La psíquica había sido una de las personas que más le ayudaron a descubrir sus sentimientos por Genos y alentaron a confesarse, matarla fue deprimente, pues la había considerado su amiga, pero eso no significaba que iba a permitir que fuese un obstáculo en esa realidad.

—Tal vez tenga que matarla —dijo Saitama al tiempo que apagaba el móvil. Salió del departamento, olvidándose por completo de Fubuki.

El viaje a la comisaria le tomó menos de dos minutos; mientras caminaba por los pasillos, algunos policías se acercaban para saludarlo y decirle lo felices que se encontraban por su rápida recuperación «El otro Saitama había resultado herido durante un tiroteo, dejándolo fuera de servicio por semanas». Fingió estar agradecido con ellos, tenía que hacerlo, no podía permitirse levantar sospechas.

A paso lento, ingresó a la oficina del capitán, era un hombre alto; Saitama tuvo el impulso de correr abrazarlo, de amarlo y llorar. Su esposo era casi idéntico a la persona que tenía frente a él, salvo por el color de sus ojos, que eran verdes.

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