Algo muy curioso de ver

cap 4

—Son nuestras pertenencias, de ahora en adelante nos quedaremos aquí basura.

—¿¿¿¿EHHHHHHH????

Fue el grito colectivo que se oyó por toda Italia asustando a más de uno.

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La sorpresa estaba impregnada en los rostros de todos, más de tsuna pero pronto esa sorpresa paso a ser un aura deprimida.

—¿Qué sucede?

Pregunto Xanxus al ver a su pareja tan decaído.

—mis guardianes y los tuyos juntos, en una misma mansión, es igual a problemas y mucho pero MUCHO papeleo....

El castaño salió de su deprimente aura y llevo sus manos a la camisa de su azabache y lo bajo un poco acercando sus rostros.

—te amo mucho pero te lo advierto, si hay mucho desastre en esta mansión y veo mi oficina llena de papeles....Xanxus di Vongola, tu serás el que sufriras las consecuencias.

Sonrió angelical el castaño para luego darle un beso rápido en los labios y caminaba hacia su oficina tarareando un poco.
Las personas presentes tuvieron que taparse la boca para retener sus sonrisas o carcajadas, ya que no era muy común ver al jefe de Varia ser amenazado por su propia pareja.

El azabache mató con la mirada a los demás y sacó sus pistolas para dispararle.

—Xanxus no te atrevas...

El nombrado sintió un escalofrío al escuchar eso y se dio la vuelta notando a su pareja recostado en el marco de una de las puertas mientras lo veía con esa sonrisa que daba mal espina.

—¿No te habías ido para tu oficina?

—mmm? ¿Acaso no me quieres a tu lado? Muy bien, me largo.

El castaño se dio la vuelta caminando rápido pero después se vio alzado como princesa.

—¡¡Bajame Xanxus!!

—No lo haré.

El menor trataba de soltarse del agarré de su novio pero era en vano, se notaba la diferencia de fuerzas con los cuerpos que tenían y tsuna no le iba a dar una paliza a su amor.

Se fueron a la habitación del menor y este fue lanzado a su cama y apretado por un cuerpo más grande.

—Tsunayoshi te quiero.

—uy si, como no, y ahorita estabas echandome.

—estoy hablando en serio.

Tsuna lo vio a los ojos y después bajo su mirada a su mano izquierda ya que sintió que algo le habían puesto en el dedo.

—Q....que....

—Tsunayoshi, yo quiero que siempre estés a mi lado, te conocí como una basura pero me hiciste ver que tu eras más que eso, eres mi salvador, la persona que siempre me aguanto a pesar de mi carácter, la persona que más amo en este mundo....Tsunayoshi Di Vongola, quieres casarte conmigo.

Tsuna estaba procesando todo lo que le había dicho su amado y después sonrió grande, se tiro a los brazos fuertes del otro mientras lo abrazaba.

—Si! Claro que si, Xanxus!!

Se vieron a los ojos y juntaron los labios en un beso lleno de amor que después pasó a ser uno apasionado.

Seguían besándose pero pararon al escuchar un enorme estruendo por toda la mansión.

—Xanxus.....creo que tus guardianes y los míos pasarán a ser parte de mi museo de arte congelada.

Al azabache le bajo una gota por la nuca al oír eso pero después sonrió mientras seguía a su amado prometido a la sala.

Las puertas de la sala fueron abiertas con fuerza haciendo que todas las personas que habían ahí, voltearan a ver rápido hacia esa dirección para que después sus rostros se pusieran azules.

Los Varia no entendían por que los rostros de los Vongola cambiaban al ver ahí a su jefe pero todo cambió después, también se pusieron pálidos al sentir un aire frío por todo el lugar y ver como uno a uno iban convirtiendose en cubitos de hielo, sólo las cabezas no.

—Todos saben que no me gusta el papeleo, todo este desastre hará Mucho papeleo así que todos se encargarán de hacerlo pero antes de eso tendrán que arreglar está habitación y no está permitido usar la niebla.

Todos temblaron, algunos lo disimularo, pero todos tenían miedo de su jefe que tenía una sonrisa demasiado dulce.

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Las horas pasaron y los guardianes fueron descongelados para después pasar a limpiar la habitación mientras veían como sus jefes se sentaban en una mesa tomando té y galletas divertidos mientras los veían sufrir.

Tuvieron que hacer el papeleo, trataron de destruirlo pero no se podía ya que estaba hecho especialmente para que ni el mismo cielo pudiera deshacerse de ellos.

A la hora de la cena todos estaban tranquilamente hablando y comiendo ya que el décimo los acompañaba en la mesa, trataban de no destruir nada para que no tuvieran que dormir como estatuas de hielo.

La tormenta Vongola, que estaba pelando como siempre verbalmente con la lluvia, se quedó callado mientras veía intensamente a su jefe.

Para nadie pasó desapercibido la actitud de la mano derecha y luego vieron a su jefe también como tratando de descifrar que veía el peliplata.

—¿Sucede algo Hayato?

El otro salió de la ensoñación y tomó aire antes de preguntar.

—Juudaime, ¿Qué es ese anillo que lleva en la mano izquierda?

—oh! Xanxus me pidió matrimonio.

Dijo feliz mientras los Varia veían sorprendidos a su jefe y los Vongola sacaban sus armas amenazando al jefe Varia.