Después de que Varia regresará a la mansión, los atendieran los médicos y de que Xanxus pudiera calmar a Tsuna, los Vongola se encargaron personalmente de desaparecer del mapa a la familia que los había atacado. No le dijeron al castaño pero este sabiendo como es su familia, además de su intuición, se dio cuenta de lo sucedido con esa familia. En ningún momento les recriminó ni regaño ya que el sabía muy bien que fue decisión de protección de su familia hacia el.
Tsuna se encontraba en esos momentos acostado en la cama mientras acariciaba el cabello de Xanxus, que estaba con su rostro acostado en el vientre contrario.
-ya quiero que nazca.
-todavía falta algún tiempo, pero será fascinante verte en modo papá jajaja.
Se rió como nunca hasta que sintió una nalgada junto con un pellizco en su trasero.
-oye!
-hmp.
Fue lo único que "dijo" el de cabello azabache para después cerrar sus ojos y dormir escuchando los latidos de su prometido.
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Los meses fueron pasando con tranquilidad, bueno, tranquilidad para todos cuando Tsuna estaba dormido. El castaño trino siendo un embarazado hormonal que se la pasaba llorando cuando no le daban pastel o lo se ponía a chillar en serio, destruyendo de paso algunas habitaciones de la mansión, cuando Xanxus tenía alguna misión, así que Reborn le prohibió al cielo Varia poner algún pie afuera de la mansión.
En esos momentos se encontraban ambos cielos en el jardín, Xanxus recostado en el tronco de un árbol mientras Tsuna estaba en medio de sus piernas, con la espalda recostada en el pecho de su prometido mientras sentía como las manos contrarias acariciaban su vientre de 8 meses y en las suyas estaba su anillo de bodas ya que le gustaba mucho leer la inscripción que tenía por dentro
—«siempre tuyo» me encanta este grabado y es lo que siempre seré para ti.
—yo también soy tuyo por siempre Yoshi.
Xanxus tomó el anillo y se lo colocó a Tsuna de nuevo en su mano izquierda.
—me encantó el diseño que escogiste.
—es un diseño celta y como tiene piedras rojas incrustadas pensé que cada vez que las veías te recordarias de mis ojos.
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—te salió bien la jugada, siempre me recuerdan tus ojos jejeje..... Sabes, jamás pensé que nos fuéramos a casar como lo hicimos.
El pelinegro se sonrojo y quito la mirada mientras el castaño reía
Flashback
Cierto castaño se encontraba en su oficina firmando los papeles y acariciando con su mano libre, su vientre de tan sólo tres meses.
