Días habían pasado desde la primera reunión que tuvieron, no muy agradable pero lograron aligerar el ambiente, ahora el rey de los cielos necesitaba su colega, era muy serio el problema.
A pasos agigantados caminaba el rey demonio, estaba molesto por el llamado, pero solo acudió porque le dijo que era importante, llegó azotando la puerta, al correcto rey de los cielos le importó muy poco al estar tan preocupado.
–¿Por qué me llamaste? – preguntó el de cabellos rogizos sentándose en uno de los sillones que había en el lugar–.
– Esto está llendo muy mal, no se si has notado, pero nuestros hijos se odian – respondió preocupado por los problemas que podría traer eso después de la unión–.
–Sí, en estos días que se han reunido y se han visto, sólo se alejan o intentan hacerse daño, pero ya se les pasará es lo normal – dijo rascando su barba y no tomándole importancia– Lo mismo pasó cuando me casé –.
El rey de los cielos llamado North lo miró mal, estaba enojado por la poca importancia que le daba al asunto, no podía permitirse errores, cualquier conflicto dañaría a futuro a ambos reinos y lo menos que quería es más peleas y sangre derramada.
– Eso no es normal, ¿sí sabes que si algo llega a salir mal todos los reinos saldrán perjudicados? – dijo severamente pero aún con el tono calmado para no hacer tantos conflictos–.
El rey demonios llamado Estoico, se levantó de donde estaba, comenzaba a molestarse un poco.
–¿Qué quieres que yo haga?, ellos se odian, pero aprenderán a vivir juntos, bien dicen, del odio al amor, no? – dijo usando su tono serio como siempre y con un poco de furia en sus palabras, estaba cansado al igual que North–.
Se la pasaron discutiendo todo el rato en la oficina, no lograban llegar a un buen plan para unirlos, hasta que North comenzó a pensar que ellos tal vez eran el problema, sus influencias y el peso de cargar con el reino tal vez afectaban a sus hijos, necesitaban relajarse y conocer más a lo que tienen sus hijos en juego si no se llevan bien.
– ¿Y si los mandamos a un lugar apartado donde comvivan más?, un lugar como... La tierra? – susurro más para el que para Estoico, pero aún así este logró escucharlo–.
–De qué hablas, sabes que hay malos rumores de la tierra, pensé que el cambio se daría ya estando ellos juntos, ¿Cómo crees que algo conflictivo ayudaría? – dijo molesto y ya cansado, habían pasado horas en ese lugar encerrado–.
North negó, era difícil tratar con ese hombre, aún que tenía un buen punto, siguieron hablando este le comentó cómo sería su plan y cómo se relacionarian más, con el paso de las horas Estoico parecía más accesible, escuchando ya el plan se relajó más y comenzó a tomar las ideas de North, ahora le gustaba más el plan.
Así pasaron todo el rato y de un momento a otro ya habían terminado su acuerdo, bebían y reían un poco más para aligerar el ambiente.
Mientras tanto, los muchachos sentados en una de las salas del reino discutían y se lanzaban insultos, al parecer los únicos que no veían que se querían eran ellos.
Sería muy difícil que se unieran y se llevarán bien, tenían conflictos mentales consigo mismos, ya sea por miedo o por orgullo no aceptaban amarse.
–Eres un tonto, las piezas de agedrez no se dispersan así, esta mal!! – argumentó Jack mientras ordenaba de nuevo las piezas, le disgustada que el castaño no siguiera las reglas del juego–.
–Sabes, eres un aburrido, yo lo puedo jugar a mi manera, así me lo enseñó mi padre y así seguiré jugando– Hiccup tomó una de las piezas y se la lanzó a la cabeza a Jack–.
El albino muy molesto y ya harto se lanzó encima del castaño peleando y rodando por toda la habitación, hasta que el castaño, el cual tenía más destreza en la lucha que el albino, lo derrotó poniéndose encima de él y sujetando sus manos en su cabeza, ambos estaban artos y molestos se formó un ambiente muy tenso entre los dos.
Estaban apuntó de comenzar a dar los compres finales hasta que abrieron las puertas de aquel lugar, ambos padres vieron a sus hijos, bufaron fastidiados y cada uno tomó a su hijo, decidieron separarlos durante unos días, en ese tiempo tratarían la conducta de sus primogénitos.
Ambos chicos se sentían aliviados, pensaron que sus padres seguirían con su guerra, pero no fue así, todo era muy tranquilo, se concentraron más en no verse, se sentían felices pero muy en el fondo les dolía, pero no le prestaban mucha atención a ese sentimiento, era absurdo para ellos.
Continuaron con sus vidas en ese tiempo, casí hasta se olvidaron que en algún momento tendrían que volverse a ver, pero prefirieron seguir con sus rutinas y comvivir más con sus amigos que si los entendían, ambos mundos separados y tan diferentes como el agua y el aceite pero con un sentimiento de apego que en algún momento no podrán ignorar.
En algún momento de sus vidas tendrán que aceptar esas emociones, temían sus padres que fuera ya muy tarde y que aquella llama de poquito amor que sentían ellos dos se fuera apagando lentamente hasta que ya no hubiera remedio, pero aún tenían esperanzas esa llama aún no se apagaba y podrían aprovecharla para que todos salieran ganando, no querían terminar en catástrofe.
Los planes seguían en pie, pero de esto no sabían sus hijos, no sabían lo que planeaban sus padres, pero tampoco le daban mucha importancia, sólo se concentraban en sus vidas y de conquien sociablizaban eso era lo más importante para ellos ahora y no compromisos absurdos por ideas absurdas de alianzas.
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↑Fusión Eterna↑[Hipo y Jack] [Editando]
Romansa-¿Como piezas unirlos?, ellos se odian a muerte- refunfuño Estoico mientras veía el paisaje por la ventana de la oficina-. -Podríamos idear un plan, nuestros mundos están en peligro, tenemos que hacerlo si queremos la paz, hay que tomar esto seriame...