Una noche movida.

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Son las dos de la mañana, no puedo pegar ni ojo.... uufff tengo mucho frío, me duele la cabeza y la espalda demasiado. No he parado de dar vueltas en la cama y eso que estoy cansada...
Decido levantarme para buscar un ibuprofeno, necesito aliviar mi dorol.

Comienzo a buscar en primer lugar medicamentos en el cuarto de baño de la habitación en la que me encuentro. Busco en cajones y nada.

Salgo de la habitación y el pasillo está muy oscuro.

-uff que mal rollo.-susurro.

Comienzo a caminar por el largo pasillo y voy hacia otro de los 3 cuartos de baño, rebusco y nada, hago lo mismo en los demas y nada de nada.

Decido buscar en la cocina, me llevará más tiempo al ser más grande y tener tantos cajones.

Una vez allí busco cajón por cajón y armario por armario, y en uno de ellos veo una caja, la cojo y se me cae en el pié.

-Aaahh!!! Que dañó!.-grito.

-Que haces Kimberly? .-me dice Mark apoyado en el marco de la puerta. Se nota que está desconfiando de mi.

-Sólo venía en busca de ibuprofeno, me duele todo y no puedo dormir.-digo cansada con los ojos llorosos. Por que tendré tantas ganas de llorar?

Se acerca a mi y me ayuda a recoger la caja con todas las pastillas caídas ya que había visto que me dolía la espalda al intentar agacharme.

-por que no me has avisado?

-no quería molestarte.-contesto.

Termina de recoger las pastillas y saca una de ibuprofeno, guarda las demás y me sirve un vaso de agua.

-ten, tómatela.-me dice Mark.

Así lo hago, tras esto vuelven las miraditas que hacen que se me derriban los huesos.

Se ha cerca hacia mi y yo reculo lentamente hasta que me choco con la pared, pero el sigue avanzando acorralandome contra ella.

-Tengo muchísimas ganas de besarte, pero no lo voy a hacer sin tu consentimiento.

Yo le miro y el no para de mirarme. Tengo muchísimas ganas, me está tentando, su boca está a un escaso centímetros de la mía.

-Tú eliges Kimberly-dice acercándose más a mi cuerpo.

-hazlo.-digo en un susurro.

Tras decir esto se acerca a mis labios y los une con los suyos, comienza a rozar su lengua con la mia y cada vez el beso es más profundo, rozamos nuestras lenguas cada vez más.
Me coge, yo rodeo mis piernas en su cintura y me lleva al sofa y me tumaba ahi mientras él  se  se tumba despacio encima mía. Y sigue besándome con fuerza.

Madre mía estoy muy excitada y noto como él tambien lo está.

Continúa besándome el cuello y hace un sonido ronco y yo gimo.

Hace que me incorpore peor al hacerlo cruje mi espalda.

-Aaahh!!! Joderrr!!!- sigo muy mal.

-Que te pasa Kimberly??.- me pregunta muy preocupado bajandose del sofa y poniéndose de rodillas en el suelo cerca de mi.

-La espalda...-digo mientras se me saltan las lágrimas del dolor.

-ven.-me dice y me coje como si fuera una princesa. Sube las escaleras y me lleva a su habitación en la que se supone que tengo que dormir.
Me deja con cuidado en la cama y el se inclina para darme un beso húmedo. Pero hago que sea más profundo cogiendolo de la camiseta y teniéndolo hacia a mi.
Él  se deja llevar y se pone encima mía con mucho cuidado.

-Kimberly... me estás volviendo loquisimo y como sigamos así voy a hacer algo que deseo muchísimo peor no debo hacer.
Estás  muy mal herid.-me dice en voz baja muy cerca de mis labios.

-No se que decir...-contesto.

El me besa y se tumba a mi lado y nos quedamos mirándonos durante unos minutos bastante largos, sin hacer nada más que eso.

-quieres que te deje sola?

-no, quédate.

El sonríe y me besa.

-Por que quieres que me quede en tu casa si he intentado robarte y encima volví? aunque la segunda vez no haya sido para robar.

-Eres inofensiva, sino habrías traído la pistola cargada.-dice sonriendo.

Me sonrojo

-A demás te vi inconsciente y tan inofensiva tirada en mi jardín y sangrando que dependias de mi para cuidarte... Y aunque estabas inconsciente me has dado compañía durante dos dias y si a eso le sumas la noche que estamos pasado... Llevo 5 años viviendo aquí sólo, necesitaba y necesito compañía.-me responde.

Joder...

-Yo llevo 8 años sola y haciendo cosas horribles.

-No te culpo.- me dice

Volvemos a mirarnos y yo me acerco a él mientras me pongo de lado y con cara de dolor por el movimiento que he hecho.

-No te muevas, se que te duele todo.-me dice.

-Tranquilo.-le respondo y me abrazo a él huniendo mi cabeza en su pecho.

-Por la mañana debo ir a mi oficina a trabajar, voy a dejar una llave dentro por si te quieres marchar.-me dice con cara apenada.

Joder hasta los sábados trabaja y yo pensé que no... pues podría irme, pero no quiero.

-Ya no quiero irme, aquí me siento protegida.

-De que?

-De todo.-digo sonriendo.

Tenemos  un último intercambio de mirada y finalmente Mark apaga la luz y me quedo dormida en seguida.

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