Capítulo 3

4.3K 337 56
                                    

Esa mañana Yokozawa estaba peor que nunca, física y emocionalmente. Esto último era lo que más le dolía, gracias a haberse mojado por horas y luego dormirse empapado su resfrió estaba realmente mucho peor, respirar era realmente un suplicio.

Sin embargo, tenía que ir al trabajo igual, no se dejaría decaer ni menos perder. Aún estaba entre sus planes volver con Zen, haría lo que fuera para que este fuera suyo nuevamente, se sentía patético por pensar de esa forma, pero en estos momentos pensaba que podía humillarse una y mil veces con tal de tener al amor de su vida a su lado, "¿Pero Zen aun sentía algo por él?" Confiaba en que todo lo visto no era para que una excitación pasajera.

Caminando se sentía peor, le dolía cada musculo, por la nariz ya no podía respirar y tenía una tos horrible que no lo dejaba por ningún segundo. Pero  para Yokozawa  se venía una semana realmente difícil, tenía mucho trabajo y no era momento para descansar, lo primero era cumplir con sus obligaciones, como el buen hombre que era.

Por otro lado de la editorial, Kirishima tenía un dolor de cabeza como no lo tenía hace años, era como un adolescente que tomaba alcohol por primera vez. Al parecer se había excedido la noche anterior con con Ijuuin-sensei, tanto que no se podía ni sostener teniendo que pasar la noche con el mangaka.

Sin embargo ni todo el alcohol del mundo lo hacía olvidar el dolor que sentía, él amaba a Yokozawa pero nunca pensó que las cosas terminarían así. Para él este era el amor de su vida, una segunda oportunidad del destino, dado que su primer amor le fue arrebatado de la forma más brusca, aunque dejándole uno de los regalos más lindos de la vida, su hermosa Hiyo.

Yokozawa estaba frente a la computadora con dificultad, se sentía sumamente afiebrado y su vista cada vez se nublaba más y más, no estaba rindiendo absolutamente nada. Pensó en ir al baño a refrescarse por un momento, quizás eso le servía para sentirse un poco mejor y continuar con los millones de proyectos que esperaban ver la luz esta semana. Se levantó con dolor, pero todo empezó a ser cada vez más negro.

Zen pese a estar distraído y sumido en sus pensamientos, de repente escucho más murmullos de lo habitual, así que decidió poner atención a que se parloteaba tanto por estas horas en la oficina.

—  No puedo creer que el gran oso de Marukawa haya colapsado, debe estar realmente mal —le decía con voz penosa una chica a otra, mientras se alejaban camino a sacar copias.

Kirishima pensó que estaba escuchando mal, además, podía haber otro al cual llamaran oso, se convenció a sí mismo que el traidor de su ex pareja no era del que hablaban, él debe estar de lo más feliz con su único y verdadero amor, Takano. 

Pero a los pocos minutos otro comentario llamo su atención:

—  Que lástima por Yokozawa, tuvieron que llevárselo en ambulancia, nunca pensé en ver a alguien como él de esa forma —  explicaba uno de los editores a algunos de los asistentes.

Fue en ese momento cuando los nervios de Kirishima explotaron, definitivamente estaban hablando de su oso, perdón de su ex-osito.

Así que tomo sus cosas y salió rápidamente de su oficina, después de todo, el imbécil de Takano debía saber algo. 

Pero al llegar al departamento de mangas shojo, sólo se encontró con el supuesto amor de Takano. Dado la situación algo debía saber o al menos sospechar

—  Hey tú, hombre engañado —  dijo con sorna —  ¿Dónde está tu novio? O ni siquiera saber que se anda revolcando con otro —gritó de forma brusca al de ojos verdes, mientras este se ponía cada vez más rojo. Zen nunca se había salido de sus cabales, pero en ese momento se había olvidado de toda muestra de cordialidad. 

Y todo por un resfrío (Trifecta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora