Capítulo 5

5.5K 347 61
                                    


Yokozawa estuvo inconsciente por un par de horas, cuando al fin despertó sintió un peso sobre su mano, giró lentamente y a su lado estaba su amado Kirishima, quien dormía plácidamente mientras le tomaba con dulzura.

No sabía que rayos había ocurrido lo último que recordaba era un resfriado de los mil demonios y como todo se tornada muy oscuro, cuando por fin despertó realmente, se dio cuenta que estaba en un hospital lleno de sondas y agujas, última cosa que despreciaba enormemente.

Hizo un ligero movimiento, ante lo cual Zen se despertó rápidamente y al verlo despierto, se abalanzó sobre el menor, dándole un tierno beso en la mejilla, pues en su boca estaba la mascarilla de oxígeno, en este momento más que nada estorbando.

Una médico entro a los pocos minutos, mirando con alegría a la pareja, actuó con normalidad como si fuera cualquier pareja heterosexual. Zen y Takafumi valoraron el acto, al parecer la sociedad estaba cambiando.

—  Yokozawa-San, ya puede retirarse esta noche si lo desea. Debe permanecer en reposo absoluto y con medicinas por una semana, además de volver a un control tanto para la pulmonía como para la lesión en su cabeza. ¿Se retira o queda hasta mañana? — preguntó la señorita muy tranquila. Takafumi comenzó a pensar las posibilidades, llegar tan tarde y solo a su casa podría ser dificultoso, quizá lo mejor sería pasar la noche en el hospital. 

—  Nos vamos ahora, yo me haré cargo de su cuidados, dejo en sus manos el trámite del alta médica, de verdad muchas gracias por todo — interrumpió Kirishima muy sincero y alegre por el bienestar de su osito.

— Sin nada más que decir, iré por la enfermera para que ayude a Yokozawa-San, que tengan una linda noche — y así la médico se fue dejando a la pareja nuevamente sola.

Zen y Kirishima querían hablar, pero nadie se atrevía a dar el primer paso, hasta que el mayor decidió que era momento de ser valiente y romper ese horrendo silencio.

—Takafumi, perdón. Actué como un idiota precipitadamente, saque estúpidas conclusiones, pero te amo — dijo Kirishima con cara de tristeza.

—  Perdóname también por ser un amargado...yo te amo —   terminó Yokozawa entre sonrojos.

—  ¿Quieres ser mi novio nuevamente? — pronuncio seductoramente Zen.

—  Siempre — finalizo un decidido Takafumi.

Acto seguido Kirishima se acercó a besar los cabellos del menor, mientras ambos se miraban con dulzura.

Esa misma noche apenas llegaron, Zen le preparo una cama a su amor, lo dejo recostado mientras iba por algo de comida, no era tan buena como la del otro, pero al menos era comestible. Hablaron banalidades y Yokozawa se enteró lo ocurrido en la oficina, se sentía muy avergonzado con esto había roto la imagen de hombre infranqueable que tanto le agradaba, pero pese a todo le alegro saber la preocupación de sus compañeros de trabajo.

Había algo que a Zen no le calzaba, si bien Takano había ido el viernes por la noche a darle medicina, como es que su resfrió había empeorado tanto, realmente puede haber alguien tan tonto para no saber cuidarse a su mismo como es debido. Por otro lado Takafumi no se atrevía a preguntar por lo sucedido con Ijuuin-sensei, bueno técnicamente estaban separados cuando ocurrió lo que él había visto, aun así le daba pena, mejor se lo guardaba para no romper la linda atmosfera de ambos abrazados en la cama.

—   Amor, ¿Cómo fue que terminaste tan grave? — le decía Zen mientras acariciaba las manos de su único amor.

— No lo sé — respondió hosco, a lo que el mayor reacciono haciéndole cosquillas hasta que confesara, no aguanto por mucho y termino hablando —  recuerdas la lluvia de ayer, bueno estuve por horas bajo ella, llegue a casa medio inconsciente por la fiebre y me dormí con todo mojado — respondió Yokozawa más que avergonzado de su estúpida acción. 

Y todo por un resfrío (Trifecta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora