Cambios Interesantes.

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Después de maldecir otro poco más mi mala suerte por no poder saber el fin de mi sueño chocolatoso, ni poder obtener mi tan ansiado orgasmo, me levanto y recojo los trozos que hay dispersos del pobre despertador y vaya... Sí que tenía latente la frustración, pues me doy cuenta de que lo he destruido completamente con el golpazo que le di; mientras entro en el cuarto de baño y tiro el despertador masacrado a la papelera me miro en el espejo, tengo las mejillas muy sonrojadas y el cabello hecho un desastre, ojalá la vida real fuera como en las películas y novelas en donde la chica siempre se levanta con el peinado intacto y ni siquiera tiene ojeras, lagañas o mal aliento, aunque eso es pura mentira; deberían mostrarlas tal y como son en realidad: el cabello siendo un nido de pájaros y con un aliento de dragón; sigo examinando mi aspecto y noto que estoy toda sudorosa, iugh creo que a este paso con estos sueños y todo lo que sudo acabaré muriendo de deshidratación; lanzo un pesado suspiro y decido que lo mejor será deshacerme de mi aspecto desastroso con una buena ducha.

Al salir de la refrescante ducha me encargo de vestirme con la ropa que dejé lista la noche anterior, la cual solo consiste en un jean sencillo, una camisa cómoda, una chaqueta de jean y mis zapatos vans, no es que me moleste en ponerme traje, ni faldas de tubo; pues el ambiente en la editorial es más bien relajado; me organizo el cabello lo mejor que puedo en un coleta alta y desde ya se escapan algunos mechones, recojo de una vez mi bolso y desconecto mi celular de su cargador, reviso que no tenga ninguna llamada perdida mientras meto las llaves del departamento en mi bolso y me dirijo a la cocina, allí saco un poco de yogur de fresa y me sirvo en un vaso, no me molesto en preparar nada de desayuno, ya comeré algo en la oficina.

Después de asegurarme de dejar bien cerrado el departamento me dirijo al garaje subterráneo que tiene el edificio y allí veo a mi hija: una pequeña vespa de color rojo; podría decirse que ha sido la única locura que me secundó mi madre y creo que lo hizo más que todo por la sorpresa que le di al pedirle que por favor me la regalara, pues nunca fui ese tipo de chicas que les pedía de todo a sus padres; nunca les pedí nada fuera de lo normal, pero es que fue solo verla una tarde por casualidad y enamorarme. A decir verdad prefiero mi pequeña moto a un carro; pues creo que entraría en shock manejando uno, con toda la presión de los demás conductores y los atascos; muy a pesar de todo lo que se opuso mi padre, mi madre y yo logramos convencerlo con nuestros sobornos y cariñitos, pensándolo bien creo que le saqué una buena cantidad de canas en ese momento y cuando le comuniqué que me iba de casa; luego de sacar mi casco del compartimiento que hay en la moto y meter mi bolso allí, me dirijo a la editorial, otro punto bueno del departamento es que el trabajo me queda tan solo a 20 minutos.

Después de parquear mi moto y entrar en el pequeño edificio en donde está ubicada la editorial me dirijo directamente a la cafetería y como de costumbre la mayoría de mis compañeros ya se encuentran allí; en las mesas del fondo logro vislumbrar a mi jefa quien al verme entrar levanta una mano llamándome para que me integre a la mesa en donde se encuentra, últimamente me he dado cuenta de que se ha propuesto hacerse mi amiga sí o sí, lo cual me causa gracia pero a la vez ternura, pienso que es una persona muy especial, su nombre es Cloe y es todo un tornado de color y alegría, así es como la describo desde el día en que nos conocimos para concretar mi ingreso a la editorial; ese mismo día me contó que la misma fue un capricho que cumplieron sus padres pensando en que solo quería jugar a la empresaria, pero ella con dedicación y esfuerzo se encargó de demostrarles que se tomó en serio su trabajo, también me confesó que tuvo un enamoramiento con mi actitud tan tímida y reservada, eso al principio me dejó fuera de balance, pero luego entendí que así es su manera de ser.

Alzo la mano para saludarla y me dirijo primero a pedir un sándwich y un jugo para desayunar; después me acerco a la mesa en donde se encuentra sentada junto a Ruth, quien trabaja haciendo lo mismo que yo en la editorial; pero hace ya algunos años y a su lado está Adam el compañero que se había accidentado; los saludo a todos y luego le pregunto a Adam sobre su estado de salud, el accidente que tuvo fue provocado por un conductor ebrio; pero gracias a Dios Adam llevó la mejor parte por así decirse, cosa que no se puede decir del conductor que iba ebrio y que se pasó el semáforo en rojo llevándoselo por delante, mi compañero nos comenta que en estos momentos el hombre se encuentra debatiéndose entre la vida y la muerte, pero que si queda vivo el proceso penal que le espera hará que desee no haber sobrevivido; pues Adam está dispuesto a hundirlo por su impertinencia y todas le comunicamos que nos encontramos de acuerdo con él en esa decisión.

Descubriendo El Placer (Ahora en Hinovel y Sago) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora