Jack mueve el pie un tanto nervioso mientras espera un ya impaciente a que alguien en la mesa empiece a hablar. Thomas se encuentra frente a él con una mirada seria, Amelie a su costado derecho está sentada, conformando a la tercera persona...de una mesa para cuatro.
Ella ha abierto los labios un par de veces, pero es como si no se atreviese a decir algo o simplemente el gato le hubiese comido la lengua. "¿Tiene gato?" piensa el chico, pero trata de no distraerse en otros pensamientos yéndose a la deriva entre estos. Siendo las 8:30 am como marca ahora el reloj de la cafetería, ya no suena tanto la campanilla de la puerta de esta pues todos ya se encuentran en sus respectivos trabajos o universidades.
El rubio también debería de estar en clases, pero generalmente uno de sus mejores amigos siempre se las arregla para pasarle los apuntes suficientemente importantes o que le sirvan para no desaprobar más cursos de los necesarios. Al menos Jack ve ir a la universidad como algo en lo que está perdiendo el tiempo, es más, si por él fuese hace dos años hubiese dejado que le invitasen a retirarse por sus notas que habían ido de mal en peor, pero la noticia de la desaparición de su novia se extendió tanto por Londres que el profesor del curso que más odiaba le ofreció una oportunidad. Y, por supuesto, Jack al ver la mirada angustiada y triste de su madre fue algo que le impidió desaprovechar la oportunidad.
-No hay nada nuevo, la verdad... están tratando de retomar la pista, pero sienten como que cada vez están más lejos de ella-murmuró el chico jugando con una de las servilletas entre sus dedos.
-¿Y qué piensas tú?-Amelie no le quitaba la mirada de encima. Le parecía increíble el cómo Jack, el gran Jack de 1.90, cuerpo musculoso y jodidamente guapo podía verse tan débil ante el tema de Helene. Él se lo pensó un poco antes de responder, apretando los labios un poco y luego bebiendo un sorbo de su café-Yo creo que cada vez estamos más cerca de Helene.
Thomas hizo todo lo posible para no mostrar una expresión de sorpresa, pero fue cuando Jack alzó la mirada que él suspiró y se levantó de la mesa sacando una cajetilla de cigarrillos. "Estaré afuera" fue lo único que dijo, dejado su café intacto.
Amelie y Jack se miraron durante unos segundos sin saber qué más agregar. Se conocían desde hace más de 10 años, él recordaba cuando Amelie era obligada a acompañar a Jack y a Helene al parque porque lo más peligroso en ese entonces era que algún extraño les ofreciese un caramelo por ser niños.
-Estoy agotado...Amelie-susurró él ladeando la cabeza sin significado alguno.
-Deberías descansar, relajarte...
Él suspiró volviendo a mirarla.
-Cada vez que lo intento se vienen imágenes a mi cabeza, de todo tipo...odio no poder usar mi creatividad para otras cosas, la estúpida máquina de pensar que tengo por cerebro se activa cada vez que hago el intento de relajarme un poco.
-¿Lo has hablado con alguien más?
-Las únicas personas que me preguntan por interés y no para los chismes de la revista de la universidad son mis padres. Y no, no creo que mi madre necesite saber más de lo que ya.
Y de nuevo se hizo el silencio, hasta que Jack, harto de este, trató de romperlo.
-¿Cómo está Frank?
Amelie, al escuchar el nombre de su padre fue ahora quien tragó saliva.
-Hace dos semanas se cumplieron los tres años del fallecimiento de mamá...se encerró en una habitación a beber alcohol. Oliver tuvo que abrir la puerta a la fuerza y lo llevó a la clínica porque se había desmayado y no despertaba. Cuando lo hizo, se rio de ser un doctor siendo atendido por otro doctor...y luego recordó la razón del por qué estaba ahí cuando me vio.
Jack se mantuvo en completo silencio escuchándola.
-Se echó a llorar y tuvieron que inyectarle calmante nuevamente. Me dijo que no me alejase de él, que ya había perdido a su pequeña y a mamá... que no quería perderme a mí tampoco. –fue entonces cuando Jack se echó hacia atrás en su silla ya que había permanecido un poco inclinado para escucharla bien.
-Ya se dio por vencido...
Amelie entonces decidió tragarse aquel nudo de la garganta y de una vez por todas, explicarle a Jack lo que le rondaba por la cabeza.
-Todos de poco en poco estamos haciéndolo... Helene ha pasado toda su vida bajo la protección de papá y mamá. Tú sabes cómo era ella, tímida y temerosa. ¿Acaso crees que soportaría dos años? ¿Dos años sin saber de su familia? ¿Dos años alejada de lo que conocía, en donde sea que esté?
-No, Amelie, tú no vez mi punto...
-No, Jack. Escúchame, vamos, tienes 21 años pero juraría que si no te conociese que ya vas para los 30 ¿Estás consciente de que no te estás dando un tiempo para ti? ¿De que todo este asunto te está consumiendo demasiado? Las personas vienen y van. Lamento ser dura, pero ella también era mi hermana y también la he pasado mal.
-Pero tú te diste por vencida.
-No, he superado la partida de mi hermana de la misma forma en la que lo hice con la de mi mamá.
Por unos segundos el ojiazul mantuvo su mirada fija en sus manos.
-Espero encontrarme contigo en algún otro momento-dijo de forma educada sacando un verde de su billetera y dejándolo en la mesa. Amelie bajó la mirada sin responderle, entonces se quedó sola en una mesa de cuatro. Una servilleta completamente destrozada por unas manos nerviosas y una taza de café vacía le recordaba que tal vez, Jack era el único con las esperanzas de encontrar viva a su hermana menor.
Afuera, tras el escaparate de vidrio, Thomas fumaba uno de sus cigarrillos viendo como el rubio se alejaba calle arriba con las manos en los bolsillos y se perdía entre la gente yendo de un lado a otro por la vereda.
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Solo el tiempo sabe
RomanceLa frase "Solo el tiempo es capaz de ayudar y entender a un gran amor." toma más de la necesaria importancia en la vida de Jack. Luego de la desaparición de su novia dos años atrás, sus familiares tratan de convencerle de cerrar el caso y dar por mu...