5.- Cerrar los ojos

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-¡¿Pero es que acaso estás loco?!  ¡Al rostro no!

Ya era la tercera vez durante el entrenamiento de boxeo que Jack recibía una reprimenda debido a sus movimientos en falso. Apretando los labios y alzando nuevamente los puños a la altura de su rostro, Julián se dedicó a observar cada movimiento del rubio para tomarle desprevenido a la primera y no dejarse derrotar esta vez.

Como era de esperarse, Jack seguido por sus impulsos dio un paso hacia adelante lanzándose contra Julián para cerrarle la boca de una vez por todas. Julián esquivó el primer movimiento, pero al segundo atento no tuvo la misma suerte puesto que, al momento de levantarse del suelo inclinándose hacia adelante, Jack aprovechó para atizarle un golpe en la barbilla hacia arriba, sin preocuparse en contener su rabia.

Hubo unos segundos de silencio por completo en el lugar hasta que de poco en poco, un Julián parpadeante se apoyó en el suelo tratando de recuperar la movilidad de su mandíbula.

-Serás idiota-vociferó el pelirrojo escupiendo a un lado y levantándose de un salto y atacándole, esta vez él, directamente a la cara a Jack. El joven compuso una expresión de dolor en el rostro segundos antes de dar varios pasos atrás hasta salir del ring.

Le pasaron entonces una toalla la cuál acercó a su boca apretando con fuerza y sintiendo el sabor a hierro colarse por sus labios. A un extremo del lugar, un chico de cabellos oscuros apresuró el paso al ver lo que se había armado durante la última práctica del día de su mejor amigo.

-Media hora. Media hora me ausento para ir a devolver los libros a la biblioteca y… ¿Ya te destrozan el labio? Tenemos un récord, señores-Mason,  echándole un vistazo al rostro de su mejor amigo chasqueó la lengua. – ¿Cómo te presentaré a Kirsten con esta pinta sin que piense que eres un asesino en serie?

Jack, sin las mínimas ganas de enojarse con su mejor amigo, le mandó una mirada seria y confundida tras escuchar el nombre de la desconocida y recordando la fiesta en la que su fraternidad serían anfitriones aquella noche.

-No me arrepiento-refrescándose con un chorro de agua al rostro, Jack se quejó por el ardor de la herida en la parte izquierda de su labio inferior. Pudo jurar que hasta aquello había cobrado vida propia, porque palpitaba como si se tratase de lava en el infierno.

Mason se echó nuevamente su mochila al hombro y empezó a caminar en dirección a la puerta del gimnasio.

-¿Y ahora a dónde se supone que vas?-emprendió entonces Jack el paso tras su amigo con la toalla en sus manos. Podía notar la mirada de los que habían presenciado el espectáculo sin aliento, pero de poco en poco iban dispersándose debido a la hora finalizada.

-A casa ¿A dónde si no? Creo que necesitarás de mi ayuda con este pequeño detalle.

Jack se detuvo en seco cuando vio aparecer ante su rostro el periódico en donde, a uno de los lados y con letras grandes rezaba:

“Se cierra el caso luego de dos años de Helene Asthorne”

Mason le hizo el favor de abrir la hoja en donde en un gran recuadro se encontraba la imagen de Helene, la hermosa y tierna Helene con una sonrisa en el rostro…una foto de hace más de tres años. Jack podría jurar que esa era la foto del anuario escolar o tal vez, del carné de la universidad.

“Tras dos años de intensa búsqueda, el caso de la desaparición de la jovencita Asthorne desaparecida el 17/01/11 será llevado a archivos, lo que permite que en próximas fechas se dé lugar al entierro de santa sepultura…”

Él no pudo seguir leyendo. Cerró el periódico de una sola y empezó a caminar por delante de Mason, con el enojo recorrerle por cada punto de su cuerpo haciendo que se le erizasen los cabellos.

En el estacionamiento, se subió al asiento de copiloto del auto de Mason esperando a que su amigo subiese también. El pelinegro lanzó el periódico en algún lugar de los asientos traseros del auto y le echó un vistazo a su mejor amigo.

-Ese no es todo el problema…

Jack alzó la mirada hacia él buscando una respuesta inmediata.

-Ya confirmaste que la prensa no tiene escrúpulos hace un par de años… pero esto es polémica ahora. A nadie le entra en la cabeza que la familia de uno de los más exitosos doctores se dé por vencida…ni tú.

 El chico se echó hacia atrás cerrando los ojos y apoyando el rostro en el respaldar tomando aire con la boca. Apenas a unos metros del piso en donde vivían Jack bufó confirmando sus sospechas.

- ¿No puedo pedir acaso tranquilidad?

Ni bien apagó el auto, Mason escuchó los pasos de las personas corriendo al encuentro de ambos.

-Hm, yo de ustedes no me le acercaría. Le hace falta una buena ducha.

Haciendo sonar las llaves de la casa, Mason tomó por los hombros a Jack y le empujó para que caminase hasta la entrada.

“¿Qué piensas acerca de la decisión que han tomado? ¿Vas a seguir buscándola? Hay quienes dicen que ya la han encontrado pero muerta ¿Es verdad? ¿Acaso no quieren que los demás sepan la realidad? ¿Por qué…?”

-Ogh ¿podéis callaros?

Exasperado, Jack apremió a que Mason abriese la puerta antes de que los demás se lanzasen. Podía jurar que hasta había visto a alguien filmándolo todo en esos momentos.

Una vez al otro lado de la puerta, el rubio dejó que su espalda se apoyase contra ésta aun escuchando las preguntas, de las cuales muchas de estas le dejaban completamente desubicado.

-Es como el primer día…

-Lo sé, con el paso de los días irán tranquilizándose. Iré a ver si ya llegó Leah, me pregunto cómo se las habrá arreglado para entrar.

Escucharon pasos provenir del segundo piso hasta que una chica de rubios cabellos se asomó al borde de la baranda.

-Hay algo que se llama “puerta trasera” o salida para incendios, queridos.

Ambos alzaron la mirada inmediatamente al escucharla.

-¿Qué me puedo esperar ahora?-preguntó a Jack frustrado yendo a encender la chimenea, dentro hacía más frío que afuera incluso.

Leah bajó las escaleras haciendo un amago con la mano de algo largo e interminable.

-Si van a querer aún ir a la fiesta esta noche, dudo que vayan a poder deshacerse de la prensa hasta mediados de las once.

Mason hizo un silbido con los labios reconsiderando bien sus palabras.

-No creo que tengamos mucho problema, vamos, somos el alma de la fiesta ¿De qué nos podemos perder? Sólo déjame darle una llamada a Kirsten…

Escuchando aquel desconocido nombre una vez más en el día, Jack alzó la mirada hacia su mejor amigo.

-Por cierto ¿Quién rayos es Kirsten?

El moreno se quedó casi petrificado por aquella pregunta. -¿En qué mundo vives? ¿Cómo que no sabes quién es Kirsten? Es casi nueva. Se ha mudado desde Bélgica y cuando le mencioné de ti pareciste llamarle la atención digamos…un poco.

-Pero míralo Mason, ¿Qué le ha pasado en la boca? ¿Le han mordido o qué?

-Oh, paren ya. Mason, no planeo salir con aquella chica si eso es lo que pretendes, paso. Y Leah…fue durante el entrenamiento. Sé que la mugre no mata pero quiero darme una ducha de una vez. Un poco de tranquilidad, eso es lo que pido.

Alzando las manos de forma defensiva, Leah y Mason intercambiaron sendas sonrisas.

-Descansa un poco después, Jack. No te hará mal-Leah le revolvió el cabello y después yendo escaleras arriba, se metió a su cuarto a hacer lo que sea que estuviese haciendo antes de que ambos llegasen.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2013 ⏰

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