Odio los funerales, están llenos de gente hipócrita que llora por llamar la atención, personas vestidas de negro, personas que sufren de verdad la partida de un ser querido y personas que solo sienten pena. Ahí estaba yo, con un vestido negro, a lado del ataúd, a lado de la señora Amber, la señora que había sido como una madre para mí y al otro lado Harold, mi mejor amigo y exnovio de mi mejor amiga, ahí estaba, con una rosa negra en mis manos y la cara llena de lágrimas ¿Por qué? No entendía, aun no procesaba, quería que ese sufrimiento acabara ya, me dolía. La única amiga que tenía me había dejado, quería odiarla pero no podía, la quería, porque ella me hacía sentir especial, diferente, era como la hermana que nunca tuve.
Pasó una hora y seguíamos ahí, no queríamos enterrarla, hasta que tuvieron que hacerlo y entonces cerré los ojos, las personas cantaban
Nos veremos junto al rio
Cuyas aguas cristalinas
Fluyen puras argentinas
Del trono de nuestro Dios
Nosotros solo llorábamos, se había ido y no volvería, jamás volvería, sentía como mi corazón estaba partido y no tenía reparación, ella sabía todo de mí, absolutamente todo ¿Por qué no me lo dijo? Lo pude haber evitado... Harold me abrazo y lloramos juntos, abrazamos a la señora Amber y lloramos ¿Qué más quedaba? De vuelta a casa nos fuimos en el auto de Harold, teníamos ropa en casa de ella, siempre nos quedábamos ahí, era nuestro hogar. Al llegar la señora Amber nos dio algunas cosas como nuestro libro de sueños y viajes que teníamos planeado hacer, cartas, notas tontas que ahora eran cosas muy preciadas. La señora Amber se fue a Texas, ahí estaba su familia, ese día la despedimos en el aeropuerto con miles de promesas de volvernos a ver, Harold tenía que viajar a la universidad en una semana así que tenía que hacer algunos arreglos.
Esa semana lo ayude a hacer maletas, él quería que me fuera con él ¿pero cómo? No sabía qué hacer con mi vida así que le prometí que lo iría a ver antes de tomar una decisión.
Se fue y yo... yo me quede sola...
¿Quién era yo? Bueno, no era nadie.... Mis padres no me querían aunque dijeran lo contrario, era la típica familia rica que aparenta ser la familia feliz y es todo lo contrario, y que tiene una hija rara que no tiene amigos. Nunca se preocuparon por mí, ni siquiera sabían si llegaba a casa o no. Cuando conocí a Harold fue llorando, el amante de mi madre había llegado borracho a casa, mi padre estaba de viaje y a mi madre no le importo que yo estuviera ahí, el intento sobrepasarse conmigo y corrí, no sabía a donde ir, cruce la calle sin ver y un auto casi me atropella, era Harold, me pidió perdón mil veces y estuvo pendiente de mí, no le conté hasta una semana después porque estaba llorando ere día, en ese momento nos convertimos en mejores amigos, no le importaba que lo vieran conmigo, al contrario, años después, al entrar a la preparatoria conocimos a Kristhen en una fiesta, algo borracha, su novio en ese entonces (un patán) la dejo tirada en esa fiesta y nosotros la ayudamos, y tuvimos otra mejor amiga, éramos inseparables, los tres mosqueteros, el trio de tres como decía ella.
Soñábamos mucho, después de mucho tiempo decidimos que terminando la universidad nos iríamos a vivir a una playa y conseguiríamos trabajo cerca. Ella iba a estudiar contaduría, Harold medicina y yo música o tal vez enfermería o psicología, aun no sabía, era la más indecisa.
El lunes siguiente, tuve que hacer arreglos en la preparatoria, al parecer había un detalle con mis papeles, mi madre me dio dinero y me pregunto a qué universidad iría, al parecer quería que yo estudiara derecho igual que ella, necesitaba que siguiera en el negocio familiar, pero yo no quería, yo quería algo mas pero aun no sabía que... tenía un secreto, había mandado solicitud a tres universidades, y lo mejor, dos de ellas me ofrecían una beca y una de ellas no me había contestado, aun no sabía que estudiar, estaba revuelta ¿Qué hacía?
Mi vida había dado un giro de 180 grados y aun no sabía qué hacer, estaba dolida, estaba sola, Harold me llamaba todos los días, quería que me fuera a vivir con él, iniciaban las clases en un mes y yo aún no tenía una respuesta.
Tome una decisión, no podía seguir ahí, ese lugar estaba lleno de recuerdos que me habrían el corazón, así que hice mis maletas, y me fui con Harold a California a la universidad Stanford, estudiaría medicina con Harold, sería mi nueva vida...
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Hola, me esta costando escribir, creo que saben que tengo otras historias y no he acabado ninguna, es dificil y tal vez no lo entiendan... espero les guste este capitulo...
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Con amor: Kristhen Underwood
De TodoEl final feliz no existe... sólo nos conformamos... pero Kristhen, ella no se conformó... y eso es lo que duele.