Fare~

390 25 2
                                    

IMPORTANTE: Naruto no es de mi propiedad, le pertenece al gran Kishimoto-sama, pero este fanfic es de mi total creación.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Su rostro no mostraba ninguna expresión, lo cual estaba comenzando a enfadar al director creativo, pero era algo que ese día no podía evitar; decidieron hacer una pausa de 10 minutos, para que la chica se calme, para poder retocarle el maquillaje y para que el pobre director tuviera un poco más de paciencia.

Hyuuga Hinata, de 20 años era toda una modelo profesional, tanto de alta costura, como comercial, pero ese día era simplemente una muñeca sin alma, no podía evitarlo, ya que aquel hermoso oficio que muchas jóvenes desearían, lo habían convertido en su pesadilla; en su infierno en vida. Escucho unas voces tras la puerta de su vestidor y supo que la regañarían, simplemente cerro sus ojos y dejo escapar un suspiro con todos sus pesares, para así tener la fuerza de enfrentar a su progenitor.

-Hinata.- Llamo el Hyuuga mayor a su hija una vez entro al vestidor sin siquiera tocar la puerta.

-Si padre...hay algo que pueda hacer por usted.- Respondió ella a su llamado, mientras le miraba a través del espejo.

-Claro...quiero que cambies ese rostro y entregues lo que te están pidiendo en la sesión de fotos.

-Padre...debería entender que este día, no me siento con los ánimos necesarios para cumplir con lo que me pide.

El castaño mayor que se encontraba en esa habitación, dejo escapar un suspiro con toda su frustración.

-Hija, yo sé...te entiendo, pero recuerda que fue ella quien empezó este camino contigo.- Se acerco por detrás a Hinata y poso sus manos en los hombros de la peli azul en un intento silencioso por decirle que él le daba fuerzas.- Y ahora yo, quiero continuar esto y saber que tu lo terminarás...que tendrás la fuerza para seguir adelante cuando yo ya no pueda hacerte compañía.

Era el mismo sermón de siempre, Hinata sabía que algún día tendría que enfrentar ese gran mundo sola, pero estaba cansada de que se lo repitieran, así que opto por lo simple y poso una de sus manos en otra de su padre que reposaba en su hombro y mirándolo a través del espejo sonrió.

-Lo siento Padre, me esforzaré este día.- Y le dio una de sus grandes y reconfortantes sonrisas.

Una vez "arreglada" esta situación, el Hyuuga mayor salió del vestidor y volvió al estudio donde se llevaba a cabo la sesión de fotos de su hija mayor. Hinata tomo algo de agua antes de volver al estudio, cuando lo hizo, sus maquilladores no tardaron en ir por ella para volver a retocarle el maquillaje como por cuarta vez en esos escasos 10 minutos... el director se le quedo viendo y ella solo sonrió, ante esto todos los ahí presentes supieron que ahora si las cosas irían viento en popa, pues la mirada de la Hyuuga había cambiado y en cuanto el camarógrafo dio el primer clic, las fotos comenzaron a salir espectaculares.

Tras unas 5 horas de trabajo continuo, la sesión de ese día dio su término, la gente comenzó a desarmar el set, el padre de Hinata fue a hablar con el director creativo y la Hyuuga mayor se fue directo a su vestidor a quitarse aquella ostentosa ropa de temporada.

Una vez dentro de su vestidor, cerró la puerta con llave y se fue tras el biombo dejando caer las prendas sin importarle quedar solo en bragas, ya que el atuendo que lucía no podía ir con un brasier o se vería mal. Tomo unos jeans grises de medio tiro entubados y una polera roja de tirantes que en medio del pecho tenía una hermosa flor hecha con brillos, luego se dirigió frente a su espejo y con paciencia se quito todo el maquillaje que llevaba, y que ya estaba comenzando a sentir como si le pesara el rostro. Cuando termino con este proceso desarmo su peinado y solo dejo a su largo cabello caer por su espalda, se puso de pie y encendió su celular que marcaba las seis de la tarde.

Este Jinete No Es Un Príncipe Azul~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora