Capítulo 4

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Después de mis últimas palabras Samuel pone una cara de triunfante y después me dice:

-¿Hay alguien en casa?
-Solo nosotros dos ¿por qué?
-Solo por preguntar. Por cierto ¿vas a ir a la fiesta de mañana?
-Si, pero para que lo sepas no soy de fiestas. Es que mi amiga me a obligado.
-¿Quieres ir a dar una vuelta?
-Si, vale, que aquí ya me estoy aburriendo bastante.

Me dirijo ha la puerta seguida por Samuel y al abrirla me recorre un escalofrío por el cuerpo, no se porque razón pero siempre que me pasa eso algo malo va a ocurrir. No me centro mas en eso y sigo caminando junto él. Llegamos a un parque y en todo el camino no hemos hablado a si que rompo el silencio:

-¿Por qué hiciste eso?
-¿El qué?
-Lo de antes. Cuando pegaste a esos niños.
-¿No dicen que los príncipes salvan a las princesas?
-Yo no soy ninguna princesa -le digo riéndome un poco.
-Pues eso lo dirás tú.

Estuvimos hablando un rato entre risas y bromas y también fuimos a una heladería Samuel se pidió un helado de chicle y yo uno de chocolate. Me entra ganas de ir al servicio a si que me levanto del banco y camino buscando un baño portátil. Cuando lo encuentro veo a uno de los niños que intentó pegar me, voy en dirección al baño y por suerte no me ve.
Al salir lo encuentro esperando en la puerta.

-Vaya, mira a quien me vuelvo a encontrar -me dice, luego mira a los lados -. Veo que tu amiguito no esta aquí.

Pone una sonrisa burlona, pero paso de él y me dirijo hacia donde estaba antes con Samuel. Pero como la otra vez me coge del brazo con fuerza dándome la vuelta.

-¿Adonde ibas? -me dice sarcásticamente.
-Pues voy a regresar a donde estaba antes. Suelta me.
-Me lo pensaré -me dice poniéndose el dedo índice en el labio inferior de mientras que me apretaba mas con la mano.
-Suelta me -le repito un poco mas alto. Sabía que si gritaba no iba a servir de nada porque no había nadie por los alrededores.
-Mejor no te suelto.

Le pongo cara de asco y miro hacia otra parte. Empieza a caminar arrastrándome a donde él quería y yo no oponía resistencia porque sabía que no iba a servir de nada. Me lleva fuera del parque y me obliga a montarme en una moto con un casco puesto. La moto era suya, se montó en ella con migo detrás y me llevó a un sitio mas lejos de allí. Se para delante de unas callejuelas, me vuelve a cojer del brazo y me lleva a un sitio donde no había nadie.

-¿Qué me vas a hacer? -le pregunto.
-Algo que no pude hacer el otro día.

Levanta el brazo con el puño cerrado y me pega en la cara poniéndome la morada y con un poco de sangre en la boca. Intento salir de allí pero sin éxito. Sigue pegando me hasta que le meto una patada en la entre pierna, para al momento dejándome a mi poder huir.

365 Días De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora