Muchos habían señalado al supuesto culpable. Todos sabían en secreto que la muerte de aquella niña inocente era un asesinato. Algunos fueron testigos de ver su cuerpo moreteado y ensangrentado. Pocos se negaban a creer que en su pueblo haya ocurrido tal feminicidio, pero solo una persona entre toda esa gente sabía la verdad.
Los gritos de dolor de aquella inocente voz han atormentado las noches del único testigo. Su cuerpo desquiciado por el terror ha caído en congelación, pero sus manos han tomado vida propia para contarte entre nostálgicas y efímeras letras la realidad de aquella fugaz existencia.
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El cadáver de Flor ©
KurzgeschichtenUna muerte que tiene varias versiones, pero solo un culpable. ✓Todos los derechos reservados. ✓Obra registrada en Safe Creative.