1. Interrupciones.

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Caminaba sin parar hasta la casa de Jenny, mi mejor amiga, cansada de estar en mi casa, y oír las peleas de mis padres. Mientras lo hacía jugaba con una botella, consistía en patearla una y otra vez hasta que la lanzara demasiado lejos, lo cual no duró mucho pues estaba demasiado cabreada para no desquitarme con la botella, me sentí mal por Jenny que tendría que cargar ahora con mi enojo. ¿Eso es parte de la amistad, cierto? Llegue y toque a su puerta, no esperé mucho, ella siempre era que atendía como si estuviera esperando que alguien la salvara, sus padres trabajan mucho, durante el día casi nunca están, a partir de las seis de la tarde es que tienen que ponerse al día, su madre trabaja en los negocios internacionales y su padre es dueño de una empresa de Ohio, MI AMIGA TIENE UNA MALDITA SUERTE. Jenny es una chica de altura promedio, cabello color caoba de ojos color miel, una chica muy dulce y divertida.

-Jenny - finjo sollozar

-Charlie -se acerco a abrazarme, después de darme unas tres palmaditas en la espalda, se separa y con una seña me invita a pasar.

Su casa es grande pero modesta para donde sólo viven cuatro personas, me encanta su familia, Jennifer, su madre, no se dejó envolver de trabajo, sabe que tiene una familia y le encanta cuidar de ellos, cuando sabe que está dejando atrás a sus hijos, para de trabajar y se va con ellos, su padre es un poco más difícil pero tiene los mismos principios.

» ¿Qué ocurrió ahora? -me pregunta yendo a la cocina, me desplomo en el sofá de la sala con aire dramático lanzando un suspiro agotador - ¿Jhon o Fred?

- ¿Por qué los chicos tienen que ser mi problema? ¿Por qué no las matemáticas?

- Porque eres malditamente atractiva -dijo rodando a los ojos. Trayéndonos algo de beber.

- ¡Te aprendiste las líneas que te mandé! -sonreí, antes Jenny era un fiasco consolando así que le mande un listado de preguntas y respuesta, cuando y como tenía que responder a cada cosa que me pase.

A veces necesito que me digan palabras bonitas. Jenny se rió conmigo.

-Tuve que hacerlo, reconozco que no sé qué hacer cada vez que te pasa algo, ¡Tienes una suerte horrible! Todos los días no puedo consolarte -acusó.

Olviden lo de pagar mi mal humor con Jenny, con ella hasta se me olvida hasta que estoy de mal humor.

»Ahora sí, dime, ¿Qué ocurrió?

-Es Fred -dije dejando caer unos de los cojines sobre mi rostro. -Y también Jhon. -dije aunque dudo que se entendiera.

- ¿Qué hizo el sexy Irons esta vez? -preguntó la chismosa. Sí, no sabía consolar pero le encantaba estar al tanto de mis problemas...para burlarse. - ¿Aceptó?

Gruñí, sí, como una animal. Después de lo pasó hace unas semanas en el recreo, con lo que Jhon querer besarme y eso, Jenny sugirió que le propusiera a Fred seguir siendo mi novio falso un tiempo más, que lo más probable de que Jhon siguiera obsesionado conmigo era porque me he mantenido soltera los últimos... ¿A quién engaño? Toda la vida.

En el momento me pareció una idea increíble, ¿Cómo no? Fred lucía como modelo de revista, además de que intimidaba un poco, era callado pero no anti-social, el chico tenía ese aire misterioso que le suma lo atractivo. Incluyendo claro está que me siguió la corriente ese día.

- ¿Ese sonido de la perra que eres significa que no aceptó? ¡Pensé que lo haría! Fui de las que vi la escena, pareció tan real.

Quise gritar ¡LO SÉ! Pero no quería que Jenny viera el entusiasmo que me producía Fred Irons.

Te lo advertí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora